“Algo que puede decir tanto Dios como el diablo es: Todas las almas son mías y ese es el título de mi libro”, comenta María del Pilar Cárdenas, escritora colombiana exiliada en Canadá que ha tenido varias vidas, entre ellas, como libretista, actriz, periodista y ahora, como escritora.
La experta en contar historias llega a la FilBo 2025 con esta autopublicación que estará disponible en la Librería Nacional. Ahora, cuenta a EL TIEMPO el proceso que vivió durante más de siete años, lo que la obligó a salir de Colombia y de dónde surgió la inspiración para escribir las 640 páginas de este lanzamiento.
Alguna vez un colega le ofreció a Cárdenas la posibilidad de crear un programa en el que se mostrara la desigualdad en Colombia. Sin pensarlo mucho, esta mujer bogotana aceptó y desde eso no para de denunciar lo que no funciona en el país. “Así me gané un premio nacional de periodismo. Incluso, en un momento en el que recibía muchas amenazas. Eso me llevó a retirarme del periodismo. Tenía hijos y vivir con temor era muy aburridor. Me puse a actuar, a hacer libretos para televisión, hasta que vino el acuerdo de paz de Colombia”, dice Cárdenas.
En alguna manifestación que se oponía al resultado del plebiscito por la paz, que se realizó el 2 de octubre de 2016 y en el que el voto ganador fue el del ‘no’, la escritora encontró fuerza para retratar la vida de las guerrilleras y el rol femenino en la guerra. “Le dije a un vicefiscal que, si se hacía el acuerdo, quería ser parte del proceso de paz. En especial, poniendo el foco en el tema de la mujer”, recuerda quien ahora vive en Norteamérica.
Libro Todas las almas son mías Foto:María del Pilar Cárdenas
Y añade: “Comencé a ir a Itagüí (Antioquia), vi que estaban pasando cosas terribles y empecé a documentarlas. Uno de los guerrilleros me dijo con tono agresivo: ¿Usted a qué vino acá? Y le respondí. Luego, hablé sobre la situación a un amigo, que en ese entonces era senador. Él lo comentó en voz alta y a raíz de eso, se formó una cosa grande. Comencé a recibir amenazas otra vez, hasta que un día llegan este tipo de advertencias a mi hija. Ahí, decidí pedir asilo en Canadá. Me cansé de tanta injusticia, de que me callaran, de que las cosas no cambiaran. Yo no me fui porque quise, me empujaron a irme”.
A pesar de que en poco tiempo Cárdenas obtendrá su residencia, nunca ha perdido la conexión con Colombia, sus historias y nunca las ganas de concientizar a otros sobre los efectos de la desigualdad, la violencia y la guerra. “Me propuse contar la historia de un personaje de carne y hueso, que le llegue a la gente y que las personas sientan y sufran. A la par que iba armando la historia, añadía lo que pasó en Colombia con los acuerdos, el narcotráfico, pero sin que se volviera un libro de guerra, contestatario”, comenta María del Pilar Cárdenas.
Por ello, al final, la escritora puso su creación en boca de un personaje con claroscuros: Monserrat Ontaneda, una mujer humilde, de la comuna 13 de Medellín, sin ninguna formación académica, pero capaz de hablar de todo y de hacer lo que pudiese para salir de la situación en la que nació.
A pesar de que Monserrat y María del Pilar son de mundos opuestos, la escritora aprovecho para poner en esta figura femenina su experiencia como migrante, en la que tuvo que trabajar en una fábrica de carros; lo que vio cuando era periodista; y cómo en décadas anteriores veía que eran tratadas personas parecidas a sus personajes.
Firma de libros de María del Pilar Cárdenas Foto:María del Pilar Cárdenas
“Años anteriores a que todo pasara, en uno de los afanes que tuve por contar lo que pasaba en el país, me entré al cartucho en Bogotá. Fui la primera periodista en entrar al sector. Esto fue hace 28 años, estaba muy joven, loca, creía que era intocable. Al entrar al cartucho me encontré a un hombre, me empezó a contar historias sin detalle. Su hermana me contó algunas otras situaciones y eso fue alimentando mi trabajo”, agrega la mujer que ha escrito más de 200 libretos para televisión, muchas obras de teatro, sin embargo, nada de este calibre.
Este libro hace pensar a las personas en las señoras del aseo que trabajan en sus casas, en los que viven en la calle, en la mamá que le toca sacar 5 o 6 hijos sola. Sin justificar los crímenes que comenten sus personajes, la obra da a entender por qué actúan como lo hacen. Cada página, para la autora, es un sacudón para quienes viven en una “burbuja e ignoran cómo viven las otras personas”.
Cárdenas no dejó a un lado su experiencia en creación de guiones, por eso, quien se adentre en la trama encontrará una estructura parecida a la de las series de televisión. Es decir, que a lo largo del libro se cuentan muchas situaciones que tienen resolución al final. Esto también se debe a que la autora tiene la intención de que la historia salga de las hojas y pase a las pantallas.
“La fuerza del libro son los personajes, todos tienen historias, son protagonistas, son el resultado de mezclar historias de Colombia, personas que conocí. Empecé a escribir y me preguntaban cuántas páginas iba a tener. Yo ni sabía. Soy del pensamiento de Cortázar. No escribo pensando en el lector, sino en lo que tengo que escribir. Lo que más me interesa es que la gente conozca nuestra historia contemporánea”, concluye María del Pilar.
María Jimena Delgado Díaz
Periodista Cultura
@mariajimena_delgadod