'Mi ex le pagó a sicarios para matarme en EE. UU. y dispararon a la mujer equivocada'

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La historia de Amanda y Alisha Canales es trágica. Lo que inició como un relato de amor, terminó en tragedia cuando el ex de una de ellas, en venganza por haber solicitado el divorcio, contrató a un sicario para matarla. Pero cometió un error y terminó con la vida de su hermana.

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El caso de la muerte de Alisha Canales se hizo bastante conocido en 2019 debido a que, sin quererlo, fue asesinada por el primo de su cuñado pero, en realidad, no intentaban hacerle daño a ella.

La desafortunada historia ha vuelto a tomar relevancia debido a que Netflix la compartirá con el mundo a través de su nueva serie documental sobre crímenes reales, "Worst ex ever". Esta es la historia que pronto podrá ver en pantalla.

Todo comenzó cuando, en 2007, Amanda conoció en un restaurante a Kevin Lewis, quien había servido en el ejército. Según relató la mujer, él estaba con un amigo cuando empezaron a coquetear. El flechazo fue inmediato y comenzaron a salir.

A pesar de que su hermana Alisha no estaba muy contenta con su relación, pues consideraba que Kevin era arrogante, Amanda no la escuchaba y, después de siete meses de noviazgo, la pareja se mudó a Everett, Washington. Después, Kevin le pidió permiso al padre de Amanda para casarse con ella. Contrajeron matrimonio en julio de 2009.

Dos años después, estaban esperando a su primer hijo, una niña a la que llamaron Eliana. Cuando la bebé tenía solo tres meses, Amanda descubrió que estaba embarazada nuevamente de otra niña a quien llamaron a Amaya. Poco después, tuvieron a su último hijo, Isaías.

Kevin, según dijo, era un padre amoroso emocionado por tener a sus hijos. Sin embargo, escondía un lado oscuro.

De acuerdo con las declaraciones de Amanda, cuando discutían, Kevin la menospreciaba e insultaba. "Cuando estaba embarazada de mi hijo, me llamó llorona y gorda perra. Yo pensaba, ¿con quién me casé? Recuerdo que me pregunté si había cometido un error al casarme con Kevin que fue emocionalmente abusivo durante todo el matrimonio".

A pesar de la circunstancia en la que se encontraba, debido a que en su familia el divorcio no era bien visto, y tras haber concebido tres hijos, Amanda se aferró a que su relación funcionara y simplemente comenzó a dejar de hablar de ciertas situaciones que sabía molestaban a Kevin.

Pero la situación no mejoró. Después de un par de años, él se volvió más controlador y revisaba su teléfono con regularidad. Además, le exigía que borrara todos sus contactos masculinos y la criticaba por la manera en la que se vestía.

Cansada de los abusos, finalmente, en febrero de 2016, Amanda pidió el divorcio. Sin embargo, debido a que tenían problemas económicos, siguieron viviendo juntos hasta noviembre de ese año cuando él entró a su habitación muy molesto exigiéndole ver su teléfono y presionando su dedo contra la pantalla para desbloquearlo, como no lo logró, le dio un puñetazo en la cara. Ella terminó escondiéndose en el armario del que después ya no la dejaba salir.

La mujer se mudó de inmediato. Sin embargo, no denunció el incidente a la policía.

Días después Kevin intentó convencerla de que volviera y se disculpaba asegurándole que no iba a volver a suceder. Pero, "en un momento me dijo: ven a casa o voy a pedir la manutención de mis hijos, la pensión alimenticia y la custodia completa, y si no la consigo te voy, a matar".

Una amenaza por el divorcio terminó con la muerte de su hermana

A pesar de la amenaza que Kevin Lewis le había hecho, Amanda Canales no pensó que fuera en serio, hasta que una tarde de junio de 2017, cuando regresaba a su casa, fue atacada.

Según describió, la golpearon en varias ocasiones, de tal manera que terminó en el hospital con dientes rotos, moretones en las piernas y los brazos.

La mujer estaba segura de que su ex pareja estaba detrás del ataque. No obstante, la policía no arrestó a Kevin porque Amanda no pudo identificarlo con certeza.

Lo que siguió fue una orden de protección que incluía también a sus hijos, obligando a Kevin a alejarse de su familia.

Pero, en 2017 la tragedia seguiría. Mientras Amanda se encontraba en Nueva York, y su hermana Alisha y la niñera de la familia cuidaban a sus hijos, dispararon hacia su casa por la ventana.

La niñera, Abigail, se encontraba en su habitación cuando escuchó los disparos y llamó de inmediato a la policía al ver que Alisha estaba en el suelo cubierta de sangre.

Amanda estaba convencida de que Kevin estaba detrás del crimen, tanto que incluso mantuvieron en secreto el funeral de Alisha porque temía que fueran por ella para terminar el trabajo.

Lewis fue enviado a prisión mientras se investigaba más a fondo el caso hasta que finalmente fue condenado por agresión contra Amanda y recibió una condena de tres años. Posteriormente, las autoridades recibieron la pista que necesitaban para vincularlo con el asesinato.

A través de una llamada, alguien reveló que una mujer llamada Alexis Hale estaba haciendo comentarios sobre cómo ella y su novio habían matado a alguien. Resultó que su novio era Jerradon Phelps, primo de Kevin Lewis, quien recibió US$2.400 para llevar a cabo el asesinato.

En octubre de 2021, Hale y Phelps se declararon culpables y recibieron 15 y 32 años de prisión respectivamente.

Mientras tanto, Lewis se declaró inocente, por lo que Amanda y su familia tuvieron que pasar por un juicio de cuatro semanas antes de que lo declararan culpable a cadena perpetua sin libertad condicional.

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