Durante los últimos años, una empresa neozelandesa ha estado desarrollando discretamente un sistema de transporte inteligente autónomo y eléctrico que no solo ofrece una opción eficiente y ecológica para trasladar velozmente a sus usuarios por encima de las avenidas y los trancones, sino que hará que mucha gente considere poco eficiente usar el carro en sus desplazamientos dentro de la ciudad.
LEA TAMBIÉN

Esta nueva tecnología, llamada Whoosh (zumbido, en inglés), ha permanecido oculta hasta ahora en un laboratorio de la ciudad de Christchurch, en la Isla Sur, de Nueva Zelanda (Oceanía), pero recientemente acaba de salir a la luz con el anuncio de que comenzará a funcionar en esa misma isla, en 2026, según informa la propia empresa.
Este sistema combina componentes y principios de los servicios de transporte convencionales con algunos elementos de los teleféricos (sistema constituido por una serie de cabinas que se desplazan entre dos puntos suspendidas de un cable de tracción), dando como resultado un nuevo sistema de transporte elevado, totalmente nuevo y diferente de los existentes.
Representación de una red de transporte elevado en una ciudad. Foto:Whoosh-Hold-LP
Aunque a simple vista Whoosh parecería asemejarse a los sistemas teleféricos que funcionan en distintas ciudades del mundo, conectando puntos situados a distintas alturas o efectuando recorridos turísticos, esta propuesta es radicalmente diferente.
Ya que a diferencia de las instalaciones clásicas en las que uno o varios cables hacen avanzar las cabinas, siguiendo un recorrido fijo de ida y vuelta entre dos puntos, deteniéndose en algunas estaciones, en el nuevo sistema neozelandés cada cabina tiene su propio motor y se desplaza una la red de cables, de manera autónoma, eligiendo la ruta más adecuada en cada momento.
LEA TAMBIÉN

Mediante una aplicación (app), los pasajeros podrán solicitar o reservar un vehículo eléctrico autónomo (VEA) que avanzará a toda velocidad por una vía elevada hasta la estación más cercana, para que se suban a bordo y se desplacen hasta el destino elegido en un viaje sin escalas, de forma rápida, económica y divertida, disfrutando de vistas en 360 grados, gracias a los cristales panorámicos de la cabina.
“Mantuvimos el proyecto en secreto, trabajando de modo diligente pero sigiloso en esta tecnología, compartiendo sus características y avances solo con planificadores de transporte, líderes de la industria, usuarios potenciales, ejecutivos e inversores, los cuales han mostrado mucho interés positivo y auguran excelentes perspectivas para este sistema”, señala el doctor Chris Allington, director ejecutivo (CEO) de Whoosh.
“Parte del entusiasmo de quienes han recibido información sobre este sistema se ha centrado en la singularidad de Whoosh”, explica Allington. Señala que a primera vista, sus cabinas o góndolas parecen las de un teleférico convencional, pero son diferentes, ya que utilizan como vías y guías a la vez, unos rieles sólidos y cables tensados que son fijos, y no se mueven como los de los teleféricos.
Pasajeros en una cabina de este transporte. Foto:Whoosh-Hold-LP
“Los vehículos se desplazan por la vía-guía, conduciéndose de forma totalmente autónoma, viajando solo cuando es necesario y pasando por alto las estaciones situadas a lo largo de su ruta para llevar a los pasajeros directamente a donde quieren ir sin detenerse innecesariamente”, explica Allington.
El sistema ofrece grandes beneficios económicos ya que cuesta una fracción de otras opciones de transporte como el tren ligero y es más barato que construir nuevas carreteras para hacer frente al aumento de la demanda de tráfico, según el ejecutivo. “Además es sencillo de instalar y fácil de ampliar, lo que permite que la red crezca a medida que aumenta la demanda”, destaca.
El sistema tendrá pequeñas estaciones espaciadas regularmente que podrán ubicarse a nivel del suelo o conectarse directamente a edificios y hoteles, lo que facilitará el acceso de los pasajeros.
Tanto las estaciones como sus vías de acceso ocuparán un espacio reducido, lo que permitirá instalar el sistema a lo largo de las vías y entornos urbanos existentes sin interrumpir ni afectar las opciones de viaje actuales, según adelanta Allington.
También para mercancías
Las redes del sistema, que también podrá incluir cabinas para transporte de mercancías, son modulares y pueden incluir pequeñas paradas, estaciones centrales más grandes o combinaciones de ambas para crear una variedad de opciones de viaje en una región, según sus desarrolladores.
Los vehículos se desplazan a través de secciones de cables para superar obstáculos geográficos sin interferir con el área que se encuentra debajo, pasando sin inconvenientes del cable a una estructura de soporte de rieles, cambiando de elevación o girando para crear innumerables opciones de ruta.
“El sistema contará con dos vías-guías elevadas (una para el tráfico en cada dirección), soportadas por una única fila de torres. Eso permitirá que el tráfico de cabinas circule en dos sentidos, como en una carretera o calle convencional de dos carriles”, explica el doctor Chris Allington a Efe.
LEA TAMBIÉN

Menor consumo de energía
“Las vías estarán a 12 metros del suelo para garantizar que haya un espacio libre suficiente entre la parte inferior de las cabinas y los obstáculos o vehículos situados debajo”, añade.
“Una red urbana Whoosh se puede instalar fácilmente, ocupa poco espacio, tiene la capacidad de trasladar a 3.000 personas en cada dirección por hora y su infraestructura costará unos 5 millones de dólares estadounidense (US$) por kilómetro, dependiendo de la complejidad”, según Allington.
Adelanta que Whoosh funcionará mediante una pequeña flota de vehículos eléctricos autónomos (VEA) que recorrerán su red y transportarán pasajeros a distintos destinos clave.
“Los VEA consumen un 50 % menos de energía en comparación con los vehículos eléctricos de carretera porque viajan de forma continua durante cada viaje, reduciendo el desperdicio de electricidad que se produce al detenerse, frenar o quedarse atrapado en el tráfico”, subraya.
Este ejecutivo adelanta que la empresa Swyft Cities, fundada por el exejecutivo de Google Jeral Poskey, y que se ha convertido en socio de licencias de Whoosh, “está en conversaciones con las autoridades de varias ciudades de los Estados Unidos, que buscan activamente avanzar en la implementación de Whoosh como solución de transporte”.
El doctor Allington remata confirmando que el interés por Whoosh también es alto en Nueva Zelanda, donde ya se está trabajando en la primera instalación de Whoosh, que se localizará en Remarkables Park, en Queenstown, y cuya puesta en marcha para el público está prevista para 2026 o 2027, según adelanta.
RICARDO SEGURA
EFE Reportajes