¿Por qué los latinos tienen el potencial de inclinar la balanza a favor de Donald Trump o Kamala Harris en las elecciones de Estados Unidos?

hace 2 semanas 62

En 2015, cuando Donald Trump lanzó su primera candidatura presidencial en Estados Unidos, muchos lo tomaron como un chiste. Su retórica inicial, cargada de comentarios xenófobos, escandalizó a quienes lo escuchaban hablar de los migrantes latinos como “lo peor de sus países” y proponer construir un muro fronterizo con México. “Son violadores, traficantes, criminales”, dijo Trump, marcando su posición inicial hacia esta comunidad.

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Hoy, nueve años después, esos comentarios persisten, pero no sorprenden igual. Desde entonces, Trump no solo fue presidente (2017-2021) sino que su movimiento Make America Great Again (Hagamos a América Grande de Nuevo) transformó al Partido Republicano y, tras ser derrotado en 2020, intenta por tercera vez llegar a la Casa Blanca. La sorpresa, ahora, es que lo hace con el apoyo incluso de millones de latinos.

Si tú dejas la frontera abierta y dejas entrar, pues va a llegar gente buena, gente mala, asesinos y de todo. Por eso el país ha perdido seguridad

En el 2024, lo que se ha denominado el “voto latino”, que actualmente son más de 36,2 millones de personas habilitadas para participar en las elecciones, se ha convertido en una fuerza difícil de entender para los partidos y, debido a su gran crecimiento poblacional en los últimos años, está siendo disputado a como dé lugar para garantizar el triunfo en las elecciones.

Esto sucede con una particularidad adicional: según todas las encuestas y debido al sistema del Colegio Electoral que opera en el país norteamericano, estas elecciones están destinadas a decidirse en solo siete de los 50 estados, que aún están indecisos entre Kamala Harris y Donald Trump. Y justo en esos lugares la población latina es bastante significativa.

Por esa razón viajé a Estados Unidos el último mes a recorrer algunos de esos estados para entender el voto latino, que solo en los últimos cuatro años ha crecido cerca del 12 por ciento de acuerdo con un estudio del Pew Research Center.

Durante años, el Partido Demócrata asumió que los latinos formaban parte de su base. En 2020, casi el 60 por ciento votó por Joe Biden, ayudándolo a ganar en estados tradicionalmente republicanos como Georgia, Arizona y Nevada. Pero hoy, las preocupaciones de los latinos son tan variadas como las de los estadounidenses blancos.

Kamala Harris y Donald Trump

Kamala Harris y Donald Trump

Foto:EFE

En estados como Nevada, por ejemplo, su mayor preocupación es la economía. Desde la crisis del covid-19, los habitantes de ciudades como Las Vegas han visto aumentar los precios de la gasolina, la renta y los alimentos a ritmos más acelerados que sus ingresos. Y no un número menor, incluso, han perdido sus trabajos pues el estado tiene una de las mayores tasas de desempleo del país.

Con esto en mente, muchos latinos ven en un empresario como Trump, a quien le atribuyen las buenas finanzas del país en los años anteriores, como la persona llamada a solucionar sus problemas. “Mi mayor miedo es terminar en la calle sin donde vivir”, dijo Yahaira, una mujer mexicana de 40 años. Es el temor de muchos: terminar en la indigencia ante la imposibilidad de pagar la renta o comprar una casa debido al alto precio de las viviendas, una situación que se ha agravado en los últimos años pues, tras la pandemia, habitantes de otros estados decidieron mudarse a Nevada.

Además, Trump sagazmente prometió en un mitin en Las Vegas que eliminaría el impuesto federal a las propinas, un tema que está en el corazón de los trabajadores de esta ciudad que vive del turismo, los casinos y la gastronomía.

Ante una propuesta tan difícil de combatir, la vicepresidenta y candidata Kamala Harris decidió también hacerla parte de su campaña y fue más allá. Reconociendo que la mayoría de los trabajadores de los hoteles, casinos y restaurantes son latinos, formuló políticas dedicadas exclusivamente a esa población, con incentivos a la compra de primera vivienda.

El censo estima que más del 60 por ciento de los ciudadanos de Miami son latinos.

En el 2024, lo que se ha denominado el “voto latino”, que actualmente son más de 36,2 millones de personas habilitadas para participar en las elecciones, se ha convertido en una fuerza difícil de entender para los partidos y, debido a su gran crecimiento poblacional en los últimos años, está siendo disputado a como dé lugar para garantizar el triunfo en las elecciones.

