En diálogo con EL TIEMPO, la nueva embajadora de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), Jhenifer Mojica, habló sobre los retos que tendrá en este cargo y cómo encontró la misión que hasta noviembre del año pasado estuvo liderada por Armando Benedetti.
Para la exministra de Agricultura, decir que la embajada ante la FAO se reactivó para acomodar al actual jefe de despacho presidencial es una perspectiva "limitada" y, en cambio, es un mensaje de que Colombia se "toma en enserio su agricultura".
¿Cómo encontró la embajada ante la FAO?
Jhenifer Mojica, embajadora ante la FAO. Foto:@jmojicaflorez
Esta es una embajada que está reabriendo 25 años después de que se cerró. Cuenta con un equipo, con el canciller Murillo logramos un fortalecimiento de ese equipo; hay un cuerpo diplomático de carrera muy experimentado en temas multilaterales que está empezando a incorporarse. Adicionalmente, hemos fortalecido nuestras relaciones con la embajadora ante Italia Ligia Margarita Quessep y con el embajador ante el Vaticano Alberto Ospina para hacer una misión de tres cuerpos de trabajo que se articulan en pro de los beneficios para nuestro país y los connacionales. Encontré una misión que tiene hoy un año excepcional, no solamente porque vuelve a abrir, sino por unos retos enormes de agenda que hay que desarrollar: en una semana tenemos el cierre de la COP16 que se hizo en Cali lo que reclama una alta actividad de diálogo y colaboración. Tenemos en junio el encuentro mundial de la Coalición Internacional para la Tierra, que es de sociedad civil, pero nosotros ayudamos. Tenemos la ejecución del programa FIDA, la ejecución del programa estratégico de Colombia para la alimentación, además de la agenda que tenemos en distintas instancias. Colombia está siendo cada vez más partícipe y líder en los temas que para Colombia son importantes como la reforma agraria.
En su momento hubo la sensación de que la misión se reactivó para acomodar a Armando Benedetti, ¿qué lectura hace usted?
No fue una decisión tomada para el exembajador Benedetti, eso sería una perspectiva muy limitada de lo que es en realidad una necesidad internacional. Lo que este mensaje quiere dar de reabrir la misión es poder decir que Colombia se toma en serio su agricultura.
Reabrir la misión es poder decir que Colombia se toma en serio su agricultura
jhenifer mojicaEmbajadora ante la FAO
¿Cuál es la importancia?
Colombia es parte de la FAO desde hace bastantes décadas y venía participando activamente. De hecho, hubo unas épocas en las que tuvo bastante reconocimiento y alcanzamos a tener embajadores ante la FAO tan prestigiosos que son reconocidos políticos en el país. Hace 25 años se decidió cerrar la misión en el gobierno de Andrés Pastrana y se asignó parte de las funciones a la embajada de Colombia ante Italia, con el argumento de que era por razones de presupuesto. No obstante, yo creo que las acciones de la diplomacia internacional no se pueden medir solamente en el tema del presupuesto porque los impactos y las repercusiones son bastante altas. Con este proyecto del FIDA que vamos a ejecutar ahorita en el segundo trimestre se invierte 50 millones de dólares. Esas inversiones no se lograrían si estos organismos multilaterales no hubieran en Colombia y en el Gobierno Nacional una actitud comprometida con el tema de la alimentación y la agricultura. Son señales. Aquí el gobierno de Milei acaba de cerrar la embajada ante la FAO y asignan las funciones a la otra embajada entonces eso manda señales.
¿Qué perdió Colombia al cerrarla?
Si Colombia cerrara misiones por razones presupuestales uno diría por qué no cierran la del Vaticano. Aquí si se ha mantenido. No estoy diciendo que se tenga que cerrar, estoy diciendo que los temas no son por razones económicas. Lo que hizo fue aislar a Colombia de todas las políticas, de todas las decisiones y de toda la cooperación internacional en materia de alimentación, agricultura y pesca, que hicieron que durante 25 años Colombia no existiera en este mapa mundial.
Jhenifer Mojica, exministra de Agricultura. Foto:Gobernación de Putumayo
¿Y ahora?
Hoy el eje de tener un programa de gobierno muy comprometido con el agro, decir que Colombia es una potencia de la vida agroalimentaria, mostrar la voluntad de hacer reforma agraria, de tener los presupuestos de inversión más grandes en la historia de Colombia en el agro, reabrir la misión ante estos organismos y de tener una participación activa que nos lleva hoy a la Conferencia de Tierras, a tener este crédito del FIDA o la inversión que también logramos del programa estratégico para superar el problema del hambre en Colombia que durante los cuatro años siguientes busca invertir 580 millones de dólares, hace que Colombia vuelva a restablecer esas conexiones y a garantizar que nuestro relacionamiento estratégico internacional se active. Aquí hay delegaciones de más de 190 distintos Estados que tienen sus equipos, que vienen articulando trabajo con sus ministerios de Agricultura y Ambiente, con los que se genera permanentemente foros de encuentro y de cooperación, y eso es lo que tiene realmente un valor.
¿Espera que los próximos gobiernos mantengan esta misión?
