Aunque muchos lo ignoran, una alimentación basada en carnes grasas, productos ultraprocesados, alimentos con alto contenido de azúcar y deficiente en frutas, verduras y cereales integrales puede provocar un deterioro progresivo en el funcionamiento de los riñones.
Este patrón alimentario, instalado desde edades tempranas, suele mantenerse hasta la adultez y desencadena factores de riesgo como obesidad, hipertensión y diabetes, tres condiciones que aceleran el desarrollo de la enfermedad renal crónica.
¿Por qué una dieta inadecuada afecta directamente a sus riñones?
De acuerdo con la profesional, cuando usted consume alimentos bajos en nutrientes y ricos en sodio, grasas saturadas y azúcares añadidos, sus riñones deben trabajar el doble para eliminar los residuos metabólicos derivados de esas comidas.
Con el tiempo, este esfuerzo excesivo puede provocar un desgaste irreversible. Estudios recientes demuestran que las dietas basadas en proteínas animales, con escasa presencia de frutas y verduras, aumentan el riesgo de sufrir enfermedad renal crónica.
Esta enfermedad, que afecta a uno de cada siete adultos en Estados Unidos según los CDC, se desarrolla de manera silenciosa y progresiva.
En sus primeras etapas, no genera síntomas notorios, por lo que muchas personas no son conscientes del daño hasta que es demasiado tarde. Según la Dra. Perumal, la mayoría de los pacientes recién descubren su condición a través de análisis de sangre y orina cuando el deterioro ya es avanzado.
¿Cómo cuidar los riñones? Foto:Istock
Aunque la enfermedad renal es silenciosa, en fases más avanzadas puede manifestarse con síntomas como fatiga persistente, hinchazón en piernas o cara, alteraciones en el gusto, calambres musculares, pérdida de apetito, picazón en la piel y dificultad para dormir.
La buena noticia es que usted puede mejorar la salud de sus riñones adoptando cambios simples pero efectivos. Priorice una alimentación rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y grasas saludables.
Evite los alimentos ultraprocesados, el exceso de sal y el consumo frecuente de carnes rojas. Además, mantenerse activo, evitar el tabaquismo y reducir el consumo de alcohol son pasos ideales para conservar el buen funcionamiento renal.