El primer ministro libanés, Najib Mikati, indicó a la prensa este domingo que cerca de un millón de personas podrían haber sido desplazadas debido a la campaña de ataques sin precedentes que Israel mantiene contra el sur y este del país, y los suburbios de Beirut.
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"El número es grande, se estima que un millón de personas se vieron obligadas a moverse de un lugar a otro lugar durante los últimos días. Es considerada la mayor operación de desplazamiento en el Líbano en toda la historia", dijo el dirigente en una rueda de prensa.
"La gestión de este desplazamiento no solo depende de encontrar refugio y comida a estas personas, sino que hay otras cosas como garantizar un servicio sanitario en estos centros de acogida para evitar la propagación de enfermedades o el problema de la acumulación de basura", detalló Mikati.
El Líbano, con una población estimada en menos de 6 millones de habitantes, se ha visto obligado a abrir cientos de albergues para desplazados desde que el pasado lunes Israel comenzó a bombardear intensamente los principales bastiones del grupo chií Hezbolá.
La gestión de este desplazamiento no solo depende de encontrar refugio y comida a estas personas
Según el último informe de situación publicado este domingo por la presidencia del Consejo de Ministros, 116.100 de los desplazados internos están alojados en 777 centros y colegios habilitados por las autoridades, de los que más de 500 han llegado a su aforo máximo.
Diversas ONG han denunciado la falta de servicios básicos en los albergues y una escasez de espacio que en algunos casos obliga a alojar a varias familias en una misma aula.
Mikati explicó que ordenaron al departamento de aduanas levantar los impuestos a la ayuda humanitaria y donaciones desde el exterior para que los suministros "lleguen directamente al Estado", y se facilite la entrada de los tan necesarios productos.
En las últimas dos semanas, Israel ha lanzado una serie de ataques sin precedente contra los principales bastiones del grupo chií libanés Hezbolá, que dejan ya más de un millar de muertos, 6.000 heridos y alrededor de un millón de desplazados internos, según datos oficiales.
Uno de ellos mató el viernes al máximo líder de la formación, Hassan Nasrallah, a las afueras de Beirut.
Mikati también consideró este domingo que la diplomacia es la única vía de salida en medio de los ataques israelíes.
"No tenemos otra opción que la diplomacia, desde el inicio hemos pedido la aplicación completa de la resolución 1701 (del Consejo de Seguridad de la ONU) y el Gobierno se compromete a ello (...) Si se prolonga la guerra al final volveremos a la resolución 1701", afirmó en una rueda de prensa.
"El Líbano tiene fe en la comunidad internacional, en la legitimidad internacional y en la ONU, y no cree en la ley del más fuerte", agregó el dirigente.
Mikati recordó que su Gobierno lleva pidiendo un alto el fuego en Gaza y en el Líbano "siete u ocho meses", desde mucho antes de que los enfrentamientos iniciados hace casi un año entre Hezbolá e Israel derivaran recientemente en una oleada de violencia sin precedentes en décadas.
"El cese el fuego en Gaza llevaría a un alto el fuego en el Líbano y los habitantes volverían a sus casas en el norte de Israel, y todo volvería a la normalidad mientras nos tomamos tiempo para aplicar la resolución 1701", reiteró el primer ministro.
Hezbolá insistió en los últimos meses en que solo pararía su lucha contra el Estado judío cuando terminara la guerra de Gaza, mientras la comunidad internacional abogaba por la implementación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a la guerra de 2006 entre las partes.