Yo espero que sí y de hecho se ha venido discutiendo una propuesta que es complementaria que habla sobre poder recuperar la capacidad internacional que tiene Colombia en sus relaciones con los agregados agrícolas que desparecieron por esa misma época. No hay país en el mundo que se tome enserio su agricultura que no tenga una fuerte presencia y actividad en la diplomacia internacional agrícola. Se necesita acercar distancias con países que son compradores de nuestros productos agrícolas, que son nuestros cooperantes en la agricultura y en la producción de alimentos y con los cuales esperamos abrir nuevos mercados. Como ministra personalmente viví lo que fue apoyar al sector ganadero colombiano para hacer la apertura del mercado de carne hacia China y bastó fortalecer esa presencia y acompañar desde el Gobierno Nacional con una labor muy fuerte con el embajador, este trabajo de mostrar disposición y mandar señales de confianza.
No hay país en el mundo que se tome enserio su agricultura que no tenga una fuerte presencia y actividad en la diplomacia internacional agrícola
jhenifer mojicaEmbajadora ante la FAO
Se que dice que el presidente acertó con su perfil al nombrarla en la FAO. ¿Cómo tomó la propuesta?
Vamos a seguir amplificando y haciendo incidencia internacional sobre las políticas que el Gobierno Nacional ha priorizado que son las políticas en torno a la reforma agraria, a la superación del problema del hambre que golpea muy fuerte en nuestro país, sobre todo en zonas rurales, y a contribuir desde la prioridad que le ha dado Colombia a la transición climática y a la adaptación a este desafío que representa el calentamiento global. Queremos mostrarnos como un gran ejemplo ante el mundo de que sí podemos avanzar en estas líneas como Estado y obviamente atraer la cooperación que favorezca el campo y la atención a los agricultores, de los campesinos y sobre todo de estas agendas que también tienen que ver con la construcción de paz del país. Ese es el escenario y la misión que me dio el presidente. El presidente tiene un gran interés en que Colombia siga manteniendo ese liderazgo internacional y poder cualificar cada vez más este ejercicio de las relaciones internacionales en espacios multilaterales, como es el de la FAO. También el del Programa Mundial de Alimentos y el FIDA, que es el Fondo Internacional para el Desarrollo de la Agricultura, pues son fundamentales en esa línea.
Imagen de referencia. Foto:Guillermo Herrara
¿Qué resultados quiere obtener Colombia en la Conferencia Internacional de Reforma Agraria?
Esta conferencia se hace después de 20 años que se hizo la primera en Brasil. Fue adoptada en el marco del Consejo de Derechos Económicos y Sociales de la FAO, y es el escenario para hacer una discusión con todos los países del mundo en torno a la relación que tiene la tierra y los derechos de las comunidades a la tierra, a la propiedad, a sus títulos colectivos, en el caso de los pueblos étnicos, con el derecho a la alimentación. Es decir, cómo la tierra y garantizar el derecho a la reforma agraria garantiza la superación del hambre y la lucha contra la inseguridad alimentaria que hackea a las poblaciones rurales en el mundo.
Colombia es sede y la aprobación fue unánime porque en la apuesta de la reforma agraria del Gobierno Nacional, se ve una luz de esperanza para superar todos estos problemas que se enfrentan en las zonas rurales en el mundo. Ya tenemos confirmaciones de todos los países que eran todos los vistos buenos para participar. La FAO en sí misma va a apoyar este desarrollo, como también el FIDA y el Programa Mundial de Alimentos. Estamos articulando a las distintas plataformas de organizaciones de sociedad civil, no solamente presentes en Colombia, sino también para que también haya una fluida participación de los gobiernos y los cooperantes internacionales, liderazgos sociales y comunitarios, para que se pueda decir que Colombia hoy sea el epicentro de esta discusión que es tan problemática en el mundo de crisis climática. Es una buena noticia para los colombianos
¿Cómo pretende impulsar la reforma agraria desde la FAO?
Jhenifer Mojica, exministra de Agricultura. Foto:@jmojicaflorez
Tenemos una enorme responsabilidad en la FAO y en el FIDA, que no es tan visible como la FAO, pero es el brazo financiero y de cooperación que impulsa la implementación de las políticas que se van a hablar desde la FAO. Hoy la reforma agraria sigue siendo una deuda pendiente en muchos lugares del planeta. Acaban de salir recientemente las últimas cifras de Gini, que mide la desigualdad en el acceso a tierras y Colombia sigue ocupando uno de los primeros lugares. Es decir, en Colombia el acceso a las tierras es muy limitado para las poblaciones que todavía dependen del trabajo en el agro, que es un tercio de la población colombiana que aún se identifica como campesina. Hay grandes extensiones de tierra productivas concentradas. Entonces aquí tenemos esa posibilidad de tener un afianzamiento de estas políticas y respaldar las acciones que el Gobierno Nacional ha venido adoptando para que sean sostenibles en el tiempo, es decir, que no solamente sea entregar tierras y reconocer propiedad, sino también poder hacer una reactivación económica y productiva de las mismas.
¿Cómo ayudar desde la FAO a la transformación de los sistemas agroalimentarios?
El mundo internacional gira en torno a la carrera contra el tiempo que constituye el 2030 como la meta para detener el calentamiento global y reducir nuestro impacto en la huella de carbono, en general en toda nuestra forma de vida. Entonces la alimentación, en particular la producción de granos y cereales, y la ganadería, como la conocemos hoy, es insostenible frente a estas metas. La idea es poder desde acá incidir para que no solamente sigamos adoptando compromisos en la materia de acción climática para cambiar nuestros sistemas de producción y de alimentación, sino también para que pueda haber cooperación técnica, acompañamiento, asistencia e inversión a favor de los productores colombianos.
JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ
Redacción Política