Sin la presencia de ningún miembro del equipo de gobierno, algo que no es normal en este tipo de encuentros empresariales, los comerciantes del país llevarán a cabo esta semana en Barranquilla (del 25 al 27 de septiembre) su congreso anual bajo el eslogan 'Unidos por la Colombia del futuro', espacio en el que se dará una visión no solo de la compleja situación económica por la que atraviesa el país, sino también a la Colombia del futuro y lo que se espera para los 22 meses que restan del mandato del presidente Gustavo Petro y lo que seguirá a partir del 2026 desde distintos sectores.
Conforme a los criterios de
"Como estamos pensando en el futuro no contemplamos a ningún funcionario del Gobierno Nacional", le dijo a EL TIEMPO Jaime Alberto Cabal Sanclemente, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), quien mencionó que, no obstante, habrá paneles en los que se escucharán voces de empresarios, jóvenes, mujeres líderes, economistas, expresidentes, alcaldes, gobernadores y congresistas, entre otros, quienes darán su visión sobre cómo están pensando el futuro del país.
Los comerciantes no son muy optimistas frente al desempeño de la economía este año, pese a que julio y agosto pueden ser meses positivos, pues consideran que aún persisten amenazas muy grandes, como las reformas laboral, a la salud y tributaria, y la ausencia de un plan de reactivación. "Estamos en una inercia y los resultados que se dan son producto del esfuerzo de los propios empresarios y la mejora en las condiciones macroeconómicas, como la menor inflación y la baja en las tasas de interés que seguirán su ruta de acá a diciembre", precisó el vocero gremial.
Desde el comercio, ¿cúal es esa propuesta de futuro país?
Lo que verdaderamente queremos hacer es un llamado a los empresarios a seguir trabajando muy duro, haciendo la tarea que nos corresponde sin esperar mayor cosa del Gobierno. De otro lado, estar muy atentos y vigilantes frente a los temas que creemos que van a complicar al país, como la ley de financiamiento, las reformas laboral y de salud, que ojalá no prosperen.
Necesitamos que en el Congreso haya conciencia de que estas no pueden pasar y prepararnos para seguir ayudando a generar condiciones para que el país recupere el rumbo a partir del 2026 con un gobierno y un equipo serio que defienda los valores democráticos, la institucionalidad, que tenga conciencia de que el sector productivo es fundamental para salir adelante.
También es un llamado a los candidatos para que consoliden mecanismos de unión, de convergencia, de no arriesgar, con ese bajo margen de favorabilidad que tiene el presidente y el pacto histórico, a que el país no cambie de rumbo. Nosotros estamos invitando a los comerciantes a no tirar la toalla a pesar de las dificultades, a que hay que seguir pensando con línea de mediano y largo plazo.
Usted menciona que las reformas del Gobierno, incluida la tributaria son una amenaza, ¿qué tanto daño pueden causar?
Cuando me preguntan qué medidas serían buenas para la reactivación yo digo que necesitamos que no hagan daño las que están en curso, como la laboral, pues en una economía tan frágil como la que tenemos, meter una carga de sobrecostos a las nóminas, que los calculamos entre 18 y 25 por ciento, se convierten en un golpe muy fuerte para muchas pequeñas y medianas empresas formales, porque aparte de destruir el empleo se generará más informalidad.
Pero no lo digo solo por el tema de los costos laborales. Por ejemplo, con el proyecto de ley de financiamiento, acabar el régimen simple es en la práctica declararse abiertamente amigo de la informalidad y una muestra de que no hay interés en que el país se formalice ya que dicho régimen ha sido un canal muy importante para que las pequeñas empresas lo hagan.
Por otro lado, tenemos que la reforma tributaria parte de tratar de romper la regla fiscal para que el país pueda endeudarse más y seguramente gastar más en subsidios, algo muy equivocado que se convierte en una estocada para la economía Nacional que se quiere recuperar. Si estas reformas prosperan, y es el llamado que le hacemos a los congresistas, se está jugando con el futuro del país y de los colombianos.
Pero el Gobierno insiste, por ejemplo, en que la ley de financiamiento es clave para la reactivación...
