¿Realmente es de mala suerte mirarse en un espejo roto? La verdad revelada

La creencia popular sobre los espejos rotos es tan antigua como la humanidad misma, y perduró a lo largo de los siglos en diversas culturas alrededor del mundo. La superstición de que trae siete años de mala suerte es un concepto profundamente arraigado, pero ¿realmente es cierto? 

Según el medio People, la relación entre los espejos y la superstición tiene raíces antiguas. Desde los antiguos griegos, los reflejos eran vistos con una mezcla de fascinación y temor. En la mitología griega, el personaje de Narciso se enamoró de su propio reflejo en el agua, lo que le llevó a la perdición. Este relato menciona la idea de que los reflejos, y por extensión los espejos, pueden tener un poder misterioso o incluso malévolo.

Los romanos antiguos, por otro lado, utilizaban espejos de metal pulido para observar sus reflejos, y estos eran considerados objetos valiosos. Romper uno de estos espejos era considerado un mal augurio debido a su coste y la creencia de que los espejos servían para adivinaciones o prácticas mágicas. Con el paso del tiempo, esta superstición se consolidó y comenzó a asociarse con la idea de que un espejo roto traerá mala suerte.

La primera mención registrada de la superstición en la cultura inglesa se remonta a 1777, cuando se describió la rotura de un espejo como un “accidente muy desafortunado”. La creencia se consolidó con el tiempo, convirtiéndose en un tema recurrente en la literatura y las leyendas populares.

¿Por qué siete años de mala suerte?

La cifra de siete años de mala suerte tiene un origen interesante. Los romanos creían que la vida humana seguía ciclos de siete años, lo que significaba que la rotura de un espejo implicaba un período de mala fortuna equivalente a un ciclo completo de la vida. Además, en tiempos antiguos, representaba una pérdida considerable, ya que los espejos eran costosos y difíciles de reemplazar. 

El costo de un nuevo espejo se consideraba equivalente a siete años de trabajo, lo que consolidaba aún más la relación entre el espejo roto y la mala suerte. En otras culturas, el número siete también se considera un número mágico o sagrado, y los ciclos de siete años se vinculan con procesos de transformación y cambio. Por lo tanto, la superstición del espejo roto, con su vínculo a la cifra de siete años, resalta la idea de que un evento tan destructivo tiene consecuencias a largo plazo.

Si bien la superstición puede generar ansiedad, en realidad romper un espejo accidentalmente no significa necesariamente que su vida esté marcada por la mala suerte. De hecho, los expertos en psicología argumentan que asociar la rotura de un espejo con una serie de eventos desafortunados puede ser solo una manifestación de la ansiedad humana ante lo inesperado.