Revelan impactante indicador de desapariciones forzadas en Barranquilla tras identificar una serie de patrones: cementerio será intervenido

hace 1 mes 50

El 3 de noviembre de 1987, Jorge Adalberto Franco Argumedo salió de su residencia localizada en Cartagena rumbo al municipio de San Jacinto (Bolívar), donde se desplazaba con cierta frecuencia por la actividad económica que ejercía: el comercio de artesanías.

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Nueve días después de emprender su viaje, una llamada telefónica que recibió su esposa, Temilda Vanegas, despertó en ella una gran preocupación porque el comerciante que la contactaba indicó que Jorge Adalberto no le había cumplido una cita que tenían. Desde ese momento, la incertidumbre se apoderó de su familia.

“La desaparición de mi esposo me impulsó a iniciar una búsqueda incesante por diferentes poblaciones de la región que hacían parte de sus recorridos habituales. De esta forma, me enteré de que Jorge Adalberto y tres personas que lo acompañaban habían sido detenidos por hombres armados mientras se desplazaban en una chalupa en zona rural del municipio de Tenerife (Magdalena)”, expresa Vanegas.

Agrega que, 45 días después de su desaparición, supo que su esposo estaba muerto luego de revisar el archivo de un diario de Barranquilla, donde encontró la noticia sobre el hallazgo de un cuerpo en el río Magdalena, que incluía datos concretos de él.

Esta información la llevó a indagar por el sitio donde inhumaban en esa época a las personas no identificadas o que no eran reclamadas por algún familiar, así se entera de la existencia del Área de Solemnidad del Cementerio Calancala de Barranquilla.

Se trata del mismo lugar donde posiblemente también se encuentre Ernesto Barajas Corzo, un mecánico de motos que desapareció en Bucaramanga en el año 2002 luego de contarle a su mamá que se dirigía a Bogotá para buscar mejores ingresos.

El cuerpo del joven fue encontrado el 7 de junio de ese mismo año en la Ciénaga de Palermo, jurisdicción del municipio de Sitionuevo, Magdalena.

Impactantes cifras en el Distrito de Barranquilla

De acuerdo con cifras oficiales que reporta la UBPD, el Plan Regional de Búsqueda ‘Atlántico-Río Magdalena’ abarca 28 municipios (19 del Atlántico y 9 del Magdalena) y registra hasta el momento 1.505 personas desaparecidas, siendo el Distrito de Barranquilla el que más casos tiene con 753.

El universo de personas dadas por desaparecidas en Colombia a la fecha es de 111.640.

Cementerio Calancala de Barranquilla.

Cementerio Calancala de Barranquilla.

Foto:Prensa UBPD

“Este campo santo ha sido catalogado por la Unidad de Búsqueda como un lugar de interés forense, por cuanto allí funcionó por varios años una morgue del Instituto de Medicina Legal adonde fueron llevados muchos cuerpos de personas no identificadas, sobre todo aquellos que venían flotando por el Río Magdalena y que posteriormente, eran abordados por los médicos forenses e inhumados en una de las áreas del cementerio”, manifiesta la coordinadora de la Territorial Atlántico de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), Ella Cecilia Del Castillo.

La funcionaria explica que la primera fase de intervención se desarrolló del 28 al 31 de agosto de este año y la segunda se realizará en el mes de noviembre.

Desapariciones asociadas a diferentes patrones

Indica que uno de los periodos más álgidos en materia de desaparición forzada en este territorio es el comprendido entre el 2000 y el 2007. Asimismo, precisó que en el Plan Regional de Búsqueda ‘Atlántico-Río Magdalena’, la entidad ha identificado varios periodos en los que las desapariciones estuvieron asociadas a diferentes patrones.

Como un ejemplo, señala lo acontecido a finales de los años 70 y 80, y principios de los 90, cuando se presentaron desapariciones de personas cuyos perfiles eran de estudiantes universitarios, líderes agrarios, militantes políticos y sindicalistas.

La funcionaria señaló también que el escalamiento del conflicto armado desde finales de los años 90 hasta el 2005 generó un aumento significativo en el número de desapariciones, principalmente asociadas a actores armados no estatales.

De manera simultánea a este periodo y hasta el 2010, ocurrieron hechos en los que la narrativa de los familiares coincide en que las personas desaparecidas -normalmente de escasos recursos- recibían supuestas ofertas laborales en otros lugares del país y que después desaparecían, según información que maneja la UBPD.

Deivis López Ortega

Corresponsal de EL TIEMPO

Barranquilla

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