¿Qué hay detrás del nuevo llamado a las calles del presidente Petro y el Pacto Histórico este 19 de septiembre?

El próximo jueves se llevará a cabo una nueva jornada de marchas impulsadas desde el gobierno de Gustavo Petro y su bancada, el Pacto Histórico. Esta vez se ha denominado la ‘marcha de las canas’ y su razón fundamental, aseguran, es la defensa de la reforma pensional, que tiene varias demandas en la Corte Constitucional. 

“La pensional se defiende”, dijo el representante David Racero frente a la movilización en una invitación que hizo la coalición de izquierdas en la jornada de este martes. “Unámonos por una vejez digna”, añadió la senadora Gloria Flórez. Sin embargo, más allá del llamado a marcha a favor de la pensional, los congresistas también dieron más motivaciones.

No obstante, más allá del llamado a defender la pensional, la convocatoria se ha centrado en enfrentra lo que el Pacto ha denominado el 'golpe blando. término acuñado por el presidente Petro para nombrar acciones en su contra, en este caso el proceso del CNE.

“Frente a los continuos intentos de desestabilizar el gobierno del cambio se hace más crucial que nunca para manifestar el poder popular. Es por esto que la bancada del Pacto Histórico convoca a marchar a los y las colombianos”, la representante María del Mar Pizarro se pronunció en esa segunda línea.

Esto fue complementado por la congresista de Comunes Sandra Ramírez: “El poder del pueblo es fundamental para defender los logros del gobierno del cambio”. De esta forma, el Pacto Histórico se unió oficialmente a la convocatoria que lideran inicialmente las centrales obreras. 

Han sido los sindicatos los que han impulsado el llamado a las calles en esta ocasión. Precisamente el pasado fin de semana se celebró la asamblea nacional del Pacto Histórico y los movimientos sociales. Esta convocatoria fue apadrinada por las centrales obreras, que vieron la plataforma como una forma de potenciar las marchas del 19 de septiembre.

Incluso en este espacio hubo un continuo énfasis en las marchas y la movilización popular, como lo deja ver la declaración final. Allí se anunció la creación de Coordinadoras por el Cambio que son células en cada municipio y departamentos que impulsarán los llamados a las calles y otras figuras de movilización.

Un punto que llamó la atención, y generó preocupación en esa línea fue el llamado hecho en la declaración final para que el Ejecutivo ‘radicalice la lucha’ acompañado del movimiento social para “construir los acuerdos con las clases oligárquicas sobre esa base”. Esto debería hacerse construyendo bases políticas y haciendo énfasis en la “lucha de clases”.

En ese mismo documento, en su parte final, se hizo una declaración de movilización permanente en el que se insistió en las marchas del 19 de septiembre y otras en octubre y el 21 de noviembre.

Tanto el llamado hecho por el Pacto como la declaración del fin de semana muestran que desde el Gobierno nuevamente se piensa recurrir a la fuerza de las calles. Esta es una receta que ha buscado el Ejecutivo en los momentos de mayor tensión en el gobierno de Gustavo Petro.

En los primeros meses de Gobierno no hubo ninguna convocatoria en ese sentido. Sin embargo, cuando se comenzaron a dar muestras de rechazo a sus proyectos en el Congreso, el primer mandatario comenzó a retomar la calle como un escenario para soportar su proyecto político. Fue en febrero de 2023 que se hizo el primer llamado.

En ese sentido, Gustavo Petro ha visto en sus convocatorias a marchar como un pulso con la oposición. Se ha vuelto común que las movilizaciones de contrarios del Gobierno se han respondidas con marchas de afines al Ejecutivo. El ejemplo más notorio fue en abril y mayo de este año.

El 21 de abril de 2024 se llevó a cabo una de las mayores movilizaciones en contra del gobierno de Gustavo Petro. La respuesta del Presidente fue minimizar su alcance y hasta señalarla de ‘golpista’. “El principal objetivo de las marchas es gritar ‘Fuera Petro’ y derrocar el gobierno del cambio. Este proceso ya inició y es un golpe blando que anule la decisión popular por el cambio en el año 2022”, dijo el mandatario en n trino.

Su reacción también incluyó un llamado a las calles para el primero de mayo. En dicha jornada, este alcanzó a caminar un tramo de la Carrera Séptima y luego dio un duro discurso en la Plaza de Bolívar. Durante toda su intervención hizo una comparación de la cantidad de gente que habían sacado sus contrarios y las que había convocado él en la Plaza de Bolívar. “No tenemos miedo, entre más nos reten a la confrontación, más alegría nos da, no vamos a retroceder”, fue la lectura que hizo el presidente Petro de ese choque de movilizaciones a su favor y en contra.

En esta ocasión, el llamado a las calles no se da como respuesta a una movilización previa de la oposición, pero sí en un momento de gran tensión para el gobierno por cuenta del proceso en contra de la campaña presidencial de 2022 en el Consejo Nacional Electoral (CNE), la decisión del Legislativo de no aprobarle el monto del presupuesto y la posibilidad, aún lejana, de que las demandas ante la Corte Constitucional tumben la reforma pensional.

expertos como Gonzalo Araujo, de la firma analista Orza ven lo hecho por el mandatario como una forma de generar presión. “Son un mecanismo de presión que usa el partido de Gobierno para que el congreso actúe con base en la agenda que ha querido imponer el ejecutivo”, de esta forma calificó Araujo las movilizaciones<, que señaló que también buscarían que se haga sentir el apoyo a la ley de presupuesto y su texto acompañante, la reforma tributaria o ley de financiamiento.

En esa línea, la profesora Patricia Muñoz, directora de posgrados de Ciencia Política de la Pontifica Universidad Javeriana advirtió: “una forma del gobierno de convocar a sus bases para lograr la solidaridad a los sectores más cercanos en la defensa de la continuidad de Gobierno”. En ese sentido lo calificó como una especie de alerta ante lo que desde el Ejecutivo se concibe como “intentos de truncar las reformas, sean las demandas a la pensional o el proceso del CNE”:

No obstante, también se ha advertido que puede ser un arma de doble filo. Esto debido a que una baja participación, como ocurrió en otras convocatorias anteriores a las del 1 de mayo, puede dar un mal mensaje de pérdida de las bases. Esta tesis la compartió Araujo: “Si la movilización no es masiva, el mensaje que recibirá la oposición y los partidos independientes es que el gobierno se queda cada vez más solo en sus intenciones de cambio, que no se traducen en las expectativas de la gente”.