En octubre de 1953, luego de una reforma de la Constitución Política, a las mexicanas se les permitió, por primera vez, el derecho al voto, así como a ser elegidas para cargos populares. Sin embargo, tuvieron que pasar 71 años y cinco elecciones presidenciales en las que se postularon mujeres para que una llegara a asumir las riendas del poder político en México.
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Ahora, a partir de este 1.º de octubre, cuando Claudia Sheinbaum se posesione como la presidenta de México, la segunda economía de América Latina estará comandada por una mujer, lo que supone un parteaguas para un país tradicionalmente machista y con altos índices de feminicidios.
“Es una buena noticia que, en México, un país de gran importancia política, la presidencia la ocupe una mujer. La elección de Sheinbaum es importante para toda la región. Dicho eso, es clave que su liderazgo también se traduzca en mayores derechos para las mujeres. Esperemos que cumpla con tener una agenda basada en una visión feminista de la política”, le explicó a este diario Carolina Jiménez, la presidenta de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola, por su sigla en inglés).
Es una buena noticia que, en México, un país de gran importancia política, la presidencia la ocupe una mujer. La elección de Sheinbaum es importante para toda la región. Dicho eso, es clave que su liderazgo también se traduzca en mayores derechos para las mujeres. Esperemos que cumpla con tener una agenda basada en una visión feminista de la política
Sheinbaum, una científica que fue alcaldesa de Ciudad de México entre 2018 y 2023, resultó elegida este 2 de junio impulsada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el mismo que llevó al poder al saliente mandatario, Andrés Manuel López Obrador (Amlo), quien gobernó el país en el último sexenio.
Así las cosas, la nueva presidenta recibe de Amlo un país inmerso en la incertidumbre por su nueva reforma judicial que amenaza con trastocar la economía mexicana, con retos aún pendientes en materia de violencia y criminalidad, con la frontera con Estados Unidos que sigue siendo foco de tensión por la crisis migratoria y con el rifirrafe diplomático entre Madrid y Ciudad de México.
Su primer gran desafío viene por cuenta de la aprobación de la reforma judicial en el Congreso mexicano durante la segunda semana de septiembre. Entre los nuevos cambios se estipula la elección por voto popular de jueces, la reducción de los magistrados de la Suprema Corte y habrá “jueces sin rostro” para los casos de narcotráfico y crimen organizado.
Con esta reforma, a partir de junio 2025, la ciudadanía tendrá que ir a las urnas para elegir un total de 1.688 cargos de la Rama Judicial, algo que analistas consideran podría socavar la división de poderes en México.
“La reciente reforma judicial aprobada con procedimientos muy cuestionables dejó en claro que le va a tocar a Sheinbaum implementarla, y es una reforma sobre la que hemos alertado en reiteradas ocasiones. La elección popular de miles de jueces probablemente lleve a la pérdida de la independencia judicial, a que sea el partido de gobierno quien termine postulando a la mayoría de los jueces”, explica Jiménez al mencionar que la Justicia mexicana podría caer en una espiral de politización con la nueva reforma.
Además de traer consecuencias políticas, la reforma también sacudiría la economía si no se garantiza la imparcialidad de la Justicia. La reforma incomodó a Estados Unidos, principal socio de México a través del T-MEC, el acuerdo de libre comercio de América del Norte, que también integra Canadá.
“Amenaza la relación (...) que hemos construido, la cual depende de la confianza de los inversionistas en el marco legal mexicano”, puntualizó el embajador estadounidense Ken Salazar.
De hecho, capítulos del T-MEC demandan “trato justo y equitativo” para resolver controversias judiciales, condición que puede incumplirse si los jueces electos dependen de partidos políticos o grupos de interés. Además, la reforma que elimina a los reguladores de energía, telecomunicaciones y competencia, contraviene obligaciones del T-MEC y podría frenar inversiones en infraestructura.
Eliminar “organismos reguladores independientes (...) aumentaría la incertidumbre en torno a las normas y procedimientos, y haría que el sector de infraestructura de México sea menos atractivo” para invertir, señaló por su parte la calificadora Moody’s. Cabe mencionar que este sector generó numerosos empleos durante el gobierno de López Obrador y junto con vastos programas sociales e históricas alzas salariales permitió sacar de la pobreza a 8,9 millones de mexicanos.
“Una vez aprobadas las reformas constitucionales, será responsabilidad del nuevo gobierno elaborar y promulgar las leyes secundarias necesarias para implementar dichas reformas. Estas leyes deberán ser formuladas con el cuidado de que ninguna disposición contradiga los instrumentos jurídicos firmados por el Estado mexicano, en particular, aquellos relacionados con los derechos humanos y los tratados de libre comercio”, le dijo a este diario Joel Peña, académico de la Facultad de Ciencias Políticas de la Unam.
Criminalidad y migración
En su balance de seguridad, la saliente administración de Amlo aseguró que el sexenio concluirá con un total de 12.319 miembros del crimen organizado detenidos, casi 2.600 laboratorios del narcotráfico destruidos y la caída del 19 por ciento en la cifra mensual de homicidios, cifras positivas para un país azotado por el crimen organizado. Otro de los logros fue reducir en 15 puntos la percepción de inseguridad hasta el 59,4 por ciento de la población.
