A la desaparición de Tatiana Hernández, la joven estudiante de medicina de 23 años, de quien no se tiene rastro desde el pasado 13 de abril, se suma las desapariciones en Cartagena de Karina Cabarcas hace 14 años; de Alexandriht Sarmiento Arroyo hace 4 años; Karina Cabarcas, hace 14 años, y Natalia Buitrago, una modelo que desapareció en las islas del rosario hace 3 años. De ninguna de ellas, las autoridades ha entregado resultados sobre sus paraderos. Solo hay una condena.
La Defensoría Regional de Pueblo en Bolívar había emitido una alerta temprana (la número 002 de fecha: enero 15 de 2020) en la cual alerta de manera urgente sobre crecientes movimientos de actores ilegales armados y mafias del narcotráfico que no solo se dedican al tráfico de drogas ilegales, si no a reclutar jóvenes y mujeres para el comercio sexual, la trata de personas con fines de explotación sexual y turismo sexual.
Estos cuatro casos no solo dejan al descubierto lo reiterado y fácil que es desaparecer mujeres y niñas en Cartagena, si no la inoperancia e incapacidad de las autoridades locales para la protección de sus mujeres, la prevención y captura de las mafias y redes de trata ya denunciadas por la Defensoría y por las propias agencias del Estado; o para la búsqueda y recuperación de cuerpos que desaparecen en el mar.
La desaparición de Alexandrith Sarmiento: sin rastro de una niña negra que a nadie le importó
Alexandrith Sarmiento Arroyo desaparecida en Cartagena de Indias. Foto:archivo particular
El 19 de marzo de 2021 desapareció Alexandrith Sarmiento, una adolescente negra de 15 años que vivía en Bayunca, corregimiento de Punta Canoa, al norte de Cartagena. La joven salió de su casa acompañada de su tío político, Wainer Ayola, quien supuestamente la llevaría a aprender a manejar motocicleta.
Lo que comenzó como una búsqueda urgente se ha convertido en un caso silenciado, atravesado por la indiferencia institucional y por la crudeza de una ciudad que margina a sus habitantes más vulnerables.
Ese día, su abuela Maritza fue al corregimiento a visitar a su hijo Alexander, y Alexandrith logró convencerla para que se quedara una noche con ella en la casa de su mamá. Al día siguiente, luego del desayuno, cada uno comenzó a realizar labores de la casa. Alexandrith se puso a lavar la nevera, y mientras lo hacía, algo dentro de la misma llamó la atención de Maritza.
“Mientras lavaba, me llamó la atención unos pomelos que ella tenía en la nevera, y le dije ‘ven acá, ¿y esos pomelos de dónde vinieron’, y ella me dijo: ‘no, esos pomelos me los dio el marido de mi tía, Wainer’”, había narrado Maritza en una investigación realizada por la Universidad Tecnológica de Bolívar sobre este doloroso caso.
Se refería a Wainer Ayola, de 37 años, tío político de Alexandrith, esposo de la hermana de su mamá, quien también vivía en Bayunca. El papá de las niñas, Alexander Sarmiento, no gustaba mucho de ese lado de la familia de la mamá de sus hijas, así que trataba de alejarlas de ese entorno.
“Yo siempre he estado apartado de esa familia, y traté de apartar a mis hijas. El señor Wainer iba mucho a donde María (su exesposa) y tenía un interés especial en Alexandrith. Ahora veo que tanto interés de Wainer con la niña no era bueno… la niña nunca pensó nada malo de él, lo veía como un tío, pero él sí pensó la maldad con mi niña”, había afirmado Alexander, padre de la jovem
Casi 5 años después, la familia de Alexandrith y organizaciones sociales que se han sumado a su búsqueda insisten en que las autoridades no han hecho lo suficiente.
La investigación se ha visto plagada de vacíos, demoras y silencios. “Es como si no importara”, dicen la madre de la joven.
No hay una línea clara de investigación, no se han emitido resultados contundentes y, lo más doloroso para sus familiares, no hay empatía institucional frente a la desaparición de una menor de edad negra, empobrecida, y habitante de un corregimiento históricamente abandonado.
Condena al tío político de Alexandrith
En febrero del 2023, un juez de conocimiento de Cartagena condenó a 42 años de prisión a Wainer Ayola Torres, tío político de Alexandrith Sarmiento, por el delito de desaparición forzada agravada.
La desaparición de Alexandrith no es solo una tragedia individual. Es una ventana al abandono estructural que viven miles de mujeres y niñas en Cartagena, una ciudad profundamente desigual.
