Patrullera salva a mujer en Cartagena: intentó meterse al mar tras ser víctima de presunto abuso sexual por taxista

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En este Jueves Santo, mientras Cartagena se sumía en la reflexión y la conmemoración del amor fraterno, el lavatorio de los pies y la Última Cena, una patrullera de la Policía encarnó ese amor en la misma orilla del mar, cuando rescató a una joven mujer, sumida en la desesperación, en el sector conocido como "kilómetro cero", frente a las aguas del mar Caribe.

La joven caminaba descalza hacia el mar, con lágrimas inundando su rostro y piedras aferradas en sus manos, en una clara señal de su intención. 

Su desesperación, silenciosa pero palpable, pasó desapercibida hasta que un atento mototaxista advirtió la crítica situación. Sin dudarlo, el hombre buscó ayuda, alertando a una patrulla de la Unidad Básica de Investigación Criminal de Tránsito de la Debol que se encontraba a pocos metros, integrada por el intendente Linares y la patrullera Cindy Páez Madrid.

“Estaba como a 500 metros. Vimos cómo se metía al agua, con esas piedras… Quería hundirse”, recuerda Linares. Fue entonces cuando Cindy Páez, sin dudar, corrió. No pensó en el uniforme, en el riesgo, en el frío. Pensó en la vida que aún podía salvar.

Así aplicará la medida para el mes de noviembre.

La joven fue abusada por un taxista. Foto:Hector Fabio Zamora. EL TIEMPO

Vimos cómo se metía al agua, con esas piedras… Quería hundirse

Cindy páez madridPatrullera de la Policía

Junto a una funcionaria de la Secretaría de Tránsito que se unió al rescate desde la orilla, Cindy Páez habló con la mujer, insistiendo con palabras cargadas de fuerza y ternura. Su intervención logró lo que parecía imposible: la joven reaccionó y permitió ser sacada del agua.

"La miré y pensé: tiene un nombre, una historia, una vida que vale", expresó Cindy, aún con la voz quebrada por la emoción del momento. 

La joven rescatada, identificada como Johana, temblaba y lloraba, pero estaba a salvo. Con su voz entrecortada, reveló la desgarradora razón de su angustia: había sido víctima de abuso sexual por parte de un taxista.

La respuesta de la Policía fue inmediata, activando el protocolo de atención para víctimas de violencia sexual. Johana recibió atención médica integral, acompañamiento psicológico y la promesa de una investigación exhaustiva para esclarecer lo sucedido. 

Sin embargo, el impacto más significativo fue el palpable apoyo que sintió en ese momento de vulnerabilidad.

Cartagena

Playas de Cartagena.  Foto:Capitanía de Puerto

Para la patrullera Cindy Páez Madrid, su acción no fue un acto impulsivo de heroísmo, sino una manifestación de su profunda vocación de servicio. 

"Es lo que haría por cualquier ser humano. Si decidí ser policía fue para esto: para proteger, para cuidar, para tender la mano cuando más se necesita", afirmó.

Con su uniforme aún empapado como parte de un acto de esperanza, demostró que incluso en medio de la adversidad, la compasión y el servicio desinteresado pueden rescatar vidas y renovar la fe en la humanidad. 

En una ciudad marcada por tantas dificultades, la valentía silenciosa de quienes eligen proteger la vida sigue siendo un faro de esperanza.

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