Sin embargo, pese a las mejoras de los últimos meses, el gobierno de López concluirá con un acumulado récord de 193.612 homicidios de 2019 a 2024, una subida de 23,16 por ciento frente a los 157.198 cometidos de 2013 a 2018 bajo Enrique Peña Nieto. Esto se suma a que el crimen organizado sigue siendo quizás uno de los temas pendientes. En las últimas semanas, Culiacán, capital del Estado de Sinaloa, ha sido epicentro de cruentas batallas entre carteles que se desataron tras la captura de Ismael ‘Mayo’ Zambada en Estados Unidos. De hecho, en los últimos 15 días varias personas han muerto en los tiroteos.
En cuanto a la violencia contra las mujeres, Wola advierte que el sexenio está cerrando con 20.861 mujeres asesinadas en el país. De esos casos, unos 5.000 fueron tipificados como feminicidios. “Estamos ante un país donde las mujeres son asesinadas por el simple hecho de ser mujeres. Si bien, el gobierno de Amlo mostró una reducción, los números siguen siendo inaceptablemente altos”, acotó Jiménez. La otra ‘papa caliente’ será la migración, un tema que siempre ha sido parte de la agenda bilateral entre México y EE. UU. y que podría provocar nuevos roces, en especial cuando en noviembre se defina quién ocupará la Casa Blanca entre Donald Trump y Kamala Harris.
De acuerdo con Peña, aunque las cifras de detenciones se han reducido en los últimos meses –un 40 % según datos oficiales–, este puede ser un reto para la presidenta electa. “Lo ideal sería que la relación entre México y Estados Unidos adopte una visión de cooperación estratégica y efectiva para impulsar políticas y programas de beneficio mutuo, aunque sabemos que esto dependerá, en cierto modo, de la persona que resulte electa para asumir la titularidad del Poder Ejecutivo en Estados Unidos a partir del 20 de enero de 2025”, dijo Peña.
Y agregó: “Del mismo modo, habrá que prestar mucha atención a la cuestión de las demandas presentadas por México contra fabricantes y distribuidores de armas en Estados Unidos, así como al tema del fentanilo, toda vez que, tanto Harris como Trump buscarán, con sus respectivos matices y niveles de cooperación, asegurar la frontera, que es donde se registra más del 80 % de las incautaciones de esta droga.
Más allá de eso, las dudas que se han instalado sobre Sheinbaum tienen que ver con qué tan independiente podrá ser de la figura omnipresente de López Obrador. Para varios analistas, gran parte del éxito de su sexenio dependerá de que logre desligarse de su influencia. Quizás ese será su mayor desafío.
Arreglar tensión con España será una de las primeras tareas
A propósito de la posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta electa de México este 1° de octubre, la Cancillería se abstuvo de invitar al rey Felipe VI, quien ha representado a la monarquía española en unas 80 investiduras como parte de sus deberes diplomáticos.
Tras la exclusión, el gobierno del presidente Pedro Sánchez, declinó participar en la ceremonia de posesión y envió una nota de queja a Ciudad de México, lo que elevó aún más las tensiones y abrió un capítulo inédito entre estos dos países que comparten amplios lazos culturales, políticos y comerciales.
Sheinbaum justificó la exclusión de Felipe VI de su investidura por la falta de respuesta a una carta, enviada en 2019, en la que su antecesor en la presidencia mexicana, Andrés Manuel López Obrador, pedía que el monarca se disculpara por los “atropellos” de la conquista.
Por su parte, López Obrador respaldó la decisión de la nueva mandataria, y recordó que él mismo puso en “pausa” las relaciones entre ambos países en febrero de 2022 por sus diferencias con las “élites políticas” y los abusos que él denuncia que cometieron las empresas españolas en México, en particular del sector energético.
Aunque de momento no parece que haya una solución a la vista a esta tensión, Joel Peña, académico de la Facultad de Ciencias Políticas de la Unam, reconoce que esta será una de las primeras tareas que deberán encabezar los nuevos ministros de Exteriores y Economía de Sheinbaum.
“Es bien sabido que, por diversas situaciones, tanto del pasado distante como del reciente, este país europeo ha sido un aliado muy importante para México, además de un interlocutor para establecer y fortalecer las relaciones cuasi interregionales con la Unión Europea”, le explicó Peña a este diario.
Sin embargo, la saliente canciller mexicana, Alicia Bárcena, supeditó el viernes a la normalización de las relaciones con Madrid a una “ceremonia de desagravios”.
“En México cuando se descubría una ruina arqueológica, por ejemplo, Petén o Palenque, las comunidades lo que pedían era una ceremonia de desagravios porque estábamos entrando en su territorio, tierra y cultura. Eso es lo que solicitaba México, una especie de reunión de desagravio de hace 500 años”, dijo Bárcena en una rueda de prensa en Naciones Unidas.
Por los lados de España, el tema ha causado fricciones. La oposición de derecha (PP), aunque ha calificado como “lógica” la decisión del gobierno socialista de no asistir, sí criticó que la diplomacia no hubiera obrado para evitar la crisis. En cambio, la izquierda sí asistirá a la ceremonia con legisladores que militan en Sumar, socio del gobierno socialista, EH Bildu, nacionalistas vascos, y Podemos, antiguo socio del Ejecutivo.