Tras 14 años de su desaparición, familia de Karina Cabarcas la sigue buscando
Karina Cabarcas, desaparecida en Cartagena Foto:Archivo particular
El 20 de junio de 2011, Karina Cabarcas Peñata salió de su casa en el barrio Torices, en Cartagena, para hacer un mandado a pocas cuadras. Tenía 19 años, estudiaba turismo y vivía con su abuela, a quien prometió no demorarse. Nunca más regresó.
Según relatos, Karina fue vista por última vez en compañía de Richard Mercado Carmona, un joven del mismo sector. Ambos habrían caminado por la playa que bordea Marbella y Crespo. Al día siguiente, el cuerpo sin vida de Richard apareció flotando en el mar. De Karina no hubo más señales.
14 años después, su familia sigue esperando respuestas. Norma, su madre, se niega a aceptar que Karina haya muerto y sostiene la esperanza de que esté viva, retenida por una red de trata de personas. "Creo que algún día volverá a Cartagena", dice con una triste firmeza.
El caso, lleno de interrogantes y con pocos avances oficiales, sigue siendo un símbolo del olvido institucional frente a las desapariciones de mujeres jóvenes en la ciudad. La búsqueda de Karina aún no termina.
Una ciudad que no es segura para las mujeres
Tatiana Hernández, desaparecida en cartagena Foto:Cortesía
Las cifras que ha entregado el programa ‘Cartagena Cómo Vamos’ sobre esta problemática son alarmantes: el 72% de las mujeres cartageneras se sienten inseguras en la ciudad. Un 65% percibe riesgos en sus barrios, y el 35% ha sido víctima de violencia sexual, extorsión o hurtos. Esta violencia se agrava en el caso de las niñas negras, pobres y periféricas como Alexandrith, porque sobre ellas recaen múltiples factores de vulnerabilidad que incrementan los riesgos.
A ello se suma el fenómeno del turismo con fines de explotación sexual, una realidad que muchos prefieren ignorar.
Cartagena, con su imagen proyectada como destino caribeño exótico, ha permitido que en ciertos sectores se construya una narrativa erotizada de la ciudad. Las mujeres, especialmente las negras, son vistas por algunos visitantes como parte del paquete turístico, lo que ha normalizado una cultura de cosificación, abuso y explotación. Entre más 'exótica' se percibe a una mujer, más se le despoja de su humanidad.
Tres años sin rastro de Natalia Buitrago: el misterio que enluta a una madre
Natalia Buitrago, desaparecida en Cartagena Foto:Archivo particular
El 18 de agosto próximo se cumplirán cuatro años de la desaparición de Natalia Buitrago Moreno, una joven modelo y esteticista de 22 años que viajó desde Dosquebradas (Risaralda) a Cartagena para celebrar su cumpleaños en las Islas del Rosario, pero de quien no se ha vuelto a saber nada.
La última vez que su familia tuvo noticias de ella fue el mismo día de su llegada a la isla.
Desde entonces, su madre, Claribel Moreno, ha emprendido una lucha incansable para mantener viva la memoria de su hija y exigir justicia. Claribel recuerda cada día a Natalia y denuncia lo que considera una desaparición forzada que las autoridades aún no han resuelto.
Las hipótesis sobre el caso apuntan a un posible homicidio o incluso trata de personas. Sin embargo, en estos casi cuatro años no se han producido avances significativos en la investigación.
El caso de Natalia Buitrago sigue envuelto en el misterio, mientras su familia clama por respuestas que no llegan.
La trata de personas: una amenaza
silenciosa en Cartagena
Cartagena de Indias, Centro Histórico, se alista para la Semana Santa. Foto:John Montaño/ EL TIEMPO
Según la Defensoría del Pueblo, en Bolívar los casos de mujeres víctimas de trata aumentaron en la pandemia: de un caso reportado en 2019, se pasó a tres entre 2020 y 2021. Además, en 2021 se reportaron al menos tres desapariciones forzadas de niñas, entre ellas la de Alexandrith. La trata de personas es una amenaza silenciosa en Cartagena.
La ciudad, entonces, no es segura para muchas de sus habitantes, y menos para las niñas negras. La desaparición de Alexandrith ha sido una herida abierta, no solo para su familia, sino para quienes luchan por visibilizar el racismo estructural, la desigualdad y la violencia de género que atraviesan la vida de muchas mujeres cartageneras.
La consigna que ha acompañado su búsqueda lo resume todo: “La vida de las niñas negras también importa”. Un año después, esa frase sigue siendo un clamor sin respuesta por parte de las autoridades. Mientras el turismo crece y se embellecen las postales, en los márgenes de Cartagena hay niñas desaparecidas, familias silenciadas y comunidades que esperan justicia.
Además, te invitamos a ver nuestro documental 'Explotación sexual en Cartagena: Voces silenciadas'
Documental de la periodista Jineth Bedoya. Foto:
Cartagena