“No pensé que iba a durar tanto”, dice Dasha Suárez, una ucraniana que vive hace cinco años en Houston, Estados Unidos, al recordar cómo se siente sobre la guerra que vive su país desde el 24 de febrero de 2022 por cuenta de la invasión rusa y de la que, teme, nunca termine.
“Incluso, si acaba, no va a quedar un lugar para volver. Sí, la tierra va a estar allí, pero ¿de qué forma y cuánta va a pertenecer a Ucrania? El mayor temor es que mi país va a desaparecer y que dentro de 20 o 30 años, la nueva generación ni siquiera sabrá que existen los ucranianos. ¿Y, quiénes seremos nosotros?”, se pregunta Dasha.
Imagina que alguien llega y se queda con la mitad de tu casa, y luego viene otra persona y te dice: ‘vale, chicos, ya es suficiente, no peleen, hagan las paces, ¿te parece bien si entregas la mitad de tu casa para detener la invasión?’ Ese es el plan de paz que Trump está proponiendo
Como ella, son miles los ucranianos a los que ayuda en su fundación. Desde 2022, cuando sus papás huyeron de la guerra, Dasha y su esposo Gabriel, de origen colombiano, crearon The Suarez Foundation, con la que ayudan a los refugiados ucranianos con comida y apoyo para integrarse en el país.
“Es muy duro para la gente, nunca quisieron irse y la guerra los obligó. Solo esperan a que acabe para regresar”, dice Gustavo al recopilar las historias de vida de los refugiados a los que han ayudado.
Edificios gravemente dañados en Chasiv Yar, región de Donetsk. Foto:AFP
A tres años de cumplirse esta guerra, que ha dejado más de 6 millones de refugiados en toda Europa, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, logró sentar a Rusia en una posible mesa de diálogo que, sin embargo, plantea muchas preocupaciones sobre la defensa del orden mundial.
“Como ucraniano no estoy dispuesto a aceptar un acuerdo de paz que no nos tenga en cuenta”, dice al respecto Rostyslav Kalatsynskyi, presidente de la Asociación ucraniana en Colombia (Prosvita), al agregar que “si no se condena al agresor ruso, va a volver a invadir”.
“Yo estoy acá en Colombia, pude irme, pero toda mi familia está en Ucrania, la única que tengo es a mi mamá. No hay día en el que no esté preocupado por ellos”, agrega Kalatsynskyi.
La guerra ha dejado más de 6 millones de refugiados en toda Europa. Foto:AFP
El desgaste de la guerra dio un giro a la opinión de los ucranianos
A pesar de la incertidumbre que plantea el drástico viraje de la política de Washington hacia Kiev, los ucranianos quieren un respiro tras una dura guerra que ha exprimido los recursos y la moral de sus habitantes.
Antes impensable, hoy, la mayoría de los ucranianos quieren una salida que frene un conflicto cuyo costo de reparación, según estimaciones del Banco Mundial, alcanzará los 486.000 millones de dólares en la próxima década.
Cuando estalló la invasión rusa solo dos de cada 10 ucranianos defendían la idea de buscar una salida negociada al conflicto, comparado con un aplastante 73 por ciento que apoyaba el plan de luchar hasta lograr la victoria militar, según reveló una encuesta realizada por la agencia internacional de consultoría Gallup.
Tras casi tres años, las opiniones se invirtieron. Según reveló el informe -en el que se consultó a 1.000 personas-, para octubre de 2024 el 52 por ciento de los ucranianos desearía que su país negocie lo antes posible, mientras que el 38 por ciento sigue creyendo que su país debería seguir luchando hasta la victoria, una reducción de la mitad en comparación con 2022.
Necesitamos asegurarnos de que esto nunca vuelva a ocurrir, pero también hay que determinar quién va a pagar por todos estos daños y debe ser el país agresor
Esta postura se ha acentuado más con la llegada del invierno y el regreso de Trump a la Casa Blanca, según lo muestra un reciente censo realizado por la cadena estadounidense CBS, que revela que más de la mitad de los ucranianos quieren una salida pacífica.
"Simplemente congelarse en la línea del frente no servirá de nada", le dijo al citado medio Yevheniya Puzkiova, una mujer que vive en el oriente ucraniano, donde se libran los duros combates contra Rusia que le arrebataron la vida a su esposo Oleksandr y a su hijo mayor Oleksiy.
