El padre Jamie Gigantiello, quien se había visto envuelto en polémica tras permitir la filmación de un videoclip de Sabrina Carpenter en su parroquia en Brooklyn, fue relevado de sus responsabilidades pastorales. La Diócesis de Brooklyn anunció que el sacerdote está bajo investigación por la presunta malversación de 1,9 millones de dólares de los fondos parroquiales.
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El comunicado diocesano reveló que Gigantiello realizó operaciones financieras no autorizadas, prestando dinero de la parroquia a entidades vinculadas a Frank Carone, ex jefe de gabinete del alcalde de Nueva York, Eric Adams, quien también está siendo investigado por corrupción.
Estas transacciones son parte de una indagatoria federal que incluye al propio alcalde y que puso bajo la lupa las conexiones del padre Gigantiello con el funcionario.
La controversia surgió inicialmente en 2023, cuando el sacerdote autorizó el rodaje del videoclip de Carpenter en la iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación. El video, que mostraba a la cantante llegando en un coche fúnebre color rosado y bailando ante el altar con ataúdes, desató una reacción de desaprobación por parte de la diócesis, declarando que los procedimientos adecuados para la filmación no se siguieron y expresando su horror ante las imágenes proyectadas.
En un reciente concierto en el Madison Square Garden, Carpenter hizo alusión a la investigación, sugiriendo entre bromas su influencia en la acusación contra el alcalde, comentario que fue recibido con ovaciones por el público. ."¿Deberíamos hablar de cómo conseguí que acusaran al alcalde o...?", dijo en ese momento la cantante.
Según el medio local Brooklyn Paper, aunque parte del dinero prestado por Gigantiello fue devuelto con intereses, las transacciones carecieron de la documentación apropiada y no se clarificó el uso específico de los fondos. La investigación también descubrió que Gigantiello habría usado la tarjeta de crédito parroquial para cubrir gastos personales.
Cabe recordar que, tras el escándalo del videoclip, Gigantiello pidió disculpas a sus feligreses y fue sancionado por la diócesis, perdiendo sus responsabilidades administrativas.
Ahora, con la profundización de las investigaciones, el sacerdote enfrenta una posible separación definitiva de sus funciones eclesiásticas mientras continúan las indagaciones sobre su conducta y la integridad financiera de la parroquia.
EFE
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de EFE, y contó con la revisión de un periodista y un editor.