Eduardo Méndez, el presidente de Santa Fe, es un hombre polémico, que habla sin rodeos, que en sus declaraciones por lo general es de blancos o negros y muy pocos grises. Un tipo convencido de sí mismo, de sus modos y de sus maneras, que trata de imponer sus ideas, pero que por sobre todo, incluso de ser abogado o directivo, es hincha absoluto de Santa Fe. Eso lo marca, lo define. Esa pasión es su vida.
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Este domingo, sobre el mediodía, y tras la derrota de su equipo 0-1 en el clásico contra Millonarios, Méndez envió a diferentes periodistas un mensaje vía WhatsApp, en el que con una foto denunciaba que en el camerino de los árbitros apareció un maletín con dos camisetas de Millonarios.
Mandó otra foto, al parecer de una cámara de seguridad (puerta de maratón, “gramilla norte”, dice la imagen tomada de una pantalla) en la que se ve a la terna arbitral entrar al estadio a las 5:41 de la tarde. No se ve que lleven ese maletín. Y la persona que le dijo a Méndez del maletín, aparentemente olvidado allí, le escribió que no tenía la entrada de los árbitros del VAR.
Millos logró un triunfo grande en un clásico luchado, peleado, durísimo. Leo Castro anotó el gol cuando Santa Fe llevaba el tren del juego y el portero Montero fue figura determinante por tres atajadas claves. Un partido en el que el acento defensivo de Millos se impuso. Ganó a lo Santa Fe: guerreando. No hubo jugadas polémicas de penaltis, goles anulados o expulsiones. Santa Fe perdió bien, sin ser mucho menos que su clásico rival.
Méndez admite que no hubo jugadas dudosas, pero me dijo que el juez manejó el ritmo del partido, me insinuó que dejó perder tiempo y me aseguro que encontrar esas camisetas “no es sano”.
Lo de Eduardo Méndez parece una cortina de humo tras la derrota
Méndez enrarece la victoria de Millonarios, desvía la atención de la derrota de su Santa Fe, tira una cortina de humo con la que muchos de los hinchas cardenales tapan la nueva caída y deja sembrada la duda sobre la honradez de Millonarios, de los jueces y del campeonato.
Al final, convirtiéndose en victima de una supuesta persecución arbitral por esa aparente ‘parcialidad’, deja la idea que tienen todos los hinchas cuando su equipo es derrotado: “No perdimos, nos robaron...”.
También me sorprendió la declaración que dio Daniel Torres, el capitán de Santa Fe, tras la derrota: “Siento que deshonro al hincha. Nos duele demasiado”.
¿Deshonraron al hincha? ¡Por Dios! ¡Qué exageración! Una frase demagógica y desproporcionada para congraciarse con la tribuna. Santa Fe va bien en la tabla, tuvieron el empate ahí, y perder 0-1 un partido de fútbol no da para una “deshonra” para nada ni para nadie. ¡Si ni siquiera lo fue que perdieran la final de diciembre del 2017 en el clásico más importante de la historia!
¡Ni robados ni deshonrados! Perdieron un partido, y ya.
Meluk le cuenta...
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
@MelukLeCuenta