Es posible que, en algún momento de su vida, usted haya notado una disminución en el volumen o cantidad de su cabello, especialmente en etapas como la menopausia o periodos de alto estrés. La alopecia androgénica femenina (AAF) representa un problema real que afecta al pelo de muchas mujeres.
"La pérdida de cabello puede tener un impacto psicológico significativo en las mujeres, afectando a su autoestima, a su confianza, y a su calidad de vida. La ansiedad y la depresión son comunes en mujeres que experimentan AAF, especialmente cuando la pérdida de cabello es notable. Buscar apoyo psicológico, ya sea a través de terapia individual o de grupos de apoyo, puede ser muy útil para manejar las emociones asociadas con esta condición", indica el tricólogo Amir Tarighpeyma, médico especialista en Medicina estética y cirugía capilar de las Clínicas de Medicina Estética ERES.
Durante una entrevista con Europa Press, el doctor explica que esta condición se presenta como un "adelgazamiento difuso del cabello en la parte superior del cuero cabelludo", conservando la línea frontal. "A diferencia de la alopecia masculina, raramente conduce a la calvicie total, pero sí a una notable disminución de la densidad capilar", señala el especialista.
Genética y hormonas: las causas principales de la AAF
De acuerdo con el doctor Tarighpeyma, la genética y las hormonas son los factores centrales que originan la alopecia androgénica femenina. "La predisposición hereditaria es un factor determinante, donde la sensibilidad de los folículos pilosos a los andrógenos juega un rol clave. Aunque los andrógenos son hormonas típicamente masculinas, las mujeres también los producen, y un desequilibrio o una mayor sensibilidad a ellos puede desencadenar este tipo de alopecia", sostiene.
Mantener un estilo de vida saludable y tratar el cabello de forma adecuada ayuda. Foto:iStock
El especialista destaca que, en mujeres jóvenes, condiciones como el síndrome de ovario poliquístico (SOP) pueden intensificar esta problemática, mientras que en la menopausia, el desequilibrio hormonal provocado por la disminución masiva de estrógenos ováricos tiende a empeorar el cuadro, debido a los niveles elevados de andrógenos.
Aunque puede comenzar desde la pubertad, Tarighpeyma resalta que suele manifestarse con mayor claridad tras la menopausia. "Los cambios hormonales asociados con la menopausia, como la disminución de estrógenos, y el relativo aumento de andrógenos, pueden acelerar la pérdida de cabello en mujeres susceptibles. Sin embargo, la edad de inicio y la progresión varían considerablemente entre individuos", precisa.
Esto debe saber. Foto:iStock
El experto subraya que el avance de la AAF suele ser lento y progresivo. Esto significa que el cabello se adelgaza gradualmente a lo largo de los años, en contraste con la alopecia areata, donde la pérdida puede ser abrupta y localizada. "La velocidad de progresión también puede verse influenciada por factores como el estrés, la dieta y la salud general", aclara.
Factores que pueden acelerar o agravar la caída
Más allá de la genética y las hormonas, existen elementos que pueden acelerar el inicio o empeorar la alopecia androgénica femenina. El estrés crónico, por ejemplo, puede alterar el equilibrio hormonal y afectar negativamente al ciclo de crecimiento capilar. "Del mismo modo, ciertas condiciones médicas, como los trastornos de la tiroides, pueden influir en la salud del cabello", advierte el médico.
Igualmente, el uso de algunos medicamentos, como antidepresivos o tratamientos hormonales, puede contribuir a la caída del cabello.
Deficiencias nutricionales, particularmente de hierro, zinc, magnesio y vitamina D, también debilitan los folículos pilosos y aceleran el proceso de adelgazamiento. "Un estilo de vida poco saludable, que incluya fumar, y una dieta pobre en nutrientes, también puede ser un factor agravante", afirma Tarighpeyma.
La falta de vitaminas genera perdida de cabello. Foto:iStock
¿Cómo actuar frente a la alopecia androgénica femenina?
La consulta temprana con un tricólogo es fundamental. Un diagnóstico precoz y un tratamiento personalizado son claves para conservar la salud capilar a largo plazo. "Aunque no se puede prevenir por completo la AAF debido a su componente genético, se pueden tomar medidas para retrasar su progresión. Mantener un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada y la gestión del estrés son fundamentales", subraya el experto.
Entre las recomendaciones específicas, Tarighpeyma sugiere evitar productos químicos agresivos y el uso excesivo de herramientas de calor como secadores o planchas.
"Es muy importante secar el pelo con calor medio", insiste. También recomienda tratamientos tópicos tempranos, como el minoxidil, para ralentizar el avance de la alopecia y preservar la densidad capilar. "El uso de suplementos nutricionales, bajo la supervisión de un profesional de la salud, también pueden ser beneficiosos para abordar las posibles deficiencias", añade.
La alopecia afecta a niños, hombres y mujeres. Foto:iStock
Además, enfatiza que "lavar y aclarar el pelo con agua fría es clave, ya que el calor es tóxico para el cuero cabelludo, y produce una dermatitis progresiva que, muchas veces, se enmascara por el exceso de grasa producida".
También aconseja evitar champús que contengan sulfatos o parabenos, debido a su efecto negativo en el pH del cuero cabelludo y en la fibra capilar.
Otras medidas para proteger el cabello
La elección del peinado también influye en la salud capilar. Peinados tensos como coletas muy apretadas o trenzas tirantes pueden generar alopecia por tracción, una pérdida gradual del cabello que daña de forma irreversible el folículo piloso.
Una nutrición adecuada, rica en vitaminas y minerales como hierro, zinc, biotina y vitamina D, resulta esencial para mantener el cabello fuerte. No obstante, antes de iniciar cualquier suplementación, debe consultarse con un profesional de la salud para evitar interacciones o efectos secundarios.
En cuanto al estilo de vida, evitar el uso abusivo de calor o productos químicos es una recomendación básica. Optar por peinados más suaves, como trenzas sueltas o recogidos bajos, y establecer rutinas de autocuidado que promuevan la relajación, son estrategias que contribuyen a un mejor manejo de la alopecia androgénica femenina.
Aunque técnicas cosméticas de camuflaje como fibras capilares y aerosoles de color son populares, Tarighpeyma advierte contra su uso. "Además, se están investigando nuevos fármacos y terapias genéticas que podrían ofrecer opciones de tratamiento más efectivas en el futuro", concluye este experto.
Europa Press.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Europa Press, y contó con la revisión de un periodista y un editor.