Si Colombia se adhiere a la Franja y la Ruta de China, ¿qué sigue? Esto firmaron otros países de América Latina

hace 6 horas 62

Una frase del presidente Gustavo Petro mientras ascendía un tramo de la Muralla China, cerca de Pekín, volvió a poner en la agenda nacional un tema que ha despertado serias dudas entre gremios económicos y sectores políticos del país. "Vamos a firmar la ruta de la seda", dijo el mandatario dando un giro sorpresivo al discurso que pronunció hace cinco días. 

La semana pasada, el presidente Petro había dicho que en su viaje a China iba a "hablar de tú a tú" con el presidente Xi Jinping sobre la balanza comercial entre ambos países, que firmaría un "acuerdo de intención" y que el próximo gobierno sería el que definiría si entraba o no a esa plataforma.

Desde el lado chino, aún no ha sido confirmada la reunión oficial entre ambos mandatarios. El presidente Xi estará en la apertura del cuarto foro China-Celac el martes 13 de mayo, donde también estarán el presidente Petro, quien preside de forma temporal el organismo latinoamericano; Lula da Silva, de Brasil; Gabriel Boric, de Chile, y otros cancilleres y organismos multilaterales invitados.

Embajador Zhu Jingyang y presidente Gustavo Petro en Muralla China, 12 de mayo de 2025

Embajador Zhu Jingyang y presidente Gustavo Petro en Muralla China, 12 de mayo de 2025 Foto:Juan Diego Cano / Presidencia

Gobierno no ha hecho público eventual memorando de entendimiento

Algo que está claro es que el gobierno de Gustavo Petro aún no ha revelado cuál sería el memorando de entendimiento, ya sea de adhesión o cooperación —como aparecía en la citación de la canciller Laura Sarabia que después fue desautorizada por el Jefe de Estado—, entre el país y China.

La Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), también conocida como Ruta de la Seda del siglo XXI, fue creada en 2013 por el presidente Xi Jinping, bajo la premisa de ser una plataforma de cooperación entre países, rememorando la antigua ruta de la seda y abriendo conexiones entre continentes, con énfasis en el sur global.

América Latina se comenzó a vincular en 2018. Hoy forman parte 22 países, aunque Panamá anunció su retiro a comienzos de este año. Brasil, pese a su cercanía y a que China es su principal socio comercial desde 2009, aún no se ha adherido, México tampoco ni Paraguay (porque mantiene relaciones con Taiwán).

Cabe anotar que el gobierno chino ha sido explícito en que la única forma de adhesión al BRI es a través de un memorando de entendimiento.

Visita del presidente Gustavo Petro a la Muralla China, 12 de mayo de 2025

Visita del presidente Gustavo Petro a la Muralla China, 12 de mayo de 2025 Foto:Juan Diego Cano / Presidencia

Sandra Borda, internacionalista y profesora de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, lo explica de esta forma: "Los memorandos de entendimiento son figuras no vinculantes del derecho internacional, es decir, es lo que se conoce como derecho suave, es casi como una carta de intención. Entonces, no es un acuerdo lo que se firma, que eso sería mucho más duro, mucho más vinculante, es un memorando de entendimiento". 

Esto es diferente a un tratado de libre comercio u otro tipo de vínculos y negocios entre países.

"El contenido de ese memorando no lo conocemos porque el gobierno no lo ha hecho público, a diferencia de lo que ha sucedido con negociaciones anteriores, como por ejemplo la del TLC con Estados Unidos —enfatiza Sandra Borda— Esos acuerdos eran sujetos a negociaciones tanto con Estados Unidos como con diversos sectores al interior del país. Esta vez, ellos no lo negociaron con nadie, ni con gremios, ni con ONG, ni con sindicatos, con ningún sector de la sociedad civil. Entonces, no hay forma de saber cuál va a ser el impacto de eso".

¿Memorando de entendimiento sería revisado?

Los analistas consultados coinciden en que, al no tratarse de un tratado de libre comercio o un acuerdo vinculante, el memorando no tendría que pasar ni por el Congreso ni la Corte Constitucional.

Sin embargo, hay un punto que llama la atención. "El documento que se va a firmar no se llegó solo por decisión de Presidencia, sino que vino después de años de discusión al interior del gobierno entre distintas entidades", explica David Castrillón Kerrigan, profesor e investigador de la Universidad Externado.

"En ese sentido, —agrega— después de la firma de la iniciativa la acción bajaría al nivel ministerial para efectuar lo acordado. Es decir, los ministerios serán los encargados de coordinar diálogos con sus contrapartes del lado chino".

