Cuando hay que ir a jugar a la altura los equipos suelen predisponerse, arman sus protocolos especiales médicos y físicos, pues se trata de enfrentar una adversidad a la que la mayoría no están acostumbrados: ir allí donde el oxígeno escasea. Los jugadores les temen al ahogo, al posible dolor de cabeza, a las eventuales nauseas y, cómo no, le temen a la pelota, una pelota que se hace extraña por su velocidad.
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Ahora ese desafío le toca a la Selección Colombia en la eliminatoria al Mundial, pasado mañana (3 p. m.), y ya no es solo el drama de ir a La Paz, la tradicional sede de Bolivia, a 3.640 metros sobre el nivel del mar, ahora es peor, le toca ir a El Alto, a más altitud, a 4.150 m.
Miguel Ángel Portugal sabe bien qué es eso de jugar en la altura. Es un exfutbolista y entrenador español que ha hecho carrera en Bolivia, donde dirigió a Jorge Wilsterman, Royal Pari, al Guabirá y al Bolívar de la Paz. Su experiencia es tanta con la altura que habla de ella sin exageraciones; su teoría es la de tomar las precauciones necesarias, pero tampoco enloquecerse.
¿Realmente qué pasa al jugar en El Alto?
Hay dos factores fundamentales: lo físico, porque la deuda de oxígeno es mayor, y lo técnico, porque la trayectoria del balón es totalmente diferente...
¿Lo más difícil es el tema de la pelota?
Para mí, sí. Mucha gente le da importancia al condicionante físico, por la deuda de oxígeno que se adquiere, porque hay menos presión, menos peso, y en ese sentido el oxígeno, cuando haces un esfuerzo, la verdad es que tienes menos por la respiración. Y muchas veces es más conveniente respirar por la nariz, coger bocanadas de aire por la boca porque coges más oxigeno.
Hay equipos que van el mismo día a jugar y encuentran que los primeros 20 o 30 minutos no pueden ni controlar el balón, ni dirigirlo ni se enteran de las trayectorias y cuando se dan cuenta ya llevan dos goles en el saco. El físico es importante porque el jugador sabe que se tiene que regular y que hacer conducciones largas lo va a fatigar más, porque la recuperación en altura normal es de 15 segundos, aquí tardas mas del minuto.
Pero, para mí, el principal cambio es la trayectoria del balón, en los envíos largos, como los de 15 o 20 metros, porque adquiere una velocidad a partir de la mitad de la trayectoria, como si se duplicara la velocidad de la que sale del pie, y el jugador se sorprende porque le llega antes; si es por el juego aéreo, se le va a pasar antes. Todo le va a cambiar, como la pelota aérea y los tiros desde fuera del área para los porteros... Mientras se dan cuenta de lo que sucede con la pelota pasa un tiempo y eso lo aprovecha el rival para meterte los balones al área y tirar desde fuera.
Así, sí es recomendable llegar antes para tener una adaptación...
Cada uno tiene su teoría, los médicos dicen que hay que ir el mismo día para que el jugador no se entere de lo que es la altura, pero si le dices eso, es que el médico piensa que puede para algo, y psicológicamente el jugador va preparado a que lo puede pasar mal y eso es mentira.
Mi protocolo, con el que me ha ido bien, es que por lo menos hay que ir el día anterior para conocer las circunstancias y lo que te cambia (Colombia llegará el mismo día del partido). En altura los equipos de altura te van a meter balones al área, y si el jugador no tiene adaptabilidad se le va a pasar, no va a llegar, y si le das espacio al rival para tirar desde 40 metros, a partir de los 20 se acelera el balón. Lo técnico tiene tanto o más valor que lo físico.
El factor psicológico que usted menciona es otro elemento clave, porque el jugador puede llegar predispuesto...
Claro. Se predispone, porque los doctores te dicen: ‘Vamos a ir a Santa Cruz, luego a El Alto en la mañana, luego al vestuario y jugamos’. Si dicen eso, el jugador piensa que le va a pasar algo, y no pasa nada, pero lo piensa. No pasa nada, simplemente te entra un ligero dolor de cabeza y a algunos no les pasa nada, y en los que están bien preparados físicamente, en su porcentaje graso, como profesionales que son, no tiene un efecto como los que están en sobrepeso.
¿Sí hay cambios entre La Paz y El Alto?
Es un poquito más exigente porque vas a tener un poco mas de altura, 500, 600 metros más, pero tampoco es tanta la diferencia. Hay equipos que suelen ir a Cochabamba (allí está Colombia), que está a 2.600 m, para adaptarse un poco a los síntomas de la altura y después pasar a la altura más alta.
“Sí uno juega bien, importa un pepino la altura”, le leí a usted en una entrevista...
Totalmente, importa un pepino, si técnicamente el equipo es bueno, la altura es una circunstancia más, como la lluvia, la nieve, el viento... El jugador con calidad debe saber jugar, jugar al pie más que al espacio. En altura es más provechoso si se tiene un equipo técnico jugar al pie, más que al espacio, porque si no te adaptaste antes vas a tener mayor dificultad para controlar el balón, y al espacio vas a tener dificultad para ir detrás de él: ¡no lo vas a pillar!, je, je.
