Daniel Restrepo (Dan), hijo de padre colombiano y madre española, es considerado como uno de los líderes de ascendencia latina que ha logrado una de las más altas posiciones en la Casa Blanca. No en vano fue Asistente Especial del presidente Barack Obama y director para Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
En este rol, fue responsable de la política estadounidense hacia América Latina, el Caribe y Canadá. Fundó y dirigió 'The Americas Project' en el Center for American Progress, enfocándose en temas relacionados con América Latina y el papel de los hispanos en Estados Unidos. Además, trabajó en el Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes de ese país, abordando asuntos políticos y económicos relacionados con Latinoamérica.
Restrepo estuvo en reciente oportunidad en Colombia dando su visión de lo que puede venir para el país tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. EL TIEMPO habló con el experto, precisamente, de esos retos, a propósito de las primeras medidas que tomará el nuevo gobierno estadounidense en temas que pueden impactar al país, como el arancelario y la migración.
¿Cómo se ve a Colombia desde una perspectiva internacional?
Creo que han sido años difíciles para la región que fue muy golpeada por la pandemia y por el choque económico derivado de la invasión de Rusia en Ucrania y su recuperación ha sido lenta. Ahora vienen otra serie de incertidumbres con los cambios políticos en Estados Unidos y las implicaciones macroeconómicas, geopolíticas y las bilaterales en las relaciones entre esta nación y los demás países de la región, incluyendo a Colombia. Lo Macroeconómico en Estados Unidos puede complicar bastante la situación económica de los emergentes, porque las políticas que propone el Presidente Trump surgen por los efectos políticos de la resaca inflacionaria en Estados Unidos a mediano y largo plazo, es decir, subir aranceles, una política fiscal muy expansiva y la idea de escalar deportaciones. Estos tres temas tendrían efectos sobre la inflación y las tasas de interés e impactos para las demás economías del planeta.
¿De qué manera los afectará?
El precio de mantenimiento de la deuda sube, la fuga de capital hacia los Estados Unidos desde los países emergentes continuaría o intensificaría, entonces esa situación será compleja para todos. Luego viene la parte geopolítica, vivimos en un mundo y una época de mucha incertidumbre, pero creo que vamos a ver implicaciones importantes globales para cuando termine la invasión de Rusia a Ucrania, y la lectura que dé Vladimir Putin de esa conclusión será un factor de inestabilidad europea también con implicaciones económicas para el resto del mundo. Ahora, la incertidumbre frente a la relación entre China y Taiwán y la intensificación en el Medio Oriente del conflicto con Irán también son factores desestabilizadores que refuerzan los efectos macroeconómicos mencionados. Luego viene lo bilateral en lo económico, pues los aranceles sobre el acero, aún si no son dirigidos hacia acá, pueden tener efectos importantes en las economías de toda la región. Vamos a ver las amenazas de aranceles que ya hemos visto de Trump ante México y Canadá, pero en otros contextos que afectará a distintos países de la región, incluido Colombia.
Y particularmente a Colombia...
Un aumento de aranceles globalizado tendría un efecto importante sobre el comercio entre Colombia y Estados Unidos, lo cual sería malo. Lo segundo es que la política de aranceles es una herramienta que Trump utilizará en otros temas y el migratorio puede ser uno de estos. Algo importante es reconocer que la dinámica migratoria para Estados Unidos hoy es muy distinta a la de los primeros 4 años de la presidencia de Donald Trump cuando había un flujo migratorio de tres países del triángulo norte de Centroamérica y para frenar eso utilizó una serie de políticas y tácticas, entre estas, amenazas de aranceles si México no hacia más para detener dicho flujo. En el caso de los países centroamericanos era una combinación de balanza comercial, que no es tan grande, sino de asistencia, es decir, cortar o congelar esa asistencia bilateral hasta que se tomaran medidas frente al tema migratorio. Hoy el flujo migratorio a los Estados Unidos es bien distinto porque el tapón del Darién se abrió en el 2021 y pone en el juego directamente a Colombia, luego este será uno de los temas centrales en la relación de Trump con Colombia, para lo cual utilizará las mismas tácticas para tratar de que el país haga más para detener ese flujo migratorio.
Pero el presidente Trump también ha anunciado deportaciones masivas...
Si Trump llega a escalar las deportaciones al nivel que está prometiendo, un millón de personas cada año, sin duda se interrumpirán los flujos de remesas que son muy grandes hacia la región, son 60.000 millones de dólares solo hacia México. En Colombia son dos puntos del PIB en remesas y en Centroamérica un 25 por ciento del PIB, en esa medida habrá una interrupción de la economía de esas regiones. Aún si no deporta a alguien que envía remesas puede ser que eso tenga un impacto sobre la economía cotidiana de esa población estadounidense.
¿Esas deportaciones cómo afectarán la economía de Estados Unidos?
Tendrá un efecto negativo debido al impacto sobre los mercados laborales y el primero, si se llega a la escala mencionada, sería un aumento en los precios de casi todo, es decir, el costo de la mano de obra subirá y con eso los precios para los consumidores, en particular de los sectores agrícolas y de construcción... habrá un impacto inflacionario con implicaciones para las tasas de interés en Estados Unidos y el mundo.
Existe alguna posibilidad de hacerle el quite a esos efectos directos o indirectos...
