Rusia ve a Estados Unidos como su principal interlocutor en las futuras negociaciones sobre la solución del conflicto ucraniano, declaró este jueves el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
"Nuestro principal interlocutor en este proceso es Washington", dijo Peskov en una entrevista con el presentador de la televisión estatal rusa Pável Zarúbin.
Y es que, con su actividad frenética del miércoles, la administración de Donald Trump marcó el comienzo de los contactos oficiales directos para negociar el fin de la guerra, y delineó una política hacia Ucrania que, a ojos de algunos analistas, deja atrás los tiempos de paños calientes para centrarse en buscar salidas según lo que marca la evolución de los acontecimientos en el frente.
“Siempre hemos vivido en esta realidad, sólo que no queríamos admitirlo”, escribió en su cuenta de X Timofí Milovánov, presidente de la Escuela de Economía de Kiev, después de que el secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, durante una visita en Bruselas dijera a los ucranianos (y a sus aliados europeos) que había que olvidarse la idea de entrar ahora en la Otán y de recuperar todo el territorio ocupado por Rusia.
“La diferencia entre (el expresidente Joe) Biden y Trump es que Trump dice en voz alta lo que Biden decía y hacía sobre Ucrania”, agregó Milovánov en alusión a las reticencias de los demócratas a armar suficientemente a Kiev para tratar de ganar la guerra y a apostar sin ambages por el ingreso de Ucrania en la Otán.
Milovánov hace una lectura igualmente positiva del contenido de la reunión entre Zelenski y el secretario del Tesoro de Trump.
“Sanciones a Rusia, armas para Ucrania. Vayan más allá de los titulares, esto es lo que ha dicho el secretario del Tesoro de EE. UU. en Kiev”, escribió sobre el acuerdo propuesto por Washington a Kiev, que refuerza el alineamiento de los intereses de ambos países al redoblar la importancia estratégica de Ucrania para EE. UU. con un incremento sustancial de las inversiones.
Inquietud ante la sintonía entre Putin y Trump
La peor parte para Ucrania de los acontecimientos del miércoles fue la cálida valoración que hizo Trump de su llamada con Putin. “Supone la legitimación de quien ha destruido zonas enteras de nuestro país y ha provocado cientos de miles de muertes”, dice a Efe Yulia Bondar, una profesional del sector de la informática cuya postura refleja la expresada por miles de ucranianos en las redes sociales.
Algo en lo que coinciden prácticamente todos los ucranianos es en la desconfianza hacia cualquier muestra de buena voluntad del presidente ruso, Vladímir Putin.
El popular comentarista Vitali Pórtnikov (cerca de 800.000 suscriptores en YouTube) teme que Trump caiga en una trampa de Putin y ve una conexión nada inocente entre las referencias a la alianza entre Rusia y EE. UU. en la Segunda Guerra Mundial y los planes que habrían manifestado ambos líderes de visitarse en sus países recíprocamente.
Pórtnikov está convencido de que Putin quiere traer a Trump a Moscú para el desfile del 9 de mayo, cuando Rusia celebra con gran fervor militarista y patriótico la victoria de la URSS sobre los nazis. Trump coincidiría allí con otro invitado ilustre, el presidente chino Xi Jinping.
“Sería una analogía de (la Conferencia de) Yalta, por lo menos según el diseño de Putin”, dice en referencia a la reunión de Stalin con los líderes de EE. UU. y Reino Unido en la que se declaró la mitad oriental de Europa como zona de influencia de la URSS.