Thelma Ainsworth, de 50 años, vivió una tragedia que le hizo replantear la importancia de escuchar las señales del cuerpo. Su esposo, Jonathan Ainsworth, un médico respetado y padre de dos hijos, murió en un plazo de tres semanas después de recibir un diagnóstico fatal de cáncer de los conductos biliares.
A pesar de estar sano y activo, Jonathan ignoró un persistente dolor abdominal, sin saber que una enfermedad silenciosa se expandía rápidamente en su cuerpo.
"Aunque Jonathan era médico, no buscó ayuda de inmediato. Esperó hasta que fue demasiado tarde", lamenta Thelma. “Si sientes que algo anda mal, no lo dudes. Consulta con un médico lo antes posible”.
Diagnóstico tardío y la carrera contra el tiempo
El primer signo de alerta se presentó en 2019, cuando Jonathan, un ávido corredor, comenzó a sentir dolor en el estómago. Inicialmente, pensó que el malestar era debido al estrés y a su agitada rutina. Pasaron varios meses antes de que notara una pérdida de peso inexplicable. Fue entonces cuando decidió consultar a un médico.
Según el periódico británico Daily Mail, durante los exámenes, los especialistas detectaron una fuerte inflamación en el hígado. Incluso antes de recibir una confirmación oficial, Jonathan, que trabajaba como médico infectólogo, sospechó que podría tratarse de algo grave y optó por recolectar su propia sangre para analizarla. Los resultados no fueron positivos.
Poco después, se le diagnosticó cáncer de conducto biliar, una enfermedad rara y agresiva que afecta a unas 3.000 personas al año en el Reino Unido. La enfermedad fue detectada en una etapa avanzada, y las opciones de tratamiento efectivas ya no estaban disponibles.
Una enfermedad silenciosa y mortal
El cáncer de los conductos biliares afecta los conductos que transportan la bilis, una sustancia esencial para la digestión. La ubicación de estos conductos dentro del cuerpo facilita la propagación de la enfermedad hacia órganos cercanos, como el páncreas y los intestinos.
En sus primeras etapas, los síntomas suelen ser vagos o incluso inexistentes. Cuando se presentan, incluyen cambios en los hábitos intestinales, picazón en la piel, fiebre, dolor abdominal y pérdida de peso. En las etapas más avanzadas, puede aparecer ictericia, es decir, una coloración amarillenta de la piel y los ojos.
Desafortunadamente, el diagnóstico de Jonathan se realizó en una fase avanzada de la enfermedad, y ya no existían opciones de tratamiento efectivas. En tan solo tres semanas, el cáncer le quitó la vida.
En etapas avanzadas, la enfermedad causa ictericia, coloración amarillenta de la piel y ojos. Foto:iStock
Transformando el dolor en esperanza
La pérdida de Jonathan dejó una profunda herida en Thelma. “Durante muchos meses, quizá años, me culpé. Me preguntaba si podría haberlo obligado a ver a un médico antes”. Sin embargo, con el tiempo, Thelma encontró una manera de canalizar su dolor. En 2022, decidió cumplir su sueño de escribir un libro infantil.
No obstante, pronto se dio cuenta de que su dolor actuaba como un bloqueo creativo. Para superar este obstáculo, comenzó a escribir diarios, lo que finalmente dio pie a sus memorias tituladas I Am A Wolf Tonight.
El libro trata sobre el duelo, la resiliencia y el amor. Thelma espera que su historia sirva de inspiración para otros, ayudándoles a enfrentar sus pérdidas con paciencia y compasión. “No hay una forma correcta o incorrecta de afrontar el duelo. Cada uno encuentra su propio camino. Espero que mis palabras den esperanza a quienes están de duelo”.
Hombre de 48 años ignoró este síntoma y le diagnosticaron cáncer de colon | El Tiempo
O Globo (Brasil) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de O Globo, y contó con la revisión de un periodista y un editor.