Las tarjetas de crédito son uno de los instrumentos financieros más utilizados por los consumidores para realizar compras de productos y servicios de manera aplazada.
Emitidas por instituciones financieras tras un análisis del perfil del solicitante, las tarjetas permiten disponer de una línea de crédito recurrente, cuyo uso debe gestionarse con responsabilidad para evitar sobreendeudamiento y altos costos financieros.
Cada tarjeta de crédito tiene un ciclo mensual en el que se genera un corte o estado de cuenta. Allí hay un resumen de todas las operaciones realizadas: compras, disposiciones de efectivo, pagos realizados, comisiones, intereses generados y el IVA correspondiente. A partir de esta información, se determinan dos conceptos fundamentales para el usuario: el pago mínimo y el pago para no generar intereses.
¿Qué es el pago mínimo?
El pago mínimo representa el monto mínimo que una persona debe abonar para mantener vigente su línea de crédito. Es decir, cumplir con este pago evita la morosidad y mantiene el acceso al crédito, pero también conlleva una carga financiera adicional, ya que al no saldarse la totalidad de la deuda, se generan intereses conforme a la tasa pactada y se aplica IVA sobre los intereses reales.
Si el pago mínimo resulta superior al saldo insoluto, se cobrará este último. Es importante considerar que pagar únicamente el mínimo prolonga el tiempo de pago de la deuda y aumenta el costo total del financiamiento. En cambio, realizar pagos por encima del mínimo reduce el saldo promedio diario, lo cual disminuye el monto de intereses generados en el siguiente ciclo.
No es necesario realizar las compras con tarjeta de crédito para ser elegible a declarar. Foto:iStock
¿Qué es el pago para no generar intereses?
Por su parte, el pago para no generar intereses es el importe total que el usuario debe cubrir para evitar el cobro de intereses sobre sus compras. Este monto incluye el saldo deudor total, excluyendo los saldos que se encuentren en promociones como meses sin intereses, planes de pagos fijos o disposiciones especiales.
Realizar este pago dentro del periodo establecido garantiza que el usuario no será sujeto a intereses por financiamiento. No obstante, es importante señalar que si se han hecho disposiciones de efectivo, estas sí generarán intereses desde el momento en que se efectúan, hasta que se liquiden completamente, independientemente de que se pague el resto del saldo total.
¿Cuándo se debe realizar el pago de la tarjeta?
Por ejemplo, si el corte es el día 8, el día 9 ya estará disponible el estado de cuenta y con él, los importes correspondientes al pago mínimo y al pago para no generar intereses.
La fecha límite de pago se fija 20 días naturales después del corte. Si esta cae en un día inhábil, se traslada automáticamente al siguiente día hábil. Esto da al usuario una ventana de tiempo suficiente para organizar sus pagos y evitar recargos por mora.
Uno de los errores más comunes es asumir que el pago debe realizarse estrictamente en la fecha límite. Si bien esto maximiza el periodo de financiamiento sin intereses, también puede implicar un riesgo en caso de imprevistos. Por ello, los expertos recomiendan hacer el pago en cuanto se disponga del recurso necesario, sin necesidad de esperar hasta el último día.
Además, no es obligatorio que el pago se haga en una sola exhibición. Es posible distribuirlo en varias parcialidades dentro del periodo, siempre que se cubra el monto total requerido para evitar intereses o, al menos, el mínimo exigido por el banco.