El repunte de la economía o el entierro de esta depende de que pasen esas reformas porque todos los sectores que hemos observado tendrán sobrecostos importantes. Si usted mira, por ejemplo, con dicha ley se contradice la política de descarbonización y de cambio climático, le sube el IVA a los carros híbridos. Con el impuesto al carbón se eleva el costo de la energía y al transporte aéreo, lo cual sería un golpe muy duro para para el turismo del país.
Es decir, por donde uno lo analice esta reforma es inconveniente y muy peligrosa para el futuro repunte de la economía colombiana, además, porque de alguna manera apunta a acabar con la poca inversión que hay, tanto la nacional como la extranjera que a estas alturas cae un 46,5 por ciento. Con esta inseguridad jurídica y con la amenaza de esa nueva tributaria rompiendo la regla fiscal, la inversión extranjera se acaba de espantar, mientas nacional, seguramente se reservará para el futuro.
En su opinión, ¿ayudaría más que no se hicieran esas reformas?
Claro, el país económicamente puede repuntar sin esas reformas, eso es parte de lo que está pasando, la inestabilidad que ahuyenta la inversión y, por supuesto, esto no deja tranquilo ni a los ni a los empresarios ni a los ciudadanos, porque lo que sí sabemos es que querer tapar un hueco de 12 billones de pesos a punta del bolsillo de las empresas y las personas, pues lo que vamos a hacer es darle una estocada a la economía.
Otra amenaza latentes es la energética, ¿cómo la están viendo desde el comercio?
Con mucha preocupación porque hay tres grandes nubarrones, uno es el climático que impactan los embalses; la otra es el impuesto al carbón que golpea el valor del kilovatio hora, y la tercera, pues la idea del Presidente (Gustavo Petro) de querer saltarse la Comisión de Regulación de Energía y gas (Creg) para imponer tarifas. Es decir, el sector energético de alguna manera está amenazado y por consiguiente, pues la energía es clave para mover toda la economía y la vida de los colombianos. Ahora la escasez de gas y la falta de nuevos proyectos de exploración harán que Colombia tenga que importar en diciembre a mayores costos, de manera que el panorama es muy preocupante hacia adelante.
En julio la economía creció 3,68 % y en la práctica entramos en la recta final del 2024, esa puede ser una buena señal en el cierre del año...
Creo que con ese dato no podemos cantar victoria y le voy a explicar por qué. En el segundo trimestre la economía creció 2,1 por ciento, pero si uno mira en esos dos crecimientos qué los impulsó, pues nos alegramos por el repunte del agro, pero lo que más avanza es la administración pública 13 y 6,2 por ciento; pero la industria, la construcción y el comercio tienen crecimientos negativos y son los sectores jalonadores de empleo. De manera que cantar victoria por ese crecimiento de julio no es adecuado porque está sustentado por la generación de empleos improductivos, que es burocracia, gastos de funcionamiento y subsidios que están disparados. Así es muy difícil que se impulse el crecimiento del país que este año rondará entre el 1,5 o 1,7 por ciento.
Teme que el Gobierno se vea obligado a sacar adelante el Presupuesto vía decreto...
A nosotros nos parece que esa amenaza del Presidente es absolutamente improcedente y eso refleja el daño que haría a la política fiscal. Lo que debe hacer el Gobierno es tratar de lograr que el Congreso le apruebe un presupuesto más balanceado, no de 523 billones de pesos, sino de 511 billones y amarrarse el cinturón, eliminar gastos suntuosos, algunos subsidios improductivos y obviamente, pues apretarse en materia de burocracia y contratación.
Da la sensación de que el Gobierno hace oídos sordos a los llamados de algunos sectores para sacar al país de esta encrucijada, ¿cree que el Presidente ignora a los comerciantes?
Nosotros rogamos prácticamente porque fue un año seguido proponiendo un plan de reactivación integral concertado con todos los sectores económicos del Gobierno Nacional. Entendemos que, como el Gobierno ha convocado a otros gremios y no a Fenalco, no somos parte de la prioridad ni de la agenda de reactivación. Pero si no hay un plan integral de reactivación con medidas aisladas, será muy sacar el país adelante.