Foto:iStock

En otros estados como Florida la situación es diferente. En Miami, donde más del 70 por ciento de la población es latina, los votantes están influenciados por sus experiencias de origen. Cubanos, venezolanos y nicaragüenses, quienes han huido de los regímenes de Castro, Chávez y Ortega, suelen ver a los demócratas, especialmente a Harris, con sospecha de afinidades socialistas.

En eso han jugado un papel importante las campañas de desinformación y las publicidades políticas de la contraparte. Desde hace unos meses, Donald Trump suele referirse a Harris como “camarada” en un intento por asociarla con el comunismo, y cada vez que puede se encarga de llamarla una mujer de extrema izquierda. Harris, en respuesta, afirmó categóricamente “soy una capitalista” en una entrevista con Noticias Telemundo, en un intento por disipar estos temores ante el electorado latino.

La pelea por Pensilvania, un estado clave

Pero si en la Florida se da casi por contado el triunfo republicano, en Pensilvania la pelea está a muerte. Es un estado que aporta 20 votos del Colegio Electoral (para ganar la presidencia un candidato debe superar los 270 votos) y todo está en juego. Si bien Trump lo ganó en el 2016 por un margen del 0,72 por ciento, el presidente Biden lo recuperó en el 2020 por solo 80.000 votos que equivalen a menos del 1,2 por ciento. Y las encuestas más recientes para estas elecciones muestran un empate de ambos candidatos con el 48 por ciento de la intención de voto.

En el episodio del podcast El péndulo dedicado a Pensilvania, visitamos una región que anteriormente era llamada el “cinturón de óxido” y que hoy es llamada el “cinturón latino”.

Son pequeños pueblos que por años fueron poblaciones mayoritariamente blancas viviendo de la industria metalúrgica, pero que tras el declive de este sector han visto una revitalización gracias a la llegada de la población latina, que pasó de representar menos del 10 por ciento a superar incluso el 60 por ciento. Pero con ese incremento también ha venido el rechazo. Y ahora incluso de personas latinas.

Allí una mujer dominicana que migró hace casi 20 años contó cómo hoy su pueblo se siente más inseguro debido a que cada vez llegan más “latinos malos”. Su nombre es Adairis Casado y gracias a una tienda de productos de belleza ha progresado en este territorio. Pero asegura que, en los últimos años, la población latina ha crecido tanto que ya no se siente segura de dejar la puerta de su tienda abierta. “Si tú dejas la frontera abierta y dejas entrar, pues va a llegar gente buena, gente mala, asesinos y de todo. Por eso el país ha perdido seguridad”, dice. Por esta razón, Adairis votó en el 2020 por Trump y lo volverá a hacer en esta elección.

Es una transición paradójica que atraviesan muchos votantes latinos en estas elecciones. Las políticas de deportación masiva que propone Trump o sus discursos que aseguran que los latinos están “contaminando la sangre norteamericana” no sienten que es algo en contra de ellos, sino en contra de “otros” que también les ponen en riesgo sus condiciones de vida.

Sin embargo, esta semana las palabras de una persona que participó en un mitin político de Trump en Nueva York han desatado de nuevo la polémica por la agresividad en contra de los latinos. El comediante Tony Hinchcliffe dijo que “en este momento hay literalmente una isla flotante de basura en medio del océano. Creo que se llama Puerto Rico” y el rechazo fue casi generalizado. No solo varios políticos lo condenaron, sino que artistas boricuas como Bad Bunny, Jennifer López, Ricky Martin y Luis Fonsi, que tienen una gran influencia y presencia mediática, salieron a apoyar la candidatura de Harris.

Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses que mientras vivan en la isla no pueden votar para la presidencia, pero una vez se mudan al territorio continental sí pueden hacerlo. Hoy más de cinco millones de ellos se encuentran en diferentes estados como Florida, Nueva York y Pensilvania, donde pueden cambiar la ecuación.

Los efectos de esta nueva polémica aún no están claros, pero como en esta elección el juego es apretado, las campañas están con los pelos de punta. Cada voto latino que Trump lograba robarle a Harris, que según la última encuesta tenía el apoyo del 56 por ciento de ellos, era un riesgo enorme. Y por eso, ante el nuevo escándalo, la demócrata está buscando contraatacar y arrebatarle cualquier indeciso. Solo después del 5 de noviembre sabremos quién habrá sido más exitoso.

JUAN DAVID NARANJO NAVARRO

ESPECIAL PARA EL TIEMPO

*Juan David es Líder de comunidades de Radio Ambulante Studios y con la serie de pódcast El péndulo y Noticias Telemundo visitaron varios estados para entender el voto latino en Estados Unidos.

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