Los ángeles de la guarda son seres espirituales a los que se les describe como fuertes, con alas, sonrientes, invisibles, pero luminosos, suelen ayudar a las personas, tienen inteligencia, voluntad, son inmortales y superan en perfección a todas las criaturas, según ‘Catholic.net’.
Conforme a los criterios de
La tradición cristiana explica que cada uno de los humanos en la tierra tienen un ángel de la guarda, el cual tiene la misión de acompañarlos desde el momento de su nacimiento hasta el día de su muerte, permaneciendo junto a él en cada acontecimiento de su vida, de acuerdo con ‘Holyart’.
En el antiguo testamento de la Biblia se explica que Dios está rodeado de una corte de figuras celestiales que lo adoran y actúan en su nombre, así como también se les realizan diferentes referencias en la Sagrada Escritura en las que protegen a la gente y realizan tareas como mensajeros.
En el numeral 328 de Catecismo de la Iglesia Católica se agrega que los ángeles son seres cuya existencia es una “verdad de fe”, según ‘Aciprensa’.
¿Por qué no debe ponerle un nombre a su ángel de la guarda?
En el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia (2002), específicamente en el capítulo VI, se explica que a los ángeles de la guarda no se les debe adorar ni ponerles nombres, pese a que los creyentes expresan su fe al “ministerio de los ángeles”.
Los únicos a los que se les considera saludable y legítima su devoción son a San Miguel, San Gabriel y San Rafael, puesto que sus nombres fueron revelados en las sagradas escrituras, quienes tuvieron una misión específica en la salvación.
La razón principal por la que no se les debe asignar un apodo es porque “puede dar lugar a desviaciones”, es decir que puede llevarse a prácticas que alejan a los fieles del propósito de los ángeles como guías y protectores bajo la autoridad de Dios, según ‘Aciprensa’.
Por esto, se le considera como una acción peligrosa el asignarles nombres por supersticiones, intentos por personalizar su relación con ellos e incluso expresar su gratitud por las acciones que realizan al cuidarlos diariamente.
Aunque algunas personas aseguran que los ángeles de la guarda no existen, en el evangelio se sostienen ejemplos y episodios que enseñan sobre su presencia y cómo desde la infancia se puede llegar a sentir su presencia confiable.
La poderosa oración de San Miguel Arcángel contra el demonio | El Tiempo
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