¿Si el rival no se adapta, lo paga?
Claramente. Si va el mismo día y quiere jugar y marcharse, va predispuesto pensando que va a pasar algo. No está suelto, está traumatizado por lo que pueda pasar. Le dicen: ‘Hay que ir a El Alto y marcharse rápido’, y presta más atención a eso que a todo lo demás.
¿Qué errores no hay que cometer en El Alto?
Primero, que sepas que con la adaptabilidad, si has ido uno, dos, tres días antes y has entrenado cómo es la trayectoria del balón en juego aéreo, ha ganado tu cuerpo, te has adaptado, ya no se encuentra la sorpresa, y luego, los equipos grandes que han ido han jugado rondos progresivos, saltando líneas jugando al pie, y en el último cuarto es cuando aceleran. Si quieres jugar en largo, no pillas el balón.
Cuando usted habla de que hay que estar bien preparados físicamente, ¿qué opina del caso James Rodríguez, que apenas está tomando ritmo en su nuevo equipo? ¿Le puede costar?
Quizá sea el que más pueda acusar físicamente ese efecto porque todavía no está en su línea de rendimiento y lo puede afectar, pero al que está físicamente bien lo afecta muy poco. En ese sentido, los porcentajes grasos de un jugador le ayudan mucho a soportar la deuda de oxígeno porque se va a recuperar antes.
¿La categoría de los jugadores de Colombia puede contrarrestar este factor altura?
Claro. Conozco y tengo amistad con Néstor (Lorenzo), lo he visto jugar la Copa América, y jugaron fenomenal, es un equipo con buen trato de balón, valores técnicos, físicamente son buenos y con poderío... y sobre todo, tienen calidad para tener el mando del partido con el control del balón, pero en esa idea, cuando tienes que acelerar es al final.
¿En esa amistad con Lorenzo, han hablado sobre este partido?
Claro, lo hemos charlado, es que él entrenó en un equipo de altura, en Melgar de Perú, así que sabe perfectamente cómo manejar este tema, lo ha vivido. Estamos en sintonía y hemos charlado alguna vez de que hay que jugar al pie, también tener en cuenta que el equipo rival te va a presionar desde el principio, pero Colombia tiene calidad para saltar esa línea de presión.
¿Qué le recomendó a Lionel Scaloni (DT de Argentina) para sus partidos en la altura?
Quería un protocolo y le dije lo mismo. Leo (Scaloni) fue jugador mío en Racing, y estando yo en Bolivia me llamó. Le dije: ‘Yo pienso esto, y tú decides’. Era un protocolo y le salió muy bien (victorias 0-3 y 1-2). Es que Argentina tiene grandes jugadores para jugar bien. Jugando al pie y hacer un rondo contra jugadores que técnicamente son inferiores, lo tienes que solventar bien. Evidentemente, la calidad técnica de Bolivia es inferior a la de Argentina y la de Colombia. Hay que usar esas armas técnicas.
¿Qué es mito y qué es real de jugar en altura?
Jugué en Bogotá y uno experimenta menos peso encima y se siente más rápido, se encuentra más suelto y los primeros minutos está ligero, a gusto, pero no te das cuenta de que hay mayor desgaste porque acumulas deuda de oxígeno, tienes que saber regular. Al principio, si eres jugador rápido te vas a encontrar más rápido y si eres lento vas a decir ‘qué rápido estoy’. Luego, si no regulas, tu musculatura se va cansando, y te entra la fatiga antes. Hay que regular los esfuerzos, y para eso en el equipo son once.
¿El 4-0 de Bolivia a Venezuela es un aviso para las demás selecciones?
Venezuela me parece que fue el mismo día y desembarcó en Santa Cruz, pues se encontró con lo que todos temen encontrarse. No es grave, yo he estado allí y nunca tuve problemas entrenando equipos del llano que fueron a la altura. En cambio, cuando vamos a ciudades con mucha humedad, hemos tenido un caso de golpe de calor. En altura nunca tuve problema, allí sí.
El presidente de la Federación Colombiana de Fútbol dijo que jugar en Barranquilla y en El Alto es para “superhombres”...
No, es para hombres profesionalmente bien entrenados, con su porcentaje graso, y si tienes calidad técnica, pues mucho mejor. El único que no se cansa nunca es el balón, pues que corra el balón.
Cuando hay que ir a jugar a la altura los equipos suelen predisponerse, arman sus protocolos especiales médicos y físicos, pues se trata de enfrentar una adversidad a la que la mayoría no están acostumbrados: ir allí donde el oxígeno escasea. Los jugadores les temen al ahogo, al posible dolor de cabeza, a las eventuales nauseas y, cómo no, le temen a la pelota, una pelota que se hace extraña por su velocidad.
PABLO ROMERO
DEPORTES de ELTIEMPO