En el universo culinario, el proceso de descongelar la carne siempre ha sido un tema de debate y meticulosa atención. Las prácticas convencionales a menudo incluyen el uso de microondas o agua caliente, aunque estas métodos pueden comprometer la calidad y seguridad del alimento.
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Sin embargo, un truco poco conocido, que implica el uso de elementos básicos de cocina, permite descongelar la carne en solo cinco minutos, sin recurrir al agua de manera directa ni al uso del microondas.
Cuando se congela, la carne no pierde las bacterias que pueda tener, simplemente detiene su crecimiento. Según la doctora Andrea Exeni, jefa del Servicio de Nefrología Infantil del Hospital Universitario Austral, el uso de agua caliente para descongelar la carne puede activar la multiplicación de estos microorganismos.
"Congelar la carne no destruye las bacterias que la contaminan. Simplemente, impide que aumenten", explica Exeni. Por esta razón, es crucial adoptar métodos que aseguren tanto la integridad como la inocuidad del alimento.
El truco para descongelar la carne rápido sin comprometer la seguridad
El truco consiste en emplear dos ollas y una bolsa de plástico. Primero, se debe retirar la carne del 'freezer' y colocarla dentro de la bolsa. Luego, se coloca una olla vacía boca abajo en el lavaplatos y se pone la bolsa con la carne encima.
Se llena otra olla con agua caliente (sin llegar a hervir) y se sitúa sobre la bolsa, aplicando una ligera presión. Este método, por su distribución uniforme de calor y presión, facilita una descongelación rápida sin sacrificar las propiedades del alimento.
Es importante recalcar que, aunque efectivo, este método es un recurso para situaciones de urgencia. La técnica más recomendada por expertos sigue siendo la descongelación en la nevera, un proceso más lento que asegura mejores resultados.
La carne descongelada (en cortes enteros) en la nevera puede mantenerse refrigerada y usarse de 3 a 5 días después de su descongelación.
Para aquellos que optan por el uso de agua, la mejor práctica es emplear agua fría y cambiarla cada 30 minutos, manteniendo la carne en una bolsa sellada para protegerla de la absorción de agua y evitar el deterioro. Una vez descongelada, la carne debe refrigerarse de nuevo antes de cocinarla. Si se decide volver a congelar, es necesario cocinarla primero para garantizar su seguridad.
Este truco emerge como una opción rápida y eficaz para esos momentos en los que el tiempo apremia, brindando una solución práctica sin comprometer la calidad ni la seguridad del ingrediente principal en muchos platos del día a día.
La Nación (Argentina) / GDA
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*Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.