Un equipo de arqueólogos de las universidades de Cambridge (Reino Unido) y Gante (Bélgica) logró mapear en detalle la antigua ciudad romana de Falerii Novi, sin realizar excavaciones.
Utilizando un radar de penetración de tierra (GPR, por sus siglas en inglés), los investigadores obtuvieron imágenes de alta resolución que permiten conocer con precisión la estructura urbana de este sitio fundado en el año 241 a.C., ubicado a unos 50 kilómetros al norte de Roma, en el valle del río Tíber.
El estudio, publicado en la revista científica 'Antiquity', ofrece una visión inédita de esta ciudad amurallada, que se mantuvo ocupada hasta aproximadamente el año 700 d.C. A diferencia de otros asentamientos, Falerii Novi no fue cubierto por edificaciones modernas, lo que permitió su escaneo completo con un sistema de radar remolcado por un vehículo ligero tipo quad. En total, se cubrieron más de 30 hectáreas, tomando una medición del subsuelo cada 12,5 centímetros.
Tecnología que permite “ver” sin excavar
El radar de penetración de tierra funciona emitiendo señales de radio hacia el suelo, las cuales rebotan al encontrar estructuras enterradas. Estas señales de retorno son analizadas para reconstruir lo que se encuentra bajo tierra y a qué profundidad. Martin Millett, profesor de arqueología clásica en la Universidad de Cambridge, explicó que esta tecnología avanzada “puede tomar muchas lecturas muy seguidas, lo que da imágenes con una resolución muy alta de lo que está bajo el suelo”.
Según informó 'The Guardian', esta es la primera vez que se logra mapear una ciudad romana completa usando esta tecnología. “Lo que permite la teledetección es observar sitios grandes y completos en detalle, sin excavar un solo metro cuadrado”, señaló Millett.
No tuvieron que excavar. Foto:Verdonck et al., 2020/Antiquity
Hallazgos principales en Falerii Novi
El análisis permitió reconstruir el trazado completo de la ciudad, incluyendo:
- Un complejo sistema de termas con una piscina y red de tuberías.
- Un mercado.
- Un teatro.
- Varios templos.
- Un monumento conmemorativo cerca de una de las puertas, compuesto por dos grandes estructuras enfrentadas y un pasillo cubierto con columnas (porticus duplex).
- Rutas periféricas posiblemente usadas con fines religiosos.
- Restos arquitectónicos reutilizados en épocas posteriores.
Uno de los hallazgos más relevantes, según 'The Guardian', fue la detección del sistema hidráulico de la ciudad, que no seguía la disposición de las calles sino que fue construido antes de las edificaciones, lo que sugiere una planificación urbana avanzada para la época.
“Eso indica que la ciudad fue altamente planificada, de una manera que hoy nos parece normal, pero que no se esperaba en el siglo III a.C.”, señaló Millett.
También se identificó una ruta alrededor del perímetro urbano, flanqueada por edificios sagrados. Uno de ellos es descrito como un “monumento público grande y espectacular”, de 60 metros de largo, con columnatas y nichos que podrían haber contenido estatuas o fuentes.
Su función exacta aún es desconocida, pero se cree que podría estar relacionada con las prácticas religiosas de los faliscos, pueblo que habitó la región antes de la conquista romana.
Mapa de lo que encontraron. Foto:Verdonck et al., 2020/Antiquity
Un cambio de paradigma para la arqueología
El uso del GPR a esta escala representa un avance significativo para el estudio de ciudades antiguas. “Si te interesa el Imperio romano, las ciudades son fundamentales porque todo se gestionaba a través de ellas”, dijo Millett a 'The Guardian'. Hasta ahora, los arqueólogos solo podían estudiar pequeños fragmentos mediante excavaciones, lo que dificultaba comprender cómo funcionaban las urbes en su conjunto.
Los investigadores ya habían empleado esta tecnología en sitios más pequeños, como Interamna Lirenas (Italia) y Aldborough (Reino Unido), y ahora planean aplicarla en urbes más grandes como Mileto (Turquía), Nicópolis (Grecia) o Cyrene (Libia). “Es emocionante y ahora realista imaginar que el GPR se utilice para estudiar ciudades mayores”, añadió Millett.
Próximos pasos
Aunque el radar ha demostrado su efectividad, el procesamiento de los datos sigue siendo un reto. Se estima que se requieren unas 20 horas de trabajo por cada hectárea estudiada, por lo que uno de los objetivos futuros es automatizar este análisis para acelerar las investigaciones.
Los autores del estudio consideran que esta técnica abre una nueva etapa en la arqueología, en la que será posible explorar ciudades antiguas de manera no invasiva, preservando su integridad y obteniendo información que, hasta ahora, solo era accesible mediante excavaciones tradicionales.
*Este contenido fue escrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de conocimiento público divulgado a medios de comunicación. Además, contó con la revisión de la periodista y una editora.
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SOFÍA ARIAS MARTÍNEZ
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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