El triunfo de Nicolás Echavarría en el Zozo Championship es el más importante del golf colombiano en los últimos 16 años.
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Hay que retroceder hasta 2008 para encontrar otro gran hito, las dos victorias de Camilo Villegas en los playoffs de la FedExCup, el BMW Championship y The Tour Championship, que lo metieron entonces entre los diez mejores jugadores del mundo.
Nicolás Echavarría y Hernán Rey, una llave ganadora
Pero la victoria de Nico no es un logro individual. Es producto de un trabajo en equipo, encabezado por la unión de fuerzas de dos coaches: uno, el argentino Hernán Rey, y el otro, el colombiano Jorge Mesa, quien ha seguido su proceso desde los 13 años.
Rey es uno de los profesores más reconocidos del continente. El aficionado raso lo escucha en las transmisiones de los torneos de golf en el canal de ESPN. Se ha convertido en un referente del tema, gracias a todo lo que ha aprendido desde su retiro del golf profesional en 2012, capacitándose al lado de maestros como Jim McLean, Butch Harmon, Craig Harmon, Jeff Leishman, Mike Adams, Mike Bender, Sean Foley, Claude Harmon III, Mike Bennett y Gary Gilchrist.
Antes de eso, Rey, de 49 años, fue jugador profesional durante 13 temporadas, cinco de ellas en el Tour Europeo. Recorrió más de 50 países. “Hice bogeys en todos lados del mundo”, bromeó Rey antes de comenzar a contarle a EL TIEMPO la historia de cómo unieron fuerzas con Mesa para llegar a este momento feliz de Nico.
A Jorge lo conocí hace algunos años. Siempre estaba con el equipo nacional de Colombia y siempre tuvimos buena onda. Jorge me contactó en la pandemia: Nico ya estaba en el Korn Ferry Tour, pero empezó a jugar un poco mal. Nico no podía ir a Colombia y Jorge no podía venir a Estados Unidos, así que le recomendó ir a verme. Empezamos a trabajar un poco juntos, yo le daba mi opinión y empezamos a trabajar de una manera muy linda, sin egos. Empecé a viajar con él y en seguida se empezaron a ver los resultados. Ese mismo año consiguió la tarjeta del PGA Tour en el último torneo”, recordó Rey.
"Nico tuvo diez top 25 y mejoró en todas las estadísticas importantes".
La victoria de Echavarría en el Puerto Rico Open, torneo alterno del PGA Tour, el año pasado, impulsó a Rey a pedirle a Mesa que se fuera del todo a Estados Unidos y ahí empezaron a trabajar varios proyectos, entre ellos, una jugadora colombiana con un enorme panorama, María José Bohórquez.
Rey y Mesa comenzaron a potenciar las virtudes del juego de Echavarría y a comenzar a corregir otros aspectos en los que no era tan fuerte.
“Nico tuvo diez top 25 y mejoró en todas las estadísticas importantes. En una semana fue líder en total driving, en otra fue líder en approach, en otra lideró alrededor del green y otra en putter. Simplemente, no había puesto todas las semanas en una. Faltaba eso para completar un gran año”, señaló Rey.
Mesa, también en charla con EL TIEMPO, destacó lo mejor del juego de Nico. “En la parte técnica, su mayor virtud es la forma como controla la cara del palo. Controla mucho la línea y la trayectoria y eso lo hace un gran jugador de hierros. Luego fuimos trabajando juntos Hernán y yo para pulir el putt, el approach, el drive, que eran las otras tres cosas que no tenía como a la par”, señaló.
Los dos coaches destacan, además, que Echavarría es un gran cerrador: es decir, cuando está arriba en la tabla, no se cae y no se deja amilanar.
“Si Nico no hubiera ganado este torneo, en tres semanas estaría empezando a defender tarjeta de nuevo. En un tour donde quedar tercero, aparte del cheque grande, no te cambia nada, ganar te da la categoría, te garantiza la tranquilidad. No va a suceder siempre, pero si sos cerrador, los porcentajes van a ser más altos”, explicó Rey.
El resto del grupo
Hay otros dos integrantes del grupo de trabajo que son claves para el momento de Nico. Uno, el psicólogo, el argentino Iván Tcherkaski, quien trabajó, aparte del golf, con la tenista italiana Flavia Pennetta, campeona del US Open en 2015, y además está muy vinculado con el DT de fútbol Gustavo Alfaro, que lo llevó a Boca y a las selecciones de Ecuador, Costa Rica y ahora Paraguay.
“A Iván lo recomendé yo hace poco menos de un año. Tiene la personalidad de decir las cosas de frente, como son. Y eso le gusta a Nico, es un jugador que se deja coachear. Iván ayudó a darles un orden a las cosas. Nico no es un vago pero tampoco es obsesivo. Entonces le gusta que le demos orden y en seguida tuvieron una gran relación”, señaló Rey.
El otro es el cadi, el colombiano Fabián Azcárate, a quien Nico califica como “un hermano” y con quien trabaja hace varios años. Sin embargo, no pudo viajar a Japón porque no le salió la visa a tiempo. Aunque se llevó un estadounidense, Reynolds Robinson, para reemplazarlo, al final Nico confió en su instinto para ganar.
Además, la tecnología ha sido clave en el proceso. “Jorge es un especialista en números, análisis de swing; de hecho, hemos creado un algoritmo de trackman. Todos los jugadores nos mandan reportes. Hoy podemos dar clases de golf sin mirar un swing. Hoy el swing no se cambia por estética sino por eficiencia y consistencia. Con el driver, que era una falencia de Nico, empezamos a hacer cambios técnicos. Nico no es un gran pegador, sumó distancia, pero lo que más sumó es consistencia”, explicó Rey.
José Orlando Ascencio
Subeditor de deportes de EL TIEMPO
@josasc