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hace 1 semana
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Pese a pertenecer al mismo país, la vida en Nueva York y en Los Ángeles es completamente diferente. Eso lo sabe bien Amanda Pellegrino, una mujer que relató el cambio cultural que notó cuando, tras residir casi toda su vida en La Gran Manzana decidió mudarse a la ciudad de los famosos.
"Nací en Nueva York, crecí en Queens y, tras una estancia de cuatro años en Washington, D. C., me mudé a Manhattan para la Universidad. Pensé que viviría allí el resto de mi vida", contó.
Sin embargo, llegó un día en el que decidió dar la vuelta a su vida y se mudó a la costa oeste. "Empaqué mis cosas y me mudé a Los Ángeles. Sentí que era hora de un cambio y quería experimentar el clima 'perfecto' de California del que tanto hablan", relató.
Los primeros cambios entre ambas ciudades
La principal diferencia es sin duda la movilidad. Pellegrino señaló que en Nueva York estaba acostumbraba a usar el metro, ya que la falta de estacionamiento es uno de los grandes problemas de la ciudad. En Los Ángeles, en cambio, todos usan un vehículo.
"Sabía que Los Ángeles era una ciudad para conducir, pero no me había dado cuenta de lo común que es que la gente de aquí trate sus carros como si fueran accesorios grandes y caros. Parece normal gastar mucho tiempo y dinero lavando y cuidando vehículos aquí", mencionó.
La forma en la que se sale de fiesta o a tomar algo también varía. La mujer recordó que, cuando vivía en Manhattan, a menudo salía sin un destino fijo, mientras que en Los Ángeles las personas prefieren elegir un lugar o dos para pasar la noche.
El alcohol y el clima en ambas ciudades
Pellegrino notó también que en la cuna de Hollywood es mucho más común tomar bebidas sin alcohol, lo que relaciona al uso constante de los vehículos.
"También parece más fácil hacer planes que no involucren alcohol en Los Ángeles, ya que el clima cálido se presta a muchas otras opciones para socializar, como hacer caminatas, andar en bicicleta o caminar por la playa", mencionó.
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