Ya se han dado unos primeros acercamientos con México y Canadá y ambos países se comprometieron, entre comillas, a resolver el problema que Trump puso sobre la mesa. La presidenta de México (Claudia Sheinbaum Pardo) dejó bien claro que ella hará todo lo posible para reducir ese ese flujo migratorio y eso quizás será suficiente por el momento para evitar el tema de los aranceles. Creo que los países de la región tendrán que presentar soluciones a esos problemas y ver cómo eso lo pueden jugar en lo bilateral. Colombia tiene un muy buen relato con la acogida de tres millones de venezolanos a lo largo de los últimos años, que ha evitado mucha migración hacia Estados Unidos y esto se puede presentar como algo que está sirviendo al propósito de Trump de evitar dicha migración. Lo único que se puede tratar de hacer es jugar a la ofensiva, en lo narrativo, de que eso que se está haciendo está sirviendo los propósitos de política pública que que busca Trump.
Es un poco recurrir al manejo de una buena diplomacia...
Sí, pero creo que tiene que ir más allá de los Gobiernos porque de lo contrario será una relación muy tensa, tal como se dio con las presidencias de Santos (Juan Manuel) y Duque (Iván). Con Petro (Gustavo) no será diferente, por lo que considero importante que otras personas que tienen interés en la relación -y aquí entra parte del empresariado colombiano- tengan que alzar la voz para decir que esto es bueno o malo para Colombia más allá de para un Gobierno de turno, hay que ampliar el enfoque a los países como tal.
¿Cómo encaja el tema climático y energético en toda esta conversación?
El cambio climático es una realidad, se está intensificando, tiene implicaciones geopolíticas, políticas, económicas y sociales muy grandes. Estados Unidos estará mucho menos presente en los foros internacionales sobre el tema de lo que hasta ahora hemos visto, por lo que los demás países tendrán que seguir trabajando sin el respaldo estadounidense. En lo energético, una de las cosas más interesantes es que son tendencias geopolíticas que no tienen nada que ver con Trump. El desarrollo de inteligencia artificial (IA) y la aceleración de ese desarrollo requiere niveles de electricidad superiores a los actuales y eso crea oportunidades para los países que pueden producir electricidad de forma rápida, lo que cambia un poco los balances geopolíticos sobre quién estará en la mesa de uno de los desarrollos más importantes que es la IA. Latinoamérica tiene una capacidad de electricidad renovable importante que la lleva a ser jugador en lo que definirá esta próxima etapa de desarrollo económico y a cierto nivel político. Es un poco un reordenamiento del tablero geopolítico que tendrá implicaciones muy interesantes y a cierto nivel impredecibles.
Sin duda, Colombia está entre los países que tienen la capacidad de ampliar su capacidad de producir electricidad, pero la base de todo esto son las condiciones de inversión que tiene cada país y qué están haciendo para atraer esa inversión internacional y local. Esa relación en Colombia ha sido bastante tensa entre el Gobierno y el empresariado, lo cual resta capacidad de aprovechar las oportunidades existentes .
¿Desde afuera no se ven claras las reglas de juego para invertir en Colombia?
Creo que más allá del punto de vista estadounidense es una percepción de los mercados internacionales que siguen buscando sitios donde exista un marco para hacer negocios, países donde si yo voy a invertir tendré las protecciones y las condiciones necesarias para que esa inversión rinda y esté segura.
Lo pregunto, además, por la oportunidad que tendría Colombia para capitalizar esa posibilidad de que empresas estadounidenses que hoy producen en Asia, puedan estar más en la región...
Creo que esa oportunidad sí existe a raíz de la tensión comercial que habrá entre Estados Unidos y China porque Trump llega con una política de desconectar la economía estadounidense de la china, lo cual tiene sus límites. Una parte importante es que esa desconexión no puede venir sola, el deseo es traer la inversión a Estados Unidos pero hay límites de mercado que lo impide y eso abre la posibilidad del nearshoring, empezando por México, pero aún hay cosas que no tienen sentido hacer allí o solo allí económicamente, y es ahí que se abre la posibilidad para otros países cercanos con capacidad empresarial, como Colombia, dada su posición geográfica y los recursos propios, que es otro elemento importante que cumple el país, pero de nuevo nos lleva a las condiciones de negocios e inversión que debe tener un país y ahí Colombia no está compitiendo con sí mismo ni con un ideal, sino con otros países.
¿Cómo región las oportunidades pueden ser mayores?
Creo que también hay una oportunidad importante de la propia integración latinoamericana, que sigue siendo la región del mundo menos integrada, es decir, con menos comercio dentro de la propia región. En el contexto que acabamos de hablar del nearshoring y de ser un poco el México de México, aumentar esa conectividad comercial dentro la región sí tiene efectos positivos para servir al mercado estadounidense y al mercado europeo, incluso al asiático. Esa oportunidad creo que sigue siendo relevante y no depende del nuevo presidente de Estados Unidos
Finalmente, ¿creen que Colombia podrá acelerar un poco su crecimiento en 2025, es decir, que pueda estar más allá del 2,5 por ciento que proyectan algunos economistas?
No creo que hay mucha expectativa de crecimiento más rápido que eso en gran parte por razones bastante locales. Es decir, las incertidumbres políticas y el marco de negocios siguen siendo las que son creo van a intensificar en los últimos 2 años de una Presidencia y con una una campaña presidencial que comenzó muy temprano, pero también creo que es restará un poco el enfoque de los temas que he mencionado. De nuevo, en una región que estará presionada y en un contexto macroeconómico global que no ayudará en el crecimiento en sí, porque en Estados Unidos vamos a tener tasas de interés altas por más tiempo de lo esperado y eso tiene efectos negativos sobre el crecimiento en casi todos los mercados emergentes, incluso en Colombia.
* Dan Restrepo fue el invitado internacional del 'Foro Corfi Perspectivas Económicas 2025: ¿Luz al final del túnel?', realizado el pasado 3 de diciembre.