En las primeras horas del 30 de enero del 2021, la visionaria productora de hiperpop Sophie vivía en un departamento en Atenas. Para ver mejor la Luna llena, subió a un balcón, pero resbaló y cayó. Tenía 34 años y su muerte provocó un gran aprecio por las formas en que su vocabulario sonoro —tonos de sintetizador puntiagudos, retorcidos y entrecortados y ganchos ultrasucintos— había pasado tan rápidamente del margen experimental del pop al gusto popular.
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En Atenas —y antes en Los Ángeles y Londres— Sophie había estado trabajando en el sucesor de su álbum de 2018, “Oil of Every Pearl’s Un-Insides” y su LP de remezclas del 2019. El nuevo álbum estaba tan cerca de quedar terminado que Sophie había elegido la lista completa de canciones. Tres años más tarde, Benny Long, su hermano y director del estudio, lo terminó, esforzándose por honrar las intenciones artísticas de Sophie. Se titulará simplemente “Sophie”.
“Al principio había muchas dudas”, dijo Long. “Pero pensé, en realidad, todo se reduce a: ¿querría ella que saliera este álbum o no? Y definitivamente lo querría”.
Como guardián del catálogo de Sophie, Long ha decidido que “este es el último álbum de Sophie”, dijo. “Este es un álbum en el que habíamos trabajado años. Hablamos de todo al respecto: los temas, la lista de canciones. Así que hacer otro álbum y lanzarlo como solista se sentiría mal”.
“Sophie” incluye las voces de los compositores y cantantes Kim Petras, Bibi Bourelly, Hannah Diamond, Cecile Believe, Jozzy, Big Sister y Liz, así como el dúo BC Kingdom.
Terminar el álbum se convirtió en un proyecto familiar para Long y su hermana Emily Long. Ella estudió derecho musical para trabajar con Sophie y aprobó el examen de la barra de abogados dos semanas antes de la muerte de su hermana. Una vez que Benny Long decidió terminar el álbum de Sophie, Emily Long hizo mancuerna con él para tomar decisiones. “Todos los días hablamos de Sophie y de lo que amaba y de las cosas que la harían feliz”, dijo Long.
Hacer la versión final de “Sophie” involucró “perfeccionar ciertos sonidos con los que sé que Sophie no estaba contenta”, dijo Long. “O estaba contenta con esta parte de una canción, pero no con aquella. Llevábamos mucho tiempo trabajando y hablando de ello. Entonces siento que tenía bastante clara en mi cabeza la dirección que ella quería”.
Sophie nació en Glasgow y estudió piano y guitarra antes de dedicarse a la música electrónica y acoger sonidos puramente sintéticos; los únicos sonidos físicos en “Sophie” son las voces. “Tan pronto como empezó a hacer música, siempre hablaba de querer crear algo que no se hubiera escuchado antes, y crear alegría y sorpresa y todas esas emociones humanas”, dijo Emily Long.
Desde su surgimiento a principios de la década del 2010, con sencillos traviesos y minimalistas como “Bipp” y “Lemonade”, las producciones de Sophie fueron llamativas, futuristas e influyentes. Deformaban cada parámetro sonoro: tono, velocidad, compás, timbre.
“Musicalmente, esto es ella, 100 por ciento”, dijo Emily Long sobre el álbum. “Lo principal para ella era odiar la nostalgia. Ella siempre estuvo más entusiasmada con el futuro. Y eso es lo desgarrador, pero también la cosa donde su música puede darme la esperanza de que ella pueda estar presente. Creo que si este álbum hace algo, es que su legado no esté asociado con algo puramente del pasado. Creo que hay una parte de ella en el futuro”.