'Renuncié a mi trabajo de buen salario para abrir una pastelería por esto; no me arrepiento'

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Renunciar a un trabajo de oficina y emprender una verdadera pasión es la ilusión de muchos, pero la realidad de unos pocos. Este es el caso de una mujer que decidió dejar su trabajo en el ámbito de las finanzas y abrir una panadería por un simple motivo: anhelaba pasar más tiempo con sus hijas.

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Carrie Morey fue madre de muy joven, uno de los motivos que la llevó a tomar la decisión de dejar la rutina. Un poco obligada por las circunstancias, empezó a buscar un equilibrio adecuado entre ser madre y trabajar. Hasta que se le ocurrió formular un plan de negocios para fabricar y vender galletas tradicionales del estilo sureño.

En diálogo con Business Insider, aseguró que ya nadie hacía galletas caseras y era un arte que se estaba extinguiendo. “Vamos a hacerlas a mano y venderlas por internet”, se dijo a sí misma y a su familia. “Todo se hace a mano, utilizando el tacto, el tacto y el aspecto de la masa en lugar de medidas estrictas”, explicó.

Todo esto lo hizo acompañada de sus hijas, con quienes pasaba gran parte de la mañana en la cocina y luego dormían siestas largas. Para ella fue “el equilibrio perfecto” y, a pesar de que el negocio no arrancó como esperaba, logró disfrutar de ese estilo de vida y “estar presente con mis niñas”.

La mujer que dejó todo y se dedicó a sus hijas

Cómo está el negocio de las galletas hoy en día

Para Morey, un buen fabricante de galletas no tiene ningún problema en saltearse las instrucciones y medidas exactas. “Pero el resultado final es realmente fantástico cuando comprendes cómo debe ser la textura de la masa y trabajas rápido”, explicó.

Hoy los productos de Morey se venden en grandes cadenas de tiendas y supermercados. Además, poseen dos tiendas físicas propias. “Suministramos los productos de Callie's Hot Little Biscuit a grandes minoristas como Whole Foods y Costco. Tengo una plantilla de 40 empleados”, detalló.