Papa Francisco, que estás en el cielo, ruega siempre por el futbol (Opinión)

hace 3 horas 17

Todos estamos seguros de que el Papa Francisco esta ahora a la derecha de Dios Padre, como sabemos que está ahí y que es el único Zumo Pontífice que los futboleros conocemos, le queremos pedir por el fútbol, por la pelota y que le hable al oído a su nuevo compañero, para que nos ayude con estos milagritos.

Papa Francisco, usted, que alguna vez dijo: "El fútbol, como la vida, necesita de trabajo en equipo", interceda desde el palco celestial para que volvamos a tener un Mundial con 32 selecciones. Tener 48 equipos asegura que pasen algunos sin méritos, como si el torneo fuera un desfile y no la danza sagrada del balompié.

Santo Padre, usted que sabía de pasión y de barrio, ruegue para que no reduzcan los partidos a 60 minutos netos, como lo propuso el exfutbolista Gerard Piqué, aduciendo que no hay tiempo para dedicarle dos horas a esta pasión. El fútbol es como el Evangelio: se vive completo, con sus tiempos muertos, sus pausas, sus milagros al minuto 90+5. Mejor, eso sí, pedimos justicia para los que ensucian el juego. Usted también dijo: "El que no vive para servir, no sirve para vivir". Pues bien, el que vive para simular, no sirve para jugar.

Ilumine usted a los árbitros, que a veces se pierden más que apóstol sin GPS. Denos directivos que no se vendan por treinta monedas de ‘Streaming’. Guíe a los hinchas para que no se odien, para que entiendan que su violencia daña el espectáculo. Y bendiga a los equipos humildes, que todavía creen que se puede ganar con fe, sudor y un buen 4-4-2.

Encamine también a los que contamos las historias del fútbol. Que nuestros titulares no sean ecos de alcoba, sino voces que denuncien la corrupción y la venta de partidos, que seamos más periodistas y menos relacionistas públicos. Que nos levantemos cada mañana con la herida abierta y el compromiso de preguntar siempre “¿por qué?”; que no nos contentemos con el “todo está bien” de los pasillos oficiales.

Francisco, usted que en la vida fue de San Lorenzo, ahora aliente desde lo alto al club del mundo. Que el fútbol no pierda su alma entre algoritmos, ‘sponsors’ y decisiones de oficina. Que volvamos a gritar goles que curen, abrazos que rediman y partidos que nos recuerden que, como dijo el Papa argentino, “Dios nos ama tal como somos, y camina con nosotros” … incluso en las eliminaciones, con el dolor que ellas traen.

Y si no es mucho pedir, ayúdenos a que la Selección Colombia clasifique al Mundial del 2026 sin tanta angustia.