Medicina Legal confirma que restos hallados en Caldas son los del sacerdote Darío Valencia, desaparecido en Pereira

hace 1 mes 28

El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses confirmó que los restos óseos hallados el 20 de septiembre pasado en zona rural de Belalcázar, Caldas, son los del sacerdote Darío Valencia Uribe, desaparecido en Pereira y asesinado el 25 de abril de este mismo año.

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Valencia, quien tenía 59 años y era oriundo de Risaralda (Caldas), era el párroco de la iglesia María Auxiliadora de la capital de Risaralda, y había ocupado cargos directivos en la Universidad Católica de Pereira y el Seminario Mayor.

El sacerdote fue asesinado por Julián Eduardo Cifuentes Gómez, quien confesó el crimen desde una cárcel de Francia, a donde huyó, a finales de abril, después de cometer el homicidio. 

Padre Darío Valencia

Padre Darío Valencia

Foto:Archivo particular

Cifuentes, quien era amigo del sacerdote desde hacer varios años, admitió el asesinato hace cerca de un mes a un fiscal especializado que viajó a Europa, en compañía de un agente del Gaula de la Policía, para interrogarlo.

El sacerdote fue visto por última vez en un video de una cámara de seguridad el 25 de abril. En la mañana de ese día, en compañía de Cifuentes los dos partieron en el carro del religioso con rumbo desconocido. 

Según lo que el padre Valencia le dijo a su mamá ese día, con Cifuentes iba a concretar la venta de su carro particular, una camioneta Nissan Frontier.

Dio las coordenadas de donde botó el cuerpo

El confeso asesino, quien trabajaba en una estación de servicio de Pereira, reveló que asesinó al padre con cuatro disparos y ocultó su cadáver en una zona boscosa entre los departamentos de Risaralda y Caldas.

Cifuentes le entregó a la Fiscalía y al Gaula las coordenadas del lugar donde dejó el cuerpo del clérigo y su cuerpo fue hallado 149 días después de su desaparición.

Aunque Cifuentes fue capturado el 30 de abril en el aeropuerto Charles de Gaulle, de París, en cumplimiento de la circular azul que emanó la Interpol, las autoridades francesas debieron dejarlo en libertad, ante lo cual la Interpol debió expedir una circular roja para que lo recapturaran.

El vehículo del sacerdote fue encontrado abandonado días después de la desaparición del padre en un lavadero de carros en el municipio de Viterbo (Caldas). En el carro hallaron un orificio de una bala en el tablero, casquillos y no tenía una de sus sillas. En ese momento se temió lo peor.

José Renato Marín, uno de los tres abogados contratados por la Diócesis de Pereira para que los asesorara en el proceso de constitución como víctima del delito de desaparición forzada, afirmó que el clérigo y Cifuentes "tenían una cercanía como amigos desde hacía muchos años (...) por lo menos existía un alto grado de confianza entre el investigado y el padre Valencia".

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