Los finales de año son una buena oportunidad para hacer balances y por eso, como ministro del Interior reincidente, quiero hacer uno optimista para finales de 2024.
Colombia cuenta ahora con tres nuevas herramientas –complementarias entre sí– para su desarrollo: el Plan de Choque para la Aceleración de la Implementación del Acuerdo Final de Paz, el Acuerdo Nacional y la reforma del Sistema General de Participaciones. Estas nuevas herramientas serán claves para que colombianos y colombianas, especialmente los siete millones que viven en las subregiones Pdet, vivan en un país en paz y que ofrezca alternativas reales de desarrollo y con mejores condiciones de vida.
El ministro Cristo presentó un plan de choque para acelerar la implementación del acuerdo. Foto:Agencia de Renovación del Territorio
Entremos en materia: la implementación del Acuerdo Final de Paz se ralentizó durante cuatro años y en el gobierno anterior. De no haber sido por el compromiso de la cooperación internacional y de los países garantes y amigos, esa situación habría causado mayor daño con consecuencias muy graves, sobre todo en materia de vidas perdidas. Por eso pusimos en marcha el Plan de Choque para la Implementación del Acuerdo Final de Paz, con el que priorizamos y focalizamos proyectos de alto potencial transformador, al tiempo que activamos todas las herramientas disponibles para garantizar la vida y la seguridad de firmantes de paz y de personas que construyen liderazgo social, ambiental y comunitario en los territorios.
La iniciativa del Acuerdo Nacional, que hemos dado en llamar Acuerdo de Mínimos, lleva a encontrar instrumentos que permitan mermar la violencia en la discusión pública con el propósito de empezar a superar el estado de radicalización en el que vivimos. Esa radicalización impide, muchas veces, que nos demos cuenta de que los intereses comunes que tenemos son muchos más, y mucho más poderosos, que los que nos separan.
Sesión plenaria de la Cámara de Representantes del 16 de diciembre. Foto:Néstor Gómez. EL TIEMPO
La tercera herramienta que llevará a Colombia, en especial a los territorios más apartados y afectados por el conflicto, a niveles superiores de desarrollo es la reforma del Sistema General de Participaciones. Históricamente –incluso desde antes de nuestra independencia definitiva en 1819–, el debate sobre la autonomía territorial ha implicado violencia. Con ese precedente era importante lograr lo que en efecto conseguimos: aprobar la iniciativa a partir de la discusión argumentada alrededor de un cambio que permitirá empezar a superar el estrepitoso fracaso del centralismo y alcanzar niveles superiores de desarrollo.
Esa reforma, y la ley de competencias que se tramitará para concretarla, permitirá que los territorios reciban hasta el 39,5 % de los ingresos corrientes de la Nación en una transición que tomará 12 años a partir de 2027. Hoy los territorios reciben el 22,3 % de esos recursos: dinero que en evidencia no es suficiente para prestar los servicios de salud, educación, saneamiento básico y agua potable que la ley obliga a prestar a departamentos, distritos y municipios.
Pronto el Gobierno deberá presentar una ley de competencias. Foto:EL TIEMPO
Colombia termina 2024 con tres buenas razones para el optimismo: tres nuevas herramientas para el desarrollo de políticas públicas que se traducirán en una mejor calidad de vida, con alternativas a la confrontación verbal, para llevar discusiones basadas en argumentos, en autodeterminación de los territorios para tomar las decisiones para llevar a buen puerto su propio desarrollo y para superar los graves retrasos que ha tenido la implementación del Acuerdo Final de Paz. Esas tres nuevas herramientas son fundamentales para marcar el camino de un desarrollo más justo y más equitativo para todas y todos los colombianos. El país no merece menos.
Juan Fernando Cristo - Ministro del Interior