Fabiola Emilia Posada Pinedo, mejor conocida como 'La Gorda Fabiola', falleció este jueves en Bogotá a los 61 años. La reconocida humorista se encontraba hospitalizada en una clínica de la capital colombiana desde hacía varios días, tras sufrir complicaciones de salud.
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Su partida ha causado conmoción entre sus seguidores y el mundo del entretenimiento, ya que Posada fue una figura muy querida en la televisión colombiana.
La noticia de su muerte fue confirmada por Gabriel de las Casas, locutor y amigo cercano, quien a través de su cuenta de X (anteriormente Twitter) escribió: "Acabo de hablar con el gran Polilla y me confirma la partida de este mundo de la linda y querida gordita Fabiola Posada".
Entre los mensajes más destacados está el de los presentadores del programa 'Día a Día', quienes expresaron su sentido pésame a Nelson Polanía, más conocido como Polilla, esposo de Fabiola, y a su hijo David Polanía.
La historia de amor de 'La Gorda Fabiola' y 'Polilla'
Fabiola se fue consolidando como un personaje clave dentro de ‘Sábados Felices', y fue ahí donde conoció a quien sería el amor de su vida: Polilla.
“Polilla llegó contando chistes y fue ganando popularidad. Era un muchacho muy tímido, pero muy talentoso”, recuerda Fabiola. En una de las competencias del programa, el humorista se acercó a la comediante para pedirle permiso para usar su imagen en algunos de sus chistes.
“Me pidió el aval y la autorización para que yo le deje contar chistes sobre la ‘Gorda Fabiola’: que el tamal de la ‘Gorda Fabiola’, que los calzones de la ‘Gorda Fabiola’ y yo le dije ‘hágale, mijito”. Este momento resultó crucial, ya que no solo llevó a Polilla a ganar el concurso, sino que también lo integró al elenco fijo del programa.
Fabiola recordó con cariño cómo fue desarrollándose su relación con Polilla. “Él era muy tímido y sudaba mucho antes de salir al escenario. Y como toda una madre, le decía: ‘Tranquilo, el miedo nunca se pierde”.
Así fue como comenzaron a hacerse amigos cercanos, hasta que un día, sin previo aviso, la amistad se transformó en algo más.
“Un día, saliendo de una grabación, yo le dije que lo acercaba un poquito, que yo iba hacia al norte, a mi casa. Cuando se bajó en una esquina, se despidió de mí y me dio un beso en la boca. Me sentí la mujer más impura del mundo, era un muchachito”, contó Fabiola, recordando la mezcla de sorpresa y emoción que sintió en ese momento.
A pesar de que en ese tiempo Fabiola aún estaba en proceso de separarse de su primer matrimonio, ese beso marcó el inicio de una relación profunda con Polilla.
“La siguiente semana que tocó ir a trabajar, yo no quería mirarlo a la cara, pero comenzaron esas maripositas en el estómago que hacía años no sentía”, confesó con una sonrisa. Poco a poco, lo que comenzó como una amistad sincera se transformó en un amor que hoy perdura.
Llevaban juntos casi dos décadas, durante las cuales vivieron toda clase de aventuras. A pesar del tiempo, su amor seguía intacto.
“Yo siempre busco reinventarme para él, siempre quiero que la casa se vea bonita, que sienta que es su refugio, su paraíso al que llega después de un día largo”, confesó en su momento.
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*Este contenido fue hecho con la asistencia de la inteligencia artificial, basado en información de EL TIEMPO. Contó con la revisión del periodista y un editor.