Como ella, entre más cerca del frente de guerra se esté, la ciudadanía es más propensa a apoyar la salida pacífica.
Ataque ruso en Dnipró, en el centro-este de Ucrania Foto:EFE
En regiones como Donetsk, Zaporiyia, Járkov o Dnipro donde las fuerzas rusas se siguen acercando, solo el 27 por ciento de la población apoya continuar con la guerra hasta vencer, mientras que en el resto de las regiones se eleva al 40 por ciento, siendo la ciudad de Kiev la que más respalda la vía militar (47 por ciento).
Puskiova, a pesar de querer acabar con la guerra y retomar su duelo, matiza que unos posibles acuerdos impulsados por Estados Unidos deben darse con “garantías de seguridad para nuestro pueblo, porque si no, en unos años Rusia volverá a invadirnos".
Una opinión que también comparte Rostyslav desde Colombia: “Necesitamos asegurarnos de que esto nunca vuelva a ocurrir, pero también hay que determinar quién va a pagar por todos estos daños y debe ser el país agresor”.
Sí, la guerra va a terminar al menos por un tiempo, pero ¿cuánto hasta que vuelva a empezar? Por supuesto que queremos que pare, pero nosotros no fuimos a casa de otro y empezamos a matar gente
Edificios dañados en la ciudad de Selydove, región de Donetsk. Foto:AFP
¿Ceder territorio a Rusia? La condición que aqueja a Ucrania y sus aliados
Más allá del reclamo de garantías para evitar que Rusia retome sus intenciones expansionistas en el futuro, hay otro problema sobre la mesa que preocupa: la posibilidad de que ceder territorio sea parte de la negociación.
Dasha resume lo que piensa de la propuesta: “Imagina que alguien llega y se queda con la mitad de tu casa, y luego viene otra persona y te dice: ‘vale, chicos, ya es suficiente, no peleen, hagan las paces, ¿te parece bien si entregas la mitad de tu casa para detener la invasión?’ Ese es el plan de paz que Trump está proponiendo”.
Los ucranianos decidimos cuándo habrá elecciones, nosotros fuimos invadidos y la guerra sigue en nuestro territorio. El dictador es otra persona y quien debe ceder, retroceder y pagar las reparaciones es la Federación Rusa
Para la ucraniana, una tregua debe ir más allá. “Sí, la guerra va a terminar al menos por un tiempo, pero ¿cuánto hasta que vuelva a empezar? Por supuesto que queremos que pare, pero nosotros no fuimos a casa de otro y empezamos a matar gente”, destaca.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, examina un edificio residencial bombardeado Foto:AFP
Por su parte, Rostyslav siente desesperanza por la exclusión de Ucrania de la mesa de diálogo. “Me gustaría pensar que de verdad Trump quiere ayudarnos, pero las últimas acciones han demostrado que quiere nuestros recursos”, dijo al recordar que una de las propuestas de acuerdo económico de la Casa Blanca plantea que Ucrania ceda el 50 por ciento de sus recursos naturales a EE. UU.
“En lugar de apoyarnos llama a nuestro presidente dictador”, agrega el ucraniano, quien denuncia que la acusación es “injusta”. “Los ucranianos decidimos cuándo habrá elecciones, nosotros fuimos invadidos y la guerra sigue en nuestro territorio. El dictador es otra persona y quien debe ceder, retroceder y pagar las reparaciones es la Federación Rusa”.
Monumento a los soldados ucranianos, en el centro de Kiev. Foto:AFP
Al respecto, la encuesta de Gallup reveló que más de la mitad (52 por ciento) de los ucranianos que están a favor de negociar un final rápido está de acuerdo en que Ucrania debería estar dispuesta a hacer concesiones territoriales, mientras que el 38 por ciento, como Dasha y Rostylav, no está de acuerdo. Otro 10 por ciento no sabe.
Por otro lado, los ucranianos que prefieren un fin negociado favorecen un rol destacado para los países de la Unión Europea (70 por ciento), mientras que un menor porcentaje (49 por ciento) apoya la participación de Estados Unidos.
A pesar de esto, es el gobierno Trump el que lleva la batuta sobre el futuro de Ucrania que, de momento, luce con mal pronóstico para la soberanía del país, algo que, como concluye Rostyslav, “es enviarle el mensaje al mundo de que está bien que Rusia y otros países invadan y agredan en el futuro. Abre la puerta a que China invada Taiwán, a que Venezuela invada Guyana...”.