El pasado miércoles 29 de enero se reportó un trágico accidente aéreo sobre el río Potomac, cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, en Washington D.C., Estados Unidos. Un avión comercial de American Airlines con 64 personas a bordo y un helicóptero Black Hawk del Ejército de Estados Unidos con tres tripulantes colisionaron en el aire, lo que resultó en la muerte de todos los pasajeros y tripulantes de ambas aeronaves, sumando un total de 67 víctimas fatales.
El impacto ocurrió a las 20:50 horas, cuando el avión, identificado como el vuelo 5342 de American Airlines proveniente de Kansas, se encontraba en fase de aproximación para aterrizar en el aeropuerto.
En ese momento, el helicóptero militar UH-60 Black Hawk, que realizaba una misión de entrenamiento, volaba en el mismo espacio aéreo a una altitud aproximada de 300 pies. La colisión provocó que ambas aeronaves cayeran al río Potomac, generando una enorme bola de fuego en el cielo, según testigos en tierra y videos difundidos en redes sociales.
Tenía ocho años trabajando con la aerolínea que protagonizó el accidente. Foto:
Entre las víctimas del accidente se encontraban los pilotos de American Airlines, Jonathan Campos y Samuel Lilley, así como dos asistentes de vuelo y varios miembros de la comunidad de patinaje artístico estadounidense, quienes regresaban de una competencia en Wichita, Kansas. La magnitud de la tragedia movilizó a más de 300 socorristas de toda la región para participar en las labores de rescate y recuperación de los cuerpos.
Desde el momento del impacto, la Administración Federal de Aviación (FAA) impuso restricciones temporales al tráfico aéreo de helicópteros en el área del aeropuerto para evitar incidentes similares. Sin embargo, la tragedia puso en evidencia una serie de fallas en los protocolos de seguridad aérea.
El accidente, considerado el más mortal en Estados Unidos en casi dos décadas, generó gran conmoción en la opinión pública y un llamado urgente de expertos en aviación para revisar los procedimientos de control del tráfico aéreo en zonas de alta densidad de vuelos.
Las causas del accidente aéreo en Washington
Revelan quienes formaban parte de la tripulación del vuelo 5342 de American Airlines. Foto:X (@nicksortor)
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) presentó este martes su informe preliminar sobre el grave choque aéreo. Aunque el informe no identifica aún una causa definitiva del accidente, sí señala una serie de factores que pudieron contribuir a la colisión y emite recomendaciones de seguridad para prevenir futuros incidentes similares.
En primer lugar, la NTBS determinó que las rutas de helicópteros en las cercanías del aeropuerto Ronald Reagan representan un “riesgo intolerable”. En consecuencia, recomendó la prohibición de operaciones en la Ruta 4 para helicópteros entre Hains Point y el Puente Wilson cuando las pistas 15 y 33 estén en uso.
Además, instó a la FAA a diseñar una ruta alternativa para helicópteros en momentos en que esta restricción esté activa. “Las recomendaciones urgentes exigen una acción inmediata para evitar accidentes o incidentes similares”, declaró la presidenta de la NTSB, Jennifer Homendy, en rueda de prensa, según fue citada en el medio internacional CNN.
Labores de búsqueda del avión accidentado en Washington. Foto:EFE/ Redes sociales
De igual forma, se anunció que la investigación reveló que la Administración Federal de Aviación norteamericana había recibido datos sobre múltiples incidentes de casi colisiones de años recientes en la misma zona donde ocurrió el último siniestro. De hecho, se resaltó que, entre 2021 y 2024, se registraron 15,214 incidentes en los que aeronaves estuvieron a menos de una milla náutica de colisionar, y en 85 casos la separación fue de menos de 1,500 pies en altitud.
“La FAA podría haber usado esa información en cualquier momento para determinar que tenemos una tendencia aquí y un problema aquí, y haber analizado esa ruta; eso no ocurrió”, dijo Homendy. El diario The Washington Post citó en uno de sus más recientes informes a un excontrolador aéreo, quien aseguró que “las alertas estaban ahí, pero no se les dio la importancia debida hasta que ocurrió la tragedia”. En tanto, expertos de la industria señalaron que esta zona del espacio aéreo ha sido considerada un “punto caliente de incidentes” durante años.
Por lo pronto, y pese a que no se conoce con exactitud la causa exacta de la tragedia, los investigadores descubrieron que los pilotos del Black Hawk podrían no haber escuchado algunas llamadas de la torre de control del Aeropuerto Nacional Reagan, lo que pudo haber contribuido al choque.
Se sospecha que el altímetro del helicóptero no estaba funcionando correctamente, lo que habría hecho que la tripulación no supiera que estaba volando más alto de lo permitido.
Las últimas revelaciones explicarían la falta de respuesta contundente a la torre del control, la cual, según datos de FlightRadar24, se comunicó con los militares sobre las 20:48, dos minutos antes de la colisión, y les preguntó: "¿Tiene el CRJ a la vista?".
Labores de búsqueda del avión accidentado en Washington. Foto:Getty Images via AFP
El informe de la NTBS indicó que, además, en el momento del choque solo había un controlador de tráfico aéreo, quien se encargaba de manejar dos posiciones en la torre. Los voceros de la entidad destacaron que esto es permitido en ciertas circunstancias; sin embargo, se cuestiona si el hecho de que el hombre estuviera operando ambas funciones por más de cinco horas antes del incidente afectara la capacidad de gestionar adecuadamente el tráfico aéreo.
Zona cercana al aeropuerto nacional Ronald Reagan de Washington y el río Potomac. Foto:AFP
Aunque la FAA ha impuesto restricciones temporales en la zona del accidente, la NTSB enfatizó que estas medidas deben ser permanentes para evitar futuros incidentes. La FAA tiene la última palabra sobre la implementación de estas recomendaciones, ya que la NTSB solo puede emitir sugerencias y no tiene autoridad para hacerlas cumplir.
El informe final sobre la causa exacta del accidente se espera para 2026, momento en el cual la NTSB podría emitir recomendaciones adicionales para mejorar la seguridad aérea en la zona del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan.
REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS.