Se desata crisis humanitaria en el sur de Bolívar por guerra entre grupos armados ilegales

hace 4 horas 9

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) alerta sobre la creciente crisis humanitaria y de orden público en dos municipios del sur del departamento de Bolívar debido a enfrentamientos entre Grupos Armados No Estatales (GANE), la instalación de minas antipersona y amenazas constantes que han obligado a las poblaciones a huir de sus hogares o a quedar confinada en sus propias veredas.

Desde enero de 2025, la violencia y el fuego cruzado entre el eln, disidencias y el clan del golfo ha sembrado terror en la cotidianidad de cientos de familias en los municipios de Montecristo y Santa Rosa del Sur, en el sur de Bolívar.

Se agudiza la guerra en el sur de Bolívar

La crisis se agudizó el 16 de enero cuando 206 personas (89 familias) del corregimiento La Marizosa, Santa Rosa del Sur, se desplazaron hacia la cabecera municipal ante la inminencia de enfrentamientos entre estos grupos ilegales que disputan a sangre y fuego este corredor estratégico donde se financian de las economías ilícitas producto de la minería, el narcotráfico y la extorsión.

“Desde ese momento, el fenómeno del desplazamiento forzado y el confinamiento se extendió a diferentes zonas, afectando a 754 personas (307 familias) que han tenido que abandonar sus hogares, y a 667 personas (216 familias) que han quedado atrapadas sin posibilidad de movilizarse”, señala la oficina de las Naciones Unidas.

Los habitantes de las veredas Los Tomates y Minguillo han sido de los más golpeados. Desde el 31 de enero, 173 personas (72 familias) en Los Tomates y 350 personas (70 familias) en Minguillo han permanecido confinadas debido a la presencia de artefactos explosivos y retenes ilegales, continúa el informe Naciones Unidas.

La situación se recrudeció el 3 de febrero, cuando 153 personas (48 familias) de cinco veredas de Santa Rosa del Sur fueron forzadas a desplazarse hacia el corregimiento de Fátima. El miedo, la incertidumbre, el despojo y el dolor de dejarlo todo atrás golpean a las víctimas, quienes, sin saber cuándo podrán regresar, buscan refugio en redes de apoyo locales.

Una orden de desalojo impuesta por la violencia

SOS por sur de Bolívar: este Arsenal de guerra incautado el 3 de febrero en el Dorado, zona rural de Montecristo (Bolívar) muestra gravedad del orden público en medio de la guerra entre eln, disidencias y clan del golfo. En medio está población civil. ⁦@ELTIEMPOpic.twitter.com/2eAsfUupsF

— John (@PilotodeCometas) February 12, 2025

El 7 de febrero la crisis alcanzó su punto más alarmante: Robinson Loaiza López, según Indepaz, reconocido dirigente comunitario y expresidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Golfo en Santa Rosa del Sur fue asesinado con arma de fuego en el corregimiento de Canelos.

Ese mismo día, en Montecristo, 395 personas (170 familias) de Mina Gorila y Mina Plana huyeron hacia el corregimiento El Paraíso, luego de que un grupo armado les ordenara abandonar la zona. En Mina Piojó, 144 personas (74 familias) quedaron confinadas ante la amenaza de enfrentamientos y la instalación de minas antipersonal.

La emergencia ha dejado en evidencia la precariedad de la atención humanitaria. Se requieren 264 kits de alimentos para las familias desplazadas y confinadas en Fátima, Minguillo, Los Tomates y Mina Piojó. Asimismo, 170 familias en El Paraíso necesitan raciones de comida servida. Pero el hambre no es el único problema. Se necesita asistencia psicosocial urgente para 434 familias y capacitaciones en educación sobre riesgo de minas para prevenir nuevas víctimas.

Educación interrumpida y salud en riesgo

La crisis también ha impactado la educación. Niños y jóvenes han visto interrumpido su ciclo escolar debido a los desplazamientos y confinamientos en los corregimientos de El Paraíso, Alto Caribona, Fátima y La Marizosa. En un intento por aliviar esta situación, organizaciones humanitarias han propuesto estrategias para garantizar el acceso a la educación en emergencias pero parecen ser insuficientes ante la violencia de los actores criminales.

