Santa Marta: exmarido le incendió su casa y la dejó en la calle con sus hijos

hace 2 meses 17

Desde el pasado domingo, Ruth Isabel de Arco ha pasado las noches en casas de vecinos junto a sus cuatro hijos. Su hogar, una humilde vivienda construida sobre un cerro en el barrio Luis R. Calvo, quedó reducido a cenizas.

Apenas tuvieron tiempo de reaccionar cuando el fuego devoró todo a su paso. Lo único que les quedó fue la ropa que llevaban puesta y una angustia inmensa que no los deja en paz.

"No sabíamos qué hacer ni para dónde coger. Solo sentíamos ganas de llorar", confiesa Ruth, aún con la voz entrecortada por la tristeza y el miedo. No comprendía qué pudo haber causado el incendio. Estaba segura de que no había dejado nada encendido ni algo que pudiera haber provocado semejante tragedia. Pero una sospecha la atormentaba: su excompañero sentimental.

Problemas con su ex pareja

Desde que Ruth decidió poner fin a la relación, el hombre se negaba a aceptarlo. La acosaba constantemente, la amenazaba y buscaba enfrentamientos con sus hijos.

Horas antes del incendio, su furia alcanzó un nuevo nivel cuando, en medio de una discusión, sacó un machete contra uno de los hijos de Ruth, quien intentaba defender a su madre de las agresiones verbales. A pesar del peligro, la mujer no imaginó lo que estaba por venir.

Aprovechando que Ruth y sus hijos no estaban en casa, el hombre llevó a cabo su amenaza. Roció la vivienda con gasolina y la prendió en fuego. Las llamas consumieron en minutos todo lo que la familia tenía. La confirmación de su peor temor llegó con la captura del sospechoso, quien, sin remordimientos, admitió haber incendiado la casa.

Sin embargo, a pesar de la confesión y la gravedad del hecho, el hombre fue dejado en libertad, vinculado al proceso pero libre para caminar por las mismas calles en las que su víctima intenta sobrevivir con sus hijos.

Ahora, además de la angustia de no tener un techo, la familia vive con miedo. "No sabemos cuándo puede aparecer otra vez, y esta vez atentar contra nuestras vidas", dice Ruth con desesperación.

Solidaridad de vecinos

Ante la tragedia, la solidaridad de los vecinos ha sido su refugio. "La única protección que tengo es la de mi Dios, que no me abandona", afirma.

En medio del dolor, ha encontrado personas dispuestas a ayudarla con ropa, alimentos y un lugar donde pasar la noche. Pero la incertidumbre sigue latente.

Necesita apoyo de las autoridades y de personas de buen corazón para salir adelante y levantar nuevamente un hogar para sus hijos. "Ya él venía amenazando con quemar la casa, hasta que lo cumplió", lamenta, con la esperanza de que, esta vez, sus súplicas no sean ignoradas.

Ruth Isabel y sus hijos no solo han perdido su casa; han perdido la seguridad y la tranquilidad. Ahora, su lucha es por reconstruir lo que el fuego les arrebató y por recuperar la paz que su agresor les ha negado. Mientras tanto, siguen esperando una respuesta que les garantice que, algún día, podrán volver a dormir sin miedo.