Esta semana se conoció que el Eln envió una carta a la delegación de Gobierno en la que solicita un encuentro en Caracas para el próximo 1.º de noviembre con el propósito de abordar la crisis en la mesa, suspendida desde que Vera Grabe suspendió las negociaciones como respuesta al atentado terrorista que esa guerrilla perpetró en una base militar en Arauca.
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En entrevista con EL TIEMPO, José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán y miembro de la delegación de Gobierno, habla sobre las líneas rojas que debe trazar la comitiva liderada por Grabe en esa reunión y sobre su futuro en la mesa de diálogo.
¿Qué ha sabido de este encuentro que se va a desarrollar en Caracas?
Como delegación muy poco. Tenemos la información que conoce el país: una nota muy breve que remitió el negociador del Eln, Pablo Beltrán, a la negociadora de Colombia, Vera Grabe, sugiriendo los días del 1.º al 7 como la fecha del encuentro, pero no más. Yo soy de la tesis de que esta es una reunión a la que debe ir un grupo pequeño, especialmente el comisionado Otty Patiño, Vera Grabe y el senador Iván Cepeda, con el buen propósito de identificar realmente cuáles son los escenarios sobre los cuales habría que continuar con el séptimo ciclo, porque fue evidente que la invitación vino acompañada de una serie de reclamos que hace de manera injustificada el Eln al Gobierno. Hablan de incumplimientos de lo pactado, que no es cierto.
¿Cuáles son justamente las líneas que debe trazar el Gobierno?
El Gobierno dijo en el último comunicado, después del acto terrorista cometido por el Eln en Arauca, que necesitaba hechos inequívocos de paz. Un hecho inequívoco es un hecho que no admite duda. En consecuencia, yo creo que la actitud con la que debe ir esa comisión de muy alto nivel debería ser esa y solo esa. De lo contrario, es seguir de espaldas a un país que está soportando la violencia por parte del Eln. Tú no puedes seguir secuestrando, extorsionando, confinando y desplazando población vulnerable, reclutando menores de edad y cometiendo actos de terror, eso va en sentido contrario a lo que espera el país.
En los últimos meses el Eln radicalizó su postura, ¿cree que existan posibilidades de que se reanude la negociación con estos antecedentes?
Supongo que la invitación es para eso, pero habrá que esperar porque, repito, no fueron pocos los cuestionamientos que hizo el Eln en esa carta. Sigue reclamando un decreto para que los saquen de la lista de grupos armados organizados, sigue pidiendo una serie de asuntos no acordados y, en consecuencia, me parece que por ahí no es. En cambio, me parece que nosotros deberíamos saber cuál es el mandato del sexto congreso del Eln, que realizaron 10 años después del quinto.
¿Se reunirán con el presidente Petro antes de ese encuentro?
Sí, y supongo que lo hará con Vera y el senador Cepeda. Esa reunión me parece clave para que la delegación de Gobierno atienda la orientación que el Presidente ha de darle; pero no sé qué indicaciones dará.
¿Cree que el Presidente tendrá en cuenta las recomendaciones que usted le hizo a principio de este mes de cara al encuentro en Caracas?
Él escucha y en esa oportunidad no hizo referencia alguna, pero permitió que yo le diera una serie de argumentos de por qué es el Gobierno el que debía congelar los diálogos; es al Gobierno a quien le había venido incumpliendo el Eln.
Es muy sencillo, cuando tú usas el diálogo como instrumento para resolver un conflicto, primero tienes que crear confianza, pero la confianza se crea con hechos y no con discursos. El proceso de participación ciudadana, como primer punto de la agenda, fue, si se quiere, exitoso porque se convocó a muchos sectores que participaron ordenadamente en diálogos que pretendían darse una metodología para abordar, en esta etapa que entraba, temas de fondo que eran los generadores de las dinámicas del conflicto; pero, entretanto, hubo hechos presuntamente violatorios del cese del fuego que no pudieron ser verificados porque el Eln, desde octubre de 2023, no acudió a la Mesa. Ahora bien, hay que decirlo: no estoy satisfecho con la manera como el proceso se ha venido adelantando. Yo soy parte del sector de la opinión pública que siempre ha creído que la convivencia en una sociedad democrática depende del cumplimiento de la ley.
Usted también señaló que en el Congreso Nacional de Ganaderos se definirá su continuidad en la mesa, ¿qué pasará en ese encuentro?
Debo ser respetuoso con el Congreso Ganadero. Tengo que ir en noviembre y, con absoluta honestidad, hacer una evaluación de lo que han sido estos dos años para que ellos tomen las decisiones. Puede ser que me mantenga o que me retire, o buscar fórmulas intermedias a través de un mandato que se les dé a algunos delegatarios del Congreso para que sean ellos los que, junto con la presidencia ejecutiva, evalúen con mayor rigor cuál debería de ser la actitud que tenga que asumir.
Usted dice que ellos tendrán que tomar la decisión de liberarlo o no, ¿siente que su ciclo está cumplido?
Por lo pronto no me siento satisfecho, es decir, la expectativa inicial con la que fuimos por primera vez a Caracas, incluso creyendo que muchos de los problemas que suceden en las regiones iban a tener una respuesta por parte del Estado y que eventualmente se podría desescalar el conflicto, no se ha cumplido. Es que, fíjese usted, aquí tenemos una cantidad de problemas que hacen que las dinámicas de violencia en el Catatumbo sean diferentes a las de Bolívar, entonces yo no puedo solucionar un problema en el Catatumbo apelando a los elementos que se podrían aplicar eventualmente en el sur de Bolívar.
¿Es decir que está en desacuerdo con el diagnóstico que hace el Gobierno sobre el conflicto?
Si la razón de nuestro conflicto es la tierra, que la compren y la entreguen con proyectos productivos. Pero aquí el asunto es otro: hay un tema de control territorial para la protección de rentas ilícitas, aquí hay un lío con la minería ilegal y el narcotráfico. Pero quizás el mayor problema y la causa de las violencias territoriales es que el Estado y la sociedad se olvidaron del campo y de 14 millones de colombianos que necesitan vivir de sus oportunidades. Mi tesis siempre ha sido la misma y es simple: la paz de Colombia pasa necesariamente por la recuperación del campo, para que no sea escenario de guerra sino opción de desarrollo.
¿Qué le parece la propuesta del presidente Petro de comprar hoja de coca?
A mí me gustaría más que les comprarán leche a pequeños productores del altiplano cundiboyacense, donde la industria dejó de comprar o está comprando menos y a menor precio; o en el mismo cañón del Micay, donde hay pequeños ganaderos. Me parece que hay una cantidad de productos lícitos que se están dejando de comprar.