El acceso a agua potable y a condiciones básicas de saneamiento también se ha visto comprometido. En El Paraíso, cientos de personas desplazadas carecen de agua segura y baños adecuados. Se requieren kits de higiene para 523 familias, así como la adecuación de albergues temporales en Montecristo y Fátima.

En Arenal comunidad fue obligada a llevar heridos

Cero y van cuatro: volvemos a lanzar un SOS por la situación que se presenta en el Sur de Bolívar. Cómo lo habíamos anticipado comenzamos a tener desplazamientos y confinamientos de cientos de familias por culpa de la guerra entre estructuras criminales que operan en esta zona…

— Yamilito Arana (@YamilHAranaP) February 9, 2025

Igual situación viven en Arenal del sur: durante los pasados días 9 y 10 de febrero, la vereda Mina Cielo se convirtió en escenario de combates entre el Ejército de Liberación Nacional (Eln) y el 'clan del Golfo', dejando como saldo el desplazamiento masivo de familias y el confinamiento forzado de quienes no lograron huir por temor a ser atacados en los caminos.

Según la personería municipal de Arenal, al menos cinco integrantes de estos grupos al margen de la ley perdieron la vida en los enfrentamientos y sus cuerpos permanecen en zonas cercanas a la vereda.

Mientras tanto, en el corregimiento de Santo Domingo, también jurisdicción de Arenal, el 10 de febrero se registró un nuevo enfrentamiento entre el Eln y el 'clan del Golfo', en el que al menos cuatro combatientes resultaron heridos.

En este municipio, combatientes del Eln obligaron a los hombres del corregimiento de Santo Domingo a movilizar a los heridos hasta el centro poblado, desde donde fueron trasladados en un vehículo por órdenes de esta guerrilla para recibir atención médica.

Una respuesta insuficiente

Ante la crisis, las autoridades locales han intentado brindar asistencia, aunque de manera limitada.

La Alcaldía de Santa Rosa del Sur entregó 70 kits de alimentos en Los Tomates, mientras que la Gobernación de Bolívar hizo lo propio con 89 familias desplazadas de La Marizosa.

En Montecristo, la Alcaldía ha suministrado comida a través de ollas comunitarias, aunque solo hasta el 11 de febrero. Adicionalmente, el Consorcio MIRE+ realizó transferencias monetarias y actividades de protección para 91 familias en Santa Rosa del Sur.

Sin embargo, estas ayudas no son suficientes para cubrir las necesidades de cientos de familias que han perdido sus hogares y viven en condiciones de extrema vulnerabilidad. Las organizaciones humanitarias han alertado sobre la urgencia de garantizar un corredor seguro para la atención de emergencias, ya que el acceso a algunas veredas sigue restringido debido a la presencia de artefactos explosivos y enfrentamientos.

El clamor de una región olvidada

Los habitantes de Montecristo y Santa Rosa del Sur siguen esperando una respuesta contundente del Gobierno Nacional. Las reuniones del Comité Territorial de Justicia Transicional han permitido activar planes de contingencia, pero la violencia sigue arrebatándoles la tranquilidad.

Este jueves 13 de febrero, la Gobernación de Bolívar y la Unidad para la Atención a las Víctimas (UARIV) tienen programada la entrega de kits de alimentos para 137 familias desplazadas desde Fátima y La Marizosa, un esfuerzo más en medio de una crisis que parece no tener fin. Mientras tanto, el Equipo Humanitario Magdalena Medio monitorea la situación para determinar posibles intervenciones adicionales.

La crisis humanitaria en el sur de Bolívar es una de las más graves en la región, una tragedia que sigue creciendo mientras las respuestas institucionales resultan insuficientes. La población clama por atención inmediata y soluciones duraderas que les permitan retomar sus vidas en paz.

Además, te invitamos a ver nuestro 
documental Voces silenciadas

‘Explotación sexual en Cartagena, Voces silenciadas’, es un documental de la periodista Jineth Bedoya que retrata la realidad de centenares de niñas y mujeres, que caen en las redes de las mafias para ser explotadas y vendidas, pero también el esfuerzo indeclinable de organizaciones y autoridades civiles y policiales, para enfrentar a este monstruo de siete cabezas.

Documental de la periodista Jineth Bedoya. Foto:

John Montaño Gómez 

Corresponsal de EL TIEMPO

Cartagena

En X: @PilotodeCometas 

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