No hay un trámite siguiente; en adelante dependerá de la iniciativa de China y Colombia por generar acercamientos comerciales

En eso coincide Camilo Defelipe, profesor investigador de la Pontificia Universidad Javeriana: "No hay un trámite siguiente; en adelante dependerá de la iniciativa de China y Colombia por generar acercamientos comerciales, es decir, establecer mesas permanentes de coordinación de estrategias comerciales y de inversión, principalmente, y de aumentar la presencia diplomática. En dichos espacios habría comunicación permanente sobre cómo unir demandas y ofertas de inversión en necesidades específicas".

¿Qué incluye un memorando de entendimiento de adhesión a la Franja y la Ruta de China?

Memorandos de entendimiento de países de Argentina, Panamá y Ecuador con China

Memorandos de entendimiento de países de Argentina, Panamá y Ecuador con China Foto:Captura de pantalla / EL TIEMPO

EL TIEMPO investigó los memorando de entendimiento de adhesión de Argentina, Panamá y Ecuador que decidieron formar parte de la plataforma desde hace siete años. 

La principal similitud es la estructura en cada documento. Cada acuerdo inicia con consideraciones generales de ambas partes y terminan con el manifiesto del deseo expreso de profundizar la cooperación bilateral o asociación estratégica (nivel al que alcanzaron Colombia y China hace dos años en la última visita oficial del presidente Gustavo Petro), y su apoyo a la Franja y la Ruta.

El principio rector del memorando son las "consultas amplias, contribución conjunta y beneficios compartidos". Y se enfatiza en el "respeto de intereses de cada uno".

En cada memorando se pone de forma explícita el objetivo de cooperar, promover el desarrollo económico mutuo a través de mayor conectividad e intercambio, el comercio bilateral de bienes y servicios, el incremento de inversiones recíprocas y la cooperación tecnológica e industrial.

Las tres áreas prioritarias de cooperación claves en esos memorandos firmados: coordinación de políticas (intercambio de experiencias y alineación de políticas de desarrollo); conectividad de infraestructura (impulso de proyectos conjuntos de transporte); facilitación del comercio e inversiones; integración financiera (favorecimiento de uso de monedas locales, y apoyo en inversión), y el vínculo entre los pueblos a través de intercambios culturales, educativos, turísticos y de salud.

José Raúl Mulino, presidente de Panamá, durante el anuncio de su nueva estrategia para combatir la inseguridad en el país.

José Raúl Mulino, presidente de Panamá, anunció que no renovará la Franja y la Ruta con China. Foto:AFP. Presidencia de Panamá

En cuanto a los mecanismos de cooperación, todos los documentos enfatizan en que se basan en los "principios de mercado", y la participación conjunta de capital público y privado.

Una cláusula que llama la atención es que "las partes pueden suscribir acuerdos o documentos complementarios enfocados en áreas o proyectos específicos de cooperación cuando sea necesario".

La vigencia inicial en los tres documentos es de tres años, con la claridad de que el acuerdo se puede renovar de forma automática a excepción que una de las partes notifique por escrito la intención de darlo por terminado, como hizo Panamá a comienzo de este año.

Cabe anotar que en ninguno de los documentos es explícito alguna reducción arancelaria o beneplácito en inversiones, como podría pasar en un TLC.

El efecto político de la adhesión de Colombia a la ruta de la seda

La eventual firma del memorando de entendimiento de la adhesión de Colombia a la Franja y la Ruta tendría serios efectos políticos y económicos.

En cuanto a efectos inmediatos, el profesor Camilo Defelipe pone sobre la mesa una posibilidad: "Los partidos políticos y otros mandos de gobierno podrían objetar la iniciativa, o demandar su aprobación o los acuerdos secundarios que se generen, todo dependerá de cómo el legislativo y los intereses partidistas entiendan el acuerdo".

Y detalla: "Tocaría entrar a mirar qué normas internacionales entrarían a operar en la regulación de los acuerdos que se logren; por ejemplo, tribunales de disputa comercial, de regulación de contratos, organismos rectores de estándares técnicos, bancos multilaterales de inversión, etc.), y qué tan cercanos están de China y que tan lejos de EE. UU. o Europa".

Foto oficial del encuentro de los presidentes Gustavo Petro y Xi Jinping, 25 de octubre de 2023.

Foto oficial del encuentro de los presidentes Gustavo Petro y Xi Jinping, 25 de octubre de 2023. Foto:Cancillería de China

Los analistas consultados coinciden en que habría un efecto político. "Es un statement político en estos días. Es una forma de decir que Colombia, de una forma u otra, pasa a ser parte del grupo de países que se sienten cómodos con el liderazgo internacional de China, que además ha sido reforzado por la actitud con la que Petro lo ha presentado".

