Seguramente alguna vez ha visto la ilusión de la mano de goma en la que se coloca una mano falsa sobre una mesa mientras la real está oculta a la vista y se generan una serie de estímulos hasta que el cerebro es capaz de confundir la extremidad de plástico con la real. Pues ese truco ha sido estudiado de manera más profunda para ayudar a las personas a sentir menos dolor.
Una investigación publicada en la revista Paine Reports, y retomada por el medio The New York Post, indica que es posible engañar al cerebro para que aprenda a manejar mejor el dolor.
Para comprobar su teoría los investigadores utilizaron estímulos como calor y luz en 34 participantes, a quienes se les presentó una mano de goma mientras su mano real estaba oculta.
La extremidad estuvo expuesta a distintas temperaturas que iban desde agradables hasta dolorosas y los participantes utilizaron su otra mano para evaluar sus niveles de dolor.
Así, llegaron a la conclusión de que cuando la mano de goma estaba orientada del lado correcto las personas sintieron menos dolor; es decir que cuando los participantes percibieron a la mano de goma como parte de su propio cuerpo, su percepción del dolor fue menor.
El hallazgo de los investigadores sugiere que es posible manipular la información visual y sensorial del cerebro para aliviar el dolor. Una de sus teorías al respecto es que el fenómeno conocido como analgesia visual permite a las personas reducir la intensidad del dolor si son capaces de mirar la parte del cuerpo relevante mientras ocurre el malestar.
La investigación podría servir para el tratamiento del síndrome de dolor regional complejo. Foto:iStock
¿Cómo la ilusión de la mano de goma podría ayudar a tratar el dolor, según el estudio?
Descubrir que las personas presentan menor percepción del dolor a través del truco de la mano de goma es un inicio de experimentos que podrían llevarse a cabo para tratar el dolor.
La investigación realizada por la Clínica de Medicina Psicosomática y Psicoterapia del Hospital Universitario LWL y reproducida por el New York Post podría aplicarse en el tratamiento del síndrome del dolor regional complejo, en el que los pacientes suelen experimentar mucho dolor e inflamación en las manos.
Sin embargo, los investigadores aclararon que todavía no comprenden completamente la base neuronal de este fenómeno, por lo que seguirán estudiándolo.