Un estudio publicado recientemente en una prestigiosa revista de medicina descubrió que realizar al menos cinco minutos de actividad física vigorosa al día podría ayudar a reducir notablemente la presión arterial, y aumentar la carga a 20 minutos disminuiría drásticamente el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
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Mantener el buen estado físico del cuerpo es crucial para una buena salud y longevidad, por lo que realizar actividad diariamente es el consejo de la mayoría de los profesionales de la salud. Ratificando esta realidad, un estudio publicado en la revista Circulation demostró los beneficios de realizar actividad física a diario a través del análisis de datos de 15.000 personas.
El informe destaca actividades físicas como correr, montar en bicicleta, subir escaleras o caminar a paso ligero durante unos minutos, las cuales ayudarían a las personas con presión arterial alta, quienes tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Los participantes del estudio poseían una edad promedio de 54 años y estaban divididos casi por igual entre hombres y mujeres. En promedio, los involucrados pasaron siete horas al día durmiendo, 10 horas en actividades sedentarias, tres horas de pie, una hora de caminata lenta, una hora de caminata rápida y 16 minutos haciendo ejercicio vigoroso.
"Más tiempo dedicado a hacer ejercicio o dormir, en relación con otros comportamientos, se asoció con una presión arterial más baja", indicó en primer lugar el informe. En esa línea, los autores concluyeron que "pequeñas cantidades adicionales de ejercicio están asociadas con una presión arterial más baja en un entorno de vida libre".
La presión alta en Estados Unidos
De acuerdo al informe, las enfermedades cardíacas comprenden la principal causa de muerte en Estados Unidos, y en 2022, la presión arterial alta fue una causa principal o contribuyente de 685,875 muertes, según la información compartida por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
En ese sentido, casi la mitad de los estadounidenses tienen presión arterial alta, la cual se divide en dos categorías: presión arterial sistólica (mayor a 130) o presión arterial diastólica (mayor a 80).