Sentirse agotado de manera persistente podría ser señal de este padecimiento de salud, según expertos

hace 5 horas 47

En una vida tan acelerada como la que vivimos en la actualidad, es normal experimentar cansancio ocasional; sin embargo, cuando la sensación de fatiga y falta de energía se mantiene de forma continua, conviene prestar atención. Según especialistas, este síntoma podría estar relacionado con un padecimiento grave de salud que a menudo pasa desapercibido.

Una nueva investigación sugiere que el agotamiento persistente puede deberse a un mini accidente cerebrovascular, técnicamente conocido como ataque isquémico transitorio (AIT). Estos episodios se producen por un bloqueo breve del flujo sanguíneo al cerebro y sus manifestaciones suelen desaparecer en menos de 24 horas, lo que facilita que se descarten como simples malestares temporales.

No existen pruebas de laboratorio que puedan diagnosticar o indicar el nivel de cansancio

No existen pruebas de laboratorio que puedan diagnosticar o indicar el nivel de cansancio Foto:iStock

Los accidentes cerebrovasculares causan fatiga

Aunque los síntomas clásicos de un AIT incluyen debilidad muscular, dolores de cabeza y cambios en la visión, un equipo de investigadores daneses ha descubierto que sus consecuencias pueden perdurar mucho más allá de la resolución inmediata del cuadro agudo. Según los hallazgos, los pacientes pueden experimentar niveles elevados de fatiga durante un periodo de hasta un año tras el episodio inicial.

Los accidentes cerebrovasculares pueden causar fatiga debido a varios factores, incluida la necesidad del cerebro de compensar la interrupción temporal del flujo sanguíneo. El cerebro tiene que trabajar más duro para completar las tareas después de un ataque isquémico transitorio y este esfuerzo puede provocar un mayor consumo de energía y una fatiga persistente.

Testimonio del equipo investigador

El Dr. Boris Modrau, profesor de neurología en el Hospital Universitario de Aalborg en Dinamarca y autor principal del estudio, dijo:

"Las personas con un ataque isquémico transitorio pueden tener síntomas como caída de la cara, debilidad en los brazos o dificultad para hablar, y estos se resuelven en un día. Sin embargo, algunos han reportado desafíos continuos, incluyendo una calidad de vida reducida, problemas de pensamiento, depresión, ansiedad y fatiga".

Detalles

Esto contó la experta en salud. Foto:iStock

El estudio siguió a 354 personas con una edad promedio de 70 años que sufrieron un mini accidente cerebrovascular durante un año. A cada participante se le solicitó completar cuestionarios sobre su nivel de fatiga en las primeras dos semanas posteriores al episodio y luego a los tres, seis y doce meses. Además, se llevaron a cabo escáneres cerebrales para detectar posibles coágulos sanguíneos residuales.

Principales hallazgos del estudio

Los resultados mostraron que el 61  % de los encuestados presentaron un aumento en sus puntuaciones de fatiga a las dos semanas de ocurrido el AIT. Asimismo, la mitad de los participantes informó sentirse fatigada a los tres, seis y doce meses después del episodio. Los investigadores identificaron que quienes experimentaban fatiga tenían el doble de probabilidades de contar con antecedentes de ansiedad y/o depresión.

“La fatiga a largo plazo fue común en nuestro grupo de participantes del estudio, y descubrimos que, si las personas experimentan fatiga dentro de las dos semanas posteriores al salir del hospital, es probable que continúen teniendo fatiga hasta por un año”, señaló el doctor Modrau. Este hallazgo subraya la importancia de evaluar de manera temprana y continua el nivel de energía de los pacientes tras un AIT.

Recomendaciones para el seguimiento

El equipo de investigación aconseja que los expertos centren su atención en detectar signos de fatiga en pacientes con un mini accidente cerebrovascular y que ofrezcan la atención adecuada para manejar este síntoma. El reconocimiento temprano de la fatiga podría mejorar la calidad de vida y guiar intervenciones específicas.

"Para estudios futuros, las personas diagnosticadas con un ataque isquémico transitorio deben ser seguidas en las semanas y meses siguientes para ser evaluadas para detectar fatiga persistente. Esto podría ayudarnos a comprender mejor quién podría luchar contra la fatiga a largo plazo y requerir más atención”, concluyó el Dr. Modrau. De esta forma, se espera optimizar los protocolos de atención y rehabilitación tras un AIT.

El Universal (México) / GDA

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por El Universal (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.

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