Una vez más pude disfrutar del privilegio de asistir a la feria mundial de móviles, el Mobile World Congress 2025 (MWC25), la cita obligada en el Fira de Barcelona, donde este año se reunieron 109.000 almas de todo el mundo alrededor de las mayores innovaciones en tecnologías móviles que el planeta tiene para mostrar.
La inteligencia artificial (IA) y la robótica, una vez más, se tomaron el protagonismo principal del evento. Según Huawei, la IA y su uso en la economía productiva de la región significará cerca de un 6 % del PIB de Latinoamérica en el 2030, con una tasa de crecimiento en esta parte del mundo del 30 por ciento anual.
También vi el lanzamiento de muchos productos geniales, entre esos el Huawei Mate XT, un precioso modelo de tres pantallas flexibles que llegará el otro mes a Colombia.
Pero detrás de las luces y el show, también pasaron cosas muy relevantes en la parte regulatoria y geopolítica del MWC25. Brendan Carr, el nuevo presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos, no desaprovechó su intervención para hacer una muy dura crítica al tradicional modelo ultrarregulatorio y controlador de la Unión Europea en materia de desarrollos tecnológicos.
Su posición, fiel al discurso de Donald Trump, cargó de frente contra la Ley de Servicios Digitales que impulsa Europa contra la desinformación, en cabeza de los gigantes digitales como Meta con Facebook, o TikTok, así como Twitter (X) de Elon Musk, entre otros.
Una dura discusión en la que por primera vez Europa pareció, en este MWC25, dar un sutil giro y admitir que se analiza una simplificación de las normas, ante la feroz crítica de Carr al señalar la tradición regulatoria europea de ser “un régimen”, del cual prometió defender a “nuestras empresas”, metiendo más carbón a la discusión geopolítica tecnológica.
Elon Musk y Donald Trump Foto:AFP
Incluso los reguladores presentes en el Programa Ministerial, al que asistieron cerca de 88 delegaciones de 148 países, 66 ministros de Estado y 111 jefes de autoridades regulatorias, se mostraron acordes a revisar, por primera vez, el estado crítico actual del sector de telecomunicaciones a nivel global y de cómo comprender un marco regulatorio moderno que se enfoque en un único objetivo: proteger y garantizar el futuro de esta industria, agobiada por crisis financieras profundas en la gran mayoría de países del planeta.
Se requiere de una política regulatoria acorde al cambio estructural del negocio de telecomunicaciones que acelera su adopción. La integración empresarial, la consolidación de infraestructuras y la innovación de productos y servicios exige una mirada alternativa desde lo regulatorio, que además contemple a la nueva competencia del sector: los gigantes digitales y las plataformas de entretenimiento, que consumen gran parte del poder y tráfico de unas redes por las que no pagan un peso.
El futuro de las telecomunicaciones está en juego y el mundo se prepara para afrontarlo. ¿Cómo vemos esto desde Colombia? Si no se toman las medidas del caso, esta industria comenzará a sufrir.
JOSÉ CARLOS GARCÍA R.
Editor Multimedia
@JoseCarlosTecno