La tecnología y la innovación no deberían convertirse en víctimas de agendas políticas ni geopolíticas. Sin embargo, esto parece ser exactamente lo que está ocurriendo con el programa Colombia Compra Eficiente y el Acuerdo Marco de Nube Pública, un instrumento esencial para que todas las entidades del Estado y las regiones puedan acceder a servicios de nube pública con unos precios y condiciones favorables y con transparencia, sin necesidad de licitar y en tiempos muy rápidos.
Dicha herramienta de compra expira el próximo 9 de marzo y aún hay incertidumbre debido, al parecer, a consideraciones ideológicas.
Al cierre de esta columna no se habían realizado mesas técnicas, ni existía una propuesta clara para la ampliación del plazo o la construcción de un nuevo marco con muchas más empresas ofertantes de servicios de nube.
Las extensiones de este acuerdo de compra han sido por corto tiempo, con la idea de hacer un proceso más amplio e incluyente, pero esto no se ha logrado en Colombia Compra Eficiente.
Son evidentes la falta de planeación y la poca eficiencia y optimización de recursos que deberían guiar las consideraciones de una decisión vital para miles de entidades, pues en la nube, que es como un servicio público que le permite a una institución o empresa tener sus aplicativos y sistemas de información más importantes y críticos siempre disponibles (bases de datos, apps transaccionales, de atención al ciudadano, estudiantes, pacientes, víctimas, campesinos, etc.), gracias a la virtualidad de internet.
Estamos en un momento crítico en el que Colombia busca impulsar su economía y optimizar la ejecución de recursos públicos. Sin nube, esto se iría a un caos complejo, al posible desabastecimiento de servicios críticos de centenas de entidades que no podrían atender a millones de personas. La frase más escuchada en todo el país sería ‘se cayó el sistema’ ante la imposibilidad de conectarse a los servicios de nube en todas las oficinas del Gobierno y las entidades regionales.
La consideración de que deban por obligación existir centros de datos locales alojando esas nubes y los datos de los colombianos debe analizarse a fondo, pues dejaría por fuera a importantes empresas expertas en nube. Peor aún: desconoce el concepto mismo de redundancia y ciberseguridad de la nube, pues los datos pueden estar alojados en cualquier lugar en modo ‘espejo’ para que siempre esté asegurada una copia.
El anuncio de tres centros de datos en Santa Marta con el apoyo de los Emiratos Árabes, que de por sí es una gran noticia, se suma a este tema de servicios de nube y soberanía de datos: debe ser un proceso amplio, diverso, transparente, en el que se garantice la participación de todas las tecnologías y empresas de nube posibles.
Este Acuerdo Marco de Nube es urgente y vital. Ojalá logren sacarlo muy pronto y con la presencia de muchas ofertas de nube para que las entidades tengan de dónde escoger y la competencia garantice una optimización máxima de los recursos públicos. Y que se excluya el discurso geopolítico. Porque si vamos a hablar de países que sacan datos de los colombianos del país para lucrarse, empecemos por revisar a Facebook y todas las redes sociales.
JOSÉ CARLOS GARCÍA R.
Editor Multimedia
@JoseCarlosTecno