Las autoridades sanitarias en Estados Unidos se mantienen en alerta debido al aumento de casos de la enfermedad de neumonía atípica, la cual afecta a personas de distintas edades y genera complicaciones principalmente para aquellos que padecen enfermedades crónicas o poseen un sistema inmunitario debilitado.
El número de casos de neumonía atípica comenzó a incrementar en los últimos meses, despertando la alarma en las autoridades estadounidenses. La infección causada por bacterias diferentes de las que son más comunes que causan la neumonía típica tiende a provocar síntomas más leves, pero aún representa un riesgo para la salud de los ciudadanos estadounidenses.
La enfermedad aparece a través de tres bacterias: Micoplasma pneumoniae (afecta a personas menores de 40 años de edad), Chlamydophila pneumoniae (tiene presencia todo el año) y Legionella pneumophila (mayor frecuencia en adultos mayores, fumadores y en aquellos que padecen enfermedades crónicas o tienen un sistema inmunitario debilitado), según informa el sitio web especializado Medline Plus. Los síntomas pueden ser los siguientes:
- Escalofríos
- Tos (con neumonía por legionela puede expectorar moco con sangre)
- Fiebre que puede ser leve o alta
- Dificultad para respirar (puede ocurrir cuando realiza un esfuerzo)
En ese sentido, la neumonía ocasionada por el micoplasma y las bacterias Chlamydophila normalmente es leve, en tanto la infección debido a Legionella pneumophila empeora durante los primeros cuatro a seis días y luego mejora durante cuatro a cinco días.
La enfermedad provoca síntomas como escalofríos, tos, fiebre y dificultad para respirar. Foto:iStock
Los pacientes también pueden experimentar otros síntomas como dolor en el pecho, confusión (especialmente en adultos mayores), dolor de cabeza, pérdida de apetito, baja energía y fatiga, dolores musculares y rigidez articular y sudoración o piel húmeda.
Tratamiento para la neumonía atípica
Las personas que padecen cualquiera de los tipos de neumonía atípica pueden controlar la fiebre con ácido acetilsalicílico (aspirin), medicamentos antiinflamatorios no esteroides o AINE (como ibuprofeno o naproxeno) o paracetamol.
Otra de las recomendaciones de los especialistas incluyen la ingesta de líquidos (para ayudar a aflojar las secreciones y sacar la flema) y el reposo sostenido. Es importante que no tome medicamentos para la tos sin hablar primero con su proveedor médico, ya que pueden dificultar la expectoración del esputo adicional.