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Una nueva investigación ha revelado que el plástico negro utilizado comúnmente en la fabricación de juguetes para niños, recipientes de alimentos, utensilios de cocina y bandejas, puede contener una cantidad significativa de retardantes tóxicos.
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Este problema surge debido a errores en el reciclaje de algunos dispositivos electrónicos, cuyos materiales luego se utilizan en la elaboración de dichos productos.
El estudio, titulado “Chemosphere” y publicado en la revista *Science Direct*, fue realizado en colaboración entre la organización Toxic-Free y la Universidad Libre de Ámsterdam.
En esta investigación se analizaron exclusivamente plásticos negros, por lo que no se pudo determinar si otros colores también podrían estar afectados. Los investigadores tampoco pudieron vincular este problema a marcas específicas de productos.
En 2021 la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) prohibió el uso de estos plásticos.
Foto:iStock
Megan Liu, autora del estudio, mencionó en un artículo de Toxic-Free Future que uno de los productos con mayor concentración de retardantes de llama fueron las monedas de piratas de plástico negro, utilizadas por los niños para disfraces, similares a las cuentas de Mardi Gras.
Además, Liu señaló que las bandejas de plástico negro contenían hasta 11.900 partes por millón del retardante de llama decaBDE, un éter que pertenece al grupo PBDE.
Megan Liu señaló que no se han realizado estudios específicos sobre los materiales en contacto con alimentos en Estados Unidos. Debido a esto, expresó su interés en probar tanto juguetes como materiales utilizados en artículos de cocina y en el servicio de alimentos para evaluar su seguridad.
El 70% de las muestras analizadas en la investigación presentaron niveles de decaBDE que oscilaron entre cinco y 1200 veces el límite establecido por la Unión Europea, que es de 10 partes por millón.
Los investigadores destacaron que, si se incluyen utensilios de cocina de plástico negro contaminados, una persona podría estar expuesta diariamente a 34,7 partes por millón de retardantes de llama.
Efectos adversos del uso del plástico negro
El uso de plástico negro tiene efectos adversos significativos, ya que la presencia de compuestos tóxicos en la sangre puede aumentar la posibilidad de morir de cáncer en un 300%.
Además, está estrechamente vinculado con problemas endocrinos, tiroideos, de desarrollo y neuroconductuales. Debido a estos riesgos, en 2021 la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) prohibió el uso de estos plásticos.
En un artículo de Leonardo Trasande, profesor de Pediatría y Salud Poblacional en NYU Langone Health, se señaló que los retardantes de llama costaron al sistema de atención médica de Estados Unidos unos US$159 mil millones en 2018.
Según investigaciones recientes, esta cifra podría aumentar si no se toman las medidas necesarias para controlar la exposición a estos químicos.
Megan Liu recomendó sustituir los utensilios de cocina de plástico negro por alternativas más seguras, como el acero inoxidable. Además, sugirió limpiar el polvo, fregar y pasar la aspiradora con frecuencia para eliminar posibles residuos de estos químicos tóxicos en el hogar.
Los retardantes de llama en los dispositivos electrónicos son fundamentales para garantizar la seguridad en el hogar. Según el sitio web de American Chemistry Council, un hogar promedio tiene más de 20 productos electrónicos, como televisores, teléfonos inteligentes, computadoras, sistemas de juegos y tabletas.
Estos dispositivos están profundamente integrados en la vida diaria, pero podrían representar riesgos adicionales si no contaran con retardantes de llama.
La incorporación de estos compuestos en productos electrónicos y electrodomésticos ha sido esencial para reducir el número de lesiones y muertes relacionadas con incendios. Además, el reciclaje de plásticos provenientes de estos dispositivos contribuye a disminuir el impacto ambiental causado por los desechos plásticos.
La Nación Argentina / GDA.
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*Este contenido fue escrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basada en información de La Nación Argentina / GDA. Contó con la revisión de un periodista y un editor.
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