Este 19 de septiembre de 2024, el mundo del entretenimiento en Colombia se tiñó de luto tras conocerse la muerte de Fabiola Emilia Posada Pinedo, más conocida por todos como 'La Gorda Fabiola'.
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La querida comediante falleció después de haber permanecido varios días hospitalizada, dejando un gran vacío en el corazón de sus seguidores y colegas.
La noticia fue confirmada por el locutor Gabriel de las Casas a través de su cuenta en X, donde publicó: "Acabo de hablar con el gran Polilla y me confirma la partida de este mundo de la linda y querida gordita Fabiola Posada".
Este anuncio tomó a muchos por sorpresa, ya que su estado de salud no era de conocimiento público. Apenas cuatro días antes, había compartido un video en su cuenta de Instagram, donde hablaba sobre los problemas de salud que había enfrentado, pero en ese momento se le veía en buen estado.
Las complicaciones de salud que enfrentó 'La Gorda Fabiola'
Fabiola Posada nunca ocultó las dificultades médicas que la acompañaron por años. En su último video, reveló que "le diagnosticaron diabetes, tenía problemas en las rodillas, complicaciones con su tensión arterial alta y fallas en su corazón". La humorista también recordó cómo en 2018 pasó casi un mes en coma tras colapsar durante una grabación del programa 'Sábados Felices'.
Desde 1997, la comediante lidiaba con la diabetes, enfermedad que marcó su vida. En múltiples ocasiones confesó cómo esta condición la afectaba. "Tenía la visión borrosa, siempre estaba con sueño, no rendía en mi trabajo y tenía un apetito y sed insaciables, la diabetes estaba haciendo lo suyo", comentó en una de sus últimas publicaciones en redes sociales. En 2014, decidió someterse a una cirugía bariátrica, lo que le permitió reducir su peso de 140 kilos a 90. "Logré bajar de 140 kilos a 90", dijo en una entrevista con el programa 'La Red' hace dos años.
A pesar de los avances, ese mismo año sufrió cuatro infartos que casi le costaron la vida. Debido a la gravedad de su estado, tuvo que ser intervenida mediante una cirugía de corazón abierto. "Donde yo no hubiera bajado esos kilos, los infartos me matan", comentó en esa misma entrevista. Tras los eventos, perdió el 60 % de la capacidad de su corazón.
La comediante continuó enfrentando problemas de salud. Durante un viaje a La Guajira, relató que consumió algo que le afectó los riñones, llevándola nuevamente a ser hospitalizada. "No sé si fue un jugo o un agua contaminada, pero terminé en una clínica con el riñón molestando, por la deshidratación", recordó. En 2018, una desnutrición severa la llevó a un coma casi fatal, "todos los órganos fallaron", relató a 'La Red'. Milagrosamente, cuando ya había sido desconectada de los equipos médicos, comenzó a respirar por sí misma, su corazón latió nuevamente y sus riñones volvieron a funcionar.
El mayor pecado según 'La Gorda Fabiola'
Durante una entrevista en el programa 'La Luciérnaga' de 'Caracol Radio', Fabiola fue cuestionada sobre cuál consideraba que había sido su pecado más grande en la vida. Este tema surgió después de que hablara sobre una experiencia cercana a la muerte, donde mencionó haber ido a otra dimensión o el más allá. A partir de este episodio, le preguntaron si en ese lugar se rendían cuentas sobre las acciones que había realizado en vida, a lo que ella respondió.
"Hay una cosa que a mí me impresionó de la cuenta de cobro que me pasaron allá. Ni siquiera fue algo de lo que yo hubiera hecho aquí, como que hubiera peleado, o que me hubiera separado, o que le hubiera pegado a mi hijo. Nada de eso", expresó.
Lo que realmente le causó impacto fue un momento específico que revivió durante esa experiencia. "Me dijeron: '¿Te acuerdas de este momento?' Y me mostraron cuando una señora me tocó el vidrio en un semáforo y me estiró la mano, pidiéndome dinero. Yo le dije que no tenía, la ignoré y le volteé la cara", explicó la humorista.
Dicho acto, que en su momento parecía insignificante, se convirtió en una especie de cuenta pendiente para ella. "Cuando cambió el semáforo, arranqué. Esa señora jamás había salido a pedir limosna; pero la necesidad de sus dos hijas la obligó. Y yo, en mi desconfianza, ni siquiera le bajé el vidrio, la ignoré, ni la miré. Eso a mí me impresionó, esa cuenta de cobro que me pasaron", culminó.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, y contó con la revisión de un periodista y un editor.