Y agrega: "Si esto se hubiera hecho en otro momento, por ejemplo, cuando el expresidente Santos empezó una negociación de un tratado de libre comercio, que un tratado libre comercio es una cosa mucho más poderosa que un memorándum de entendimiento, en ese momento no generó tanta preocupación porque la tensión entre Estados Unidos y China no era tan grande como existe hoy".

Para David Castrillón Kerrigan se podría ver de esta forma: "El ingreso de Colombia a la iniciativa tiene dos implicaciones, al menos, una simbólica y una material. Del lado simbólico, la decisión representa un nuevo paso en la política de Estado colombiano de diversificar sus relaciones con el mundo. Y en lo material, abre la puerta para profundizar la relación económica y ampliarla a áreas nuevas como infraestructura, transición energética y acción climática".

La mirada de Estados Unidos

Xi Jinping

China y Estados Unidos alcanzaron una tregua de 90 días en la guerra arancelaria. Foto:Archivo EL TIEMPO / Agencias

El presidente Gustavo Petro sabe que la Casa Blanca mira de cerca los acercamientos de países de América Latina con China, sobre todo de Colombia, cuyo principal socio comercial es Estados Unidos. No en vano, desde Washington se ha alertado del expansionismo del país asiático en la última década y de cómo, a través de proyectos de infraestructura y canjes de deuda se ha acercado al sur global.

En ese sentido, hay alertas por la eventual firma del memorando de entendimiento de adhesión de Colombia al BRI. 

María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, lo explica de esta forma: "Colombia es un país soberano que tiene la potestad de tomar las decisiones que considere convenientes para sus ciudadanos, y en ese sentido, Estados Unidos ha respetado históricamente esa autonomía. Sin embargo, al considerar la expansión de China en América Latina como una amenaza a su seguridad nacional, la adhesión a la Ruta de la Seda podría ser vista como un gesto geopolítico sensible y una señal de posible realineamiento estratégico".

Una adhesión formal podría afectar la confianza política, la cooperación en seguridad y la percepción de Colombia como socio prioritario de Estados Unidos

Y agrega: "Más allá del plano simbólico, esta decisión tiene implicaciones económicas concretas: un déficit comercial con China superior a los USD 13.500 millones, barreras de acceso al mercado chino y condiciones poco transparentes. Una adhesión formal podría afectar la confianza política, la cooperación en seguridad y la percepción de Colombia como socio prioritario. Para Washington, este gesto puede interpretarse como una señal de alineamiento estratégico con un país que no es reconocido como economía de mercado".

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Presidente Donald Trump. Foto:Archivo

Sandra Borda coincide en ese asunto: "La gran crítica que se le hace y el sitio en donde puede haber un impacto de esto en nuestra relación con Estados Unidos es justamente que estamos pensando en hacer parte de esa iniciativa casi como un ejercicio de retaliación en contra de Estados Unidos, y eso es lo que la Casa Blanca no está recibiendo bien, porque ese es el discurso que ha tenido el presidente Petro. Nadie niega que es absolutamente necesario el proceso de diversificación de las relaciones comerciales. La gran pregunta que se hacen todos es en qué medida intensificar políticamente nuestra adhesión a China contribuye con ese proceso. Ese mercado se ha ido explorando desde hace ya mucho tiempo".

El profesor Camilo Defelipe anota un asunto: la Franja y la Ruta, y la cooperación entre China y Colombia, dependerá de los acuerdos que se generen después de la firma. "Se 'gana' si por ejemplo se atrae inversión, si se desarrolla una estrategia productiva nacional orientada a China y si para ello todos los sectores de la economía y gobierno se sientan a diseñar tal estrategia. Sin embargo es claro que en Colombia no hay una estrategia nacional real hacia China. Por otro lado, se 'pierde' si abren la puerta a cooperación militar (bases) o si EE. UU. percibe que se le excluye de sectores estratégicos de la economía colombiana. Este último punto es importante porque para EE. UU. la Franja y la Ruta tiene un poder simbólico fuerte porque la iniciativa representa un incremento del poder de negociación de China en detrimento de EE. UU. y un triunfo de relaciones públicas".

DAVID ALEJANDRO LÓPEZ BERMÚDEZ

Periodista de Reportajes Multimedia

berdav@eltiempo.com

Apoyo en datos y fact-checking: PEDRO SÁNCHEZ, Escuela de Periodismo Multimedia

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