El trágico desenlace de una familia en el municipio de Tibú, Norte de Santander, ha generado consternación y decenas de preguntas que siguen sin resolverse. Un bebé de pocos meses de vida viajaba en las piernas de su madre y junto a su papá cuando fueron atacados con arma de fuego, terminando con las tres vidas de manera inmediata.
Miguel López, el padre de familia, hizo parte de un documental narrando cómo era su labor como tanatólogo. Él era propietario de una funeraria. En el clip aclaró cómo quería que sus familiares lo despidieran.
"Yo recibo la muerte con las manos abiertas", fueron las primeras palabras de Miguel López en el documental. Durante los momentos posteriore0,s habló de la dificultad de su labor, de la guerra que se vive en Catatumbo y de su sueño de ser médico.
Miguel habló de la posibilidad de que su muerte fuera violenta
Rodeado de ataúdes y con voz fuerte mencionó que él a diferencia del servicio que presta en su funeraria, no quería ser enterrado.
"La verdad yo no quisiera una preservación ni quisiera un entierro tampoco . Siempre se lo he dicho a mi familia", enfatizó con seguridad ante la cámara.
Miguel incluso habló de la posibilidad de que su muerte fuese violenta y aclaró: "No importa la causa de mi muerte, sea una muerte natural o violenta, quiero una cremación, me da fobia las bóvedas y en el entierro esa tierra encima no me gustaría".
En el documental también se refirió al vehículo fúnebre, utilizado para su trabajo, el mismo en el que fue asesinado junto con su familia.
"Cuando la comunidad ve el carro fúnebre saben que algo malo sucedió pero en medio de la angustia tienen tiempo para bromear. Al carro le dicen 'El último paseo', 'La última lágrima', 'El que lleva pero no trae'", aseguró.
Problemas del conflicto en el Catatumbo
"A veces he llegado a unas locaciones que a mí me ha tocado hasta solo recoger los cuerpos. Ni ningún vecino, ni ningún mirón, llega a preguntar. (...) Una vez recogí cuatro cuerpos y todos los llevé a Medicina Legal en el mismo carro", aseguró Miguel quien también dijo que, de acuerdo con las cuentas que llevaba en su larga experiencia en la labor, un 60 por ciento de cadáveres tenían que ver con homicidios o muertes violentas.
EL TIEMPO conoció que las autoridades están analizando, segundo a segundo, el metraje para esclarecer si alguna de sus palabras habría sido el móvil del crimen de su familia.
Familiares y amigos de la familia piden a las autoridades que se avance con la investigación.
VANESSA PÉREZ
REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS.