Otra vez el Real Madrid campeón de Champions…? ¿Los demás no existen…? ¿Dónde están…? ¿No es que en Europa hay muchos grandes…? Parece que hubiera uno solo.
Después de ganarle al Manchester City los dos choques de dieciseisavos, luego del sorteo de octavos de final, el club blanco emerge como ultra super mega favorito para llevarse otra vez la Orejona. O quedársela, más bien, porque la tiene en sus vitrinas desde el año pasado, desde la primera versión, en 1956.
Ante el grave problema que afronta la liga francesa por los derechos de televisación (de eso viven sus clubes y las cadenas han decidido no pagar los contratos y enjuiciar a la Liga), el norteamericano John Textor, dueño del Olympique de Lyon –también del Botafogo y del Crystal Palace–, señaló: “¿Quién va a querer comprar los derechos de una liga donde se sabe de antemano el campeón…?” Se refiere al Paris Saint-Germain, al que acusa de violar las reglas de la competición. Lo mismo sucede en Alemania con el Bayern Múnich, que encadenó once títulos consecutivos.
¿Hay alguno que puede parar al Real Madrid?
Y algo así, aunque por otros motivos, acontece en Europa con el Madrid. Es el candidato excluyente en esta edición y, seguro, en las próximas diez que vengan.
Por superioridad, por el plantel, porque su estilo es salir eternamente por la victoria, por la fortuna de que los errores arbitrales le sonríen desde hace setenta años y porque ya los rivales definitivamente le temen. Esto último resulta determinante.
Todos tiemblan cuando lo tienen enfrente.
Todos excepto uno: el Barça. Puede brillar o desentonar, ganar o perder, pero le juega sin miedo. Están parejos en el historial. Aparte, posee técnico y jugadores calificados. Incluso en las últimas dos topadas lo goleó: 4-0 en Madrid y 5-2 en Arabia Saudita. Y está el Atlético con su estilo rocoso, de peleador callejero: el cholismo. Con eso suele complicarlo. Los demás pueden enfrentarlo tácticamente bien, hasta suelen superarlo en el juego, pero terminan derretidos. Justamente Real Madrid-Atlético es el duelo resaltante del sorteo de octavos de final. Primero y segundo en la Liga.
Real Madrid es uno de los clubes clasificados a octavos de final de la Champions. Foto:AFP
El Atleti ha conformado una nómina importante y se le abrió el gol. Cuando un equipo tiene gol fácil puede superar cualquier escollo. En dos semanas se verán las caras en el Bernabéu. El otro cruce que engalana la cartelera es el PSG-Liverpool, amplísimos líderes ambos de Francia e Inglaterra.
Por suerte, están programados en días distintos con el clásico madrileño, porque es partido altamente recomendable.
El París es una máquina de atacar gracias a Luis Enrique, cuyo espíritu ultraofensivo asegura espectáculo. En los 36 cotejos que ha jugado esta temporada en todos los frentes, marcó 99 goles. No obstante, en Champions tiene tres derrotas, y fueron ante el Arsenal, el Atlético de Madrid y el Bayern Múnich.
Prueba irrefutable de que, en el campo internacional, cuando le toca un peso pesado, lo mandan a la lona. Venció al City, pero el City es como esos boxeadores que ya tienen la mandíbula floja, lo tocan y cae. Y al Liverpool de Arne Slot lo conocemos todos: sabe a qué juega, es confiable, agresivo, guerrero y también mortífero en ataque.
En los 41 encuentros que lleva en este curso acumula 97 anotaciones. Entre Salah, Gakpo y Lucho Díaz suman 58 tantos y 26 asistencias, una locura. Y falta un 30 por ciento de temporada. Los de Anfield tienen una ventaja: su estirpe copera. Seis veces levantaron la Copa de Europa. No arrugan.
El capricho del sorteo es que reunió del lado izquierdo del cuadro a los más opcionados: Real Madrid, Atlético, Liverpool, Arsenal, PSG, de manera que todos se matarán entre sí. A la final llegará uno solo. Y está el Aston Villa del Dibu Martínez que puede hacer algún daño también. El lado derecho reúne al Barcelona, el Inter y los tres alemanes: Bayern, Dortmund y Bayer Leverkusen. Pero ninguno de estos tres aparece este año con la potencia del torneo anterior. Al Inter también se lo ve un tanto desinflado, aunque al menos clasificó, zafó de la hecatombe italiana de dieciseisavos, donde naufragaron la Juventus, el Milan y el Atalanta.
El Barça de Hansi Flick ilusiona por calidad, juventud, frescura en ataque y gol. Ha marcado 114 veces en 37 cotejos a una media de 3,08 goles por juego, la más alta de Europa. El trío de arriba Lamine-Lewandowski-Raphinha muestra una tarjeta increíble: 67 goles y 30 asistencias. Y le quedan, cuanto menos, 18 cotejos por delante.
El punto débil del Barcelona lo podría condenar
Tiene un punto débil no menor: el arquero. Ni Szczesny ni Iñaki Peña dan garantías. Fuera de ello, el equipo sí genera confianza. Está mejor defensivamente, la zona boba del Barça en los últimos años, con un Íñigo Martínez consolidado y un Koundé que ahora sí se parece al del Sevilla, menos distraído.
Y está la sorprendente categoría de los chicos de La Masía: Cubarsí, una roca defensiva de 18 años; Ronald Araujo, otro central de envergadura; el carácter tremendo de Gavi; la deliciosa calidad de Pedri; las proyecciones elegantes de Balde. Y Lamine… A los 17 años ya cumplió los primeros 100 partidos oficiales en el Barcelona. Solo este dato ilustra su dimensión. Para igualar ese registro hay que remitirse a Maradona o Pelé, que debutaron a los 15 y fueron monstruos. Juega con asombrosa naturalidad y tiene una gambeta devastadora. Crea y convierte, se entiende de perlas con Raphinha y Lewa, aunque los cracs comulgan hasta con los troncos.
Flick, además, es la contrafigura de Guardiola como entrenador. También le gusta el buen trato de pelota y jugar por abajo, pero quiere velocidad y transiciones veloces. Es lo más parecido a Bielsa, nada de perder tiempo, pasar rápido por el medio y tratar de jugar a los espacios, lo que el trinomio de adelante ejecuta de diez. Sí, está bien el equipo azulgrana, hizo una gran fase inicial en el torneo, es colíder en su liga, ganó la Supercopa de España, está en semifinales de Copa del Rey, una maravilla de temporada (si hay final feliz…) Pero en caso de enfrentarse, ¿volverá a vencer al Madrid en Champions…? Es la pregunta del millón.
FC Barcelona Foto:AFP
Más que un equipo, es un club con una mentalidad de acero, el gen madridista es ganar como sea, con buen fútbol (si se da esa casualidad), a la brava, azarosamente, pero levantar los brazos en triunfo. La diferencia del Madrid con los otros es que cuando te tiene para rematarte, aprieta el gatillo. Es cruel. Los demás perdonan.
Y está el espíritu de Di Stéfano, de uno para todos y todos para uno. Con cinco defensas lesionados –Alaba, Rüdiger, Militão, Carvajal y Lucas Vázquez–, improvisó a Valverde primero de lateral, luego de zaguero, y a Tchouameni de último hombre. Y cumplieron. El que entra asume el compromiso y disimula ausencias.
También tiene, como los antedichos, un tridente infernal: Rodrygo, Mbappé, Vinicius. Pero los supera a todos en un tema decisivo: el arquero. Courtois está ingresando en la categoría “Mejores de la historia”. Salva partidos (que es distinto a tapar bien), moraliza a todo el cuadro, muestra un temple fantástico. Aún sin salir del área, su influencia en el once es determinante. Es otro de los grandes fichajes de una institución que, en general, siempre acertó. Y está Bellingham. Y Modric si hace falta luz. Y Ancelotti dando confianza.
Año tras año, el interrogante en Europa es el mismo: cómo vencer
al Madrid.
Jorge Barraza
Último tango
@JorgeBarrazaOK