Receta para una siesta perfecta: a qué hora es buena, cuánto debe durar y en qué casos es mejor

hace 4 meses 18

El descanso breve durante el día, comúnmente conocido como siesta, ha sido objeto de debate por años. 

Aunque en la vida moderna prevalece la creencia de que descansar durante el día implica una pérdida de tiempo, expertos aseguran que este hábito puede traer importantes beneficios para la salud mental y física, siempre y cuando se realice de manera adecuada.

Valentina Paz, psicóloga y magíster en Neurociencias, explicó: “En las sociedades modernas está la idea de que tendríamos que ser constantemente productivos y que dormir la siesta es perder el tiempo. Pero lo cierto es que puede ser muy beneficioso”. 

Como parte de su doctorado, enfocado en la relación entre el sueño y la salud mental, la experta colaboró entre 2021 y 2023 con una especialista del Reino Unido en un estudio sobre los efectos de las siestas en el cerebro. “El resultado mostró que tener este hábito se asocia a un mayor volumen cerebral, lo que podría ser un indicador de una mejor salud a nivel de este órgano”, señaló. Sin embargo, aclaró que es necesario continuar investigando para validar estos hallazgos en diferentes poblaciones.

Dormir tiene un impacto positivo en la calidad de vida.

Las siestas prolongadas generan desorientación por la inercia del sueño.
Foto:iStock

¿Cuál es el tiempo y horario ideal para una siesta?

Pablo Torterolo, director del Laboratorio de Neurobiología del Sueño en la Facultad de Medicina de UdelaR, explicó que existe un momento natural para la somnolencia después del mediodía, independientemente de si se ha comido o no. Según el especialista, “es normal (e incluso aconsejable, según algunos autores) dormir una pequeña siesta después del almuerzo, entre las 13 y las 16”.

Por su parte, la neuróloga Cecilia Orellana indicó que el tiempo ideal de una siesta no debe superar los 20 minutos. “Ese tiempo es ideal para mejorar el estado de alerta, disminuir la irritabilidad y tomar mejores decisiones”, afirmó, y desaconsejó las siestas cercanas a la noche ya que afectan la calidad del sueño nocturno. Además, dormir más de 20 minutos puede provocar “inercia del sueño”, una sensación de desorientación y fatiga, debido a que el cerebro entra en etapas profundas del sueño, lo que dificulta un despertar completamente activo.

La siesta, además, debe ajustarse a las necesidades de cada persona. Orellana señaló que quienes trabajan en turnos rotativos o tienen ritmos circadianos alterados deben adaptar este descanso a su realidad.

El aumento de peso estaría relacionado con no dormir bien.

Una siesta inadecuada puede indicar problemas como apnea o falta de sueño nocturno.
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¿Quiénes deben dormir siesta y quiénes no?

No todas las personas se benefician del mismo modo de una siesta, destacó Torterolo. Aquellos que la practican regularmente han condicionado a su cuerpo para aprovechar este descanso, lo que facilita un sueño ligero y sin efectos negativos. En cambio, quienes sufren fatiga crónica podrían no obtener los mismos beneficios. Orellana explicó la diferencia entre fatiga y somnolencia diurna: “Estar fatigado es no tener más ganas de hacer lo que uno está haciendo y querer parar un poco, mientras que el estado de somnolencia implica que se cierren los párpados y que si hubiera una cama uno se tiraría a dormir sin dudarlo”.

En ciertos casos, la siesta es fundamental, como en conductores de larga distancia. “Ya sea de noche o de día, si uno siente somnolencia al conducir, hay que detener el vehículo y hacer una siesta breve de 10 o 15 minutos. Eso recupera el cerebro para seguir conduciendo entre una y dos horas más”, recomendó Orellana. También sugirió tomar café antes del descanso breve para potenciar la alerta una vez que la siesta concluya.

Cuando la siesta podría indicar un problema

Si bien es natural experimentar una caída en la alerta durante la tarde, un exceso de sueño diurno puede ser señal de algún trastorno. Orellana indicó que es necesario realizar un diagnóstico para descartar condiciones como apneas del sueño, movimientos involuntarios durante la noche o problemas neurológicos y endocrinológicos que puedan estar afectando la calidad del descanso nocturno.

Asimismo, la especialista advirtió que muchas personas enmascaran su somnolencia con café o mate. “Duermo poco, pero estoy bien”, es una frase común entre quienes subestiman la importancia del sueño nocturno, añadió. Por esta razón, recomienda consultar a un profesional si la siesta se convierte en una necesidad constante y no en un hábito ocasional.

Experto nos habla sobre los beneficios del sueño | El Tiempo

El País (Uruguay) / GDA

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El País, y contó con la revisión de